28-M
El PSOE acusa al PP de utilizar a Bildu para desmovilizar a su electorado
Advierten de que pueden generar el efecto contrario: «Si se pasan de frenada, la gente se cabrea y va a votar»
El PSOE ha perdido pie en esta campaña. El marco que impuso con éxito en los primeros compases –vivienda, sequía y un nutrido abanico de anuncios segmentados por rango de voto y edad– ha acabado superado por la polémica de las listas de EH Bildu. Los socialistas quieren superar el debate y avanzan que si el PP quiere seguir enredado en este asunto –asumen que intentarán estirarlo al máximo–, «habrá dos campañas»: «Ellos con Bildu y nosotros con propuestas. Cada uno por su carril. No nos va nada mal», aseguran fuentes socialistas.
El PSOE solo le «concedió» al PP «bajar al fango» de la pugna dialéctica por la cuestión abertzale en sendas sesiones de control al Gobierno en el Senado y el Congreso esta semana. «Era lo que tocaba, pero hasta ahí», zanjan, presumiendo de que el cara a cara entre Pedro Sánchez y Alberto Núñez Feijóo, en el que el presidente le espetó sus «verdades» sobre el terrorismo tuvo una respuesta muy positiva en redes sociales.
Exponen esta métrica, porque en el PSOE creen que el objetivo del PP, recordando los pactos con Bildu en toda España, es desmovilizar a un electorado socialista que no ve con buenos ojos estas alianzas del Gobierno. Sin embargo, desde la dirección de Ferraz se reflexiona sobre la capacidad que pueden tener ciertos pronunciamientos para dar la vuelta a la situación. Se refieren a vincular la ley de vivienda con el atentado de Hipercor o acusar al presidente de ser más generoso con los verdugos que con las víctimas, unas apreciaciones que pueden espolear al electorado. «Si se pasan de frenada, acaban movilizando a los nuestros. La gente que puede estar un poco tibia, escucha esto, se cabrea y dice: ‘‘Ahora voy a votar’’», analizan.
Entienden que, con este tipo de estrategia, más radicalizada, el PP solo beneficia a Vox y que cuando están en condiciones de disputarle la posición al PSOE es cuando los populares «no hacen ruido» y mantienen una posición moderada. Un escenario muy similar al que se produjo en Andalucía, cuando Juanma Moreno consiguió «sin asustar» atraer al electorado socialista, arrebatando algunas de las banderas tradicionales del PSOE.
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