Estrategia

El PSOE espera cambios en Moncloa y Ferraz por la compleja legislatura

Hay sensación de que los nuevos ministros no dan resultados: «Hay cuatro o cinco que vagan en el desierto». Se ven necesarios movimientos en el Ejecutivo si las europeas son «catastróficas»

Consejo.- El Consejo de Ministros aprueba el Plan Nacional contra el Radón para proteger a los trabajadores en riesgo
Los ministros Luis Planas, Pilar Alegría y Carlos Cuerpo en MoncloaEuropa Press

En el PSOE hay nerviosismo. Que la legislatura no iba a ser fácil era de manual pero la actitud de Junts ha disparado todas las alarmas porque «nunca sabes lo que te espera». Hoy se dilucidará el primer conflicto de la legislatura con tres decretos en el aire «y es solo el principio», auguran fuentes socialistas que no ocultan su hartazgo por las formas de los de Puigdemont. Sin embargo, desde que se fraguó la mayoría de la legislatura en Moncloa y en Ferraz se sabía que la legislatura no sería fácil porque es difícil el encaje de bolillos con formaciones que compiten entre ellas. Los vascos, PNV y Bildu, con unas elecciones de las que se conocerá la fecha en el mes de febrero una vez esté entronizado Imanol Pradales, el sucesor de Iñigo Urkullu. Los catalanes, que se verán las caras este año, a lo sumo en febrero de 2025, para dilucidar, una vez más, quién es el partido de referencia y donde Junts juega su baza para ser el malo de la película para recuperar el terreno perdido. Y en Sumar, donde Podemos se ha propuesto ser la china en el zapato que impida al socio de Gobierno asentar su protagonismo.

Con este escenario, ciertamente endiablado, las alarmas suenan en el PSOE con varios interrogantes: ¿Cómo afrontamos nosotros está situación? ¿Son suficientes los cambios realizados? ¿Quién será el candidato, o candidata para las europeas? ¿Cuál es el límite asumible de una derrota en las europeas? ¿Y tras estas elecciones qué? Están preguntas no son excluyentes de Galicia y Euskadi que son los primeros comicios a celebrar y que también comportan interrogantes a resolver sobre los pactos a realizar.

En la calle Ferraz y en Moncloa se pone sordina a esta situación. Solo hacen patente el malestar con Junts. Sobre cambios en el PSOE solo Santos Cerdán, el secretario de organización socialista, dijo el lunes que en la Convención de La Coruña solamente se nombraría un portavoz para cubrir la vacante de Pilar Alegría que pasó a desempeñar la portavocía del Gobierno. Sin embargo, los cambios pueden ir más allá. Fuentes socialistas apuntan la salida de varios miembros de la Ejecutiva «siempre pendientes del OK de Pedro». Estas «supuestas y previsibles» salidas varían en función de la fuente consultada siempre con un denominador común: habrá cambios más allá del portavoz.

El motivo de esta inquietud hay que buscarla en que los cambios en el Gobierno no han dado hasta ahora los resultados buscados. Incluso hay quien apunta que el presidente del Gobierno no está satisfecho con algunos de sus nombramientos. Más allá de Margarita Robles, Fernando Grande-Marlaska, María Jesús Montero, Félix Bolaños, Teresa Ribera, Luís Planas o el recién incorporado, Óscar Puente, no se vislumbra «fuerza política» en el nuevo Ejecutivo. Incluso Pilar Alegría, la nueva portavoz, no encuentra «el tono más adecuado». Del resto de nuevas incorporaciones «tenemos un gran solar», apuntan fuentes del PSOE que vislumbran «que serán necesarios nuevos cambios si el resultado de las europeas es catastrófico». El umbral actual, según algunas encuestas, se sitúa en nueve puntos por detrás del PP aunque se tiene en cuenta que los socialistas se crecen en el último tramo «y es más que posible que nos quedemos a cinco puntos».

Los que así hablan consideran que el presidente debe actuar tras las elecciones y «recuperar talento» porque se abrirá un nuevo tiempo tras las europeas y la tensión política se agudizará porque las catalanas se quedarán a seis meses. En el nuevo Ejecutivo hay cuatro o cinco ministros que «vagan en el desierto» y que tienen muy bajas valoraciones y «es más, son auténticos desconocidos». En algunos casos, el destino de alguno de ellos podría ser su federación territorial. Es el caso de Diana Morant, que podría suceder a Ximo Puig pero que no cuenta ni con su apoyo ni con el de José Luis Ábalos, o el de la portavoz Pilar Alegría, que podría aspirar a suceder a Javier Lambán, algo nada fácil. Como ejemplo sirva la felicitación navideña del presidente de Aragón, que defendía «militar en la Constitución» y abogaba por un pacto centrado que excluyera los extremos. Algo difícil de encajar con la política de Pedro Sánchez.