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Rajoy anticipa una bajada de impuestos en un año

El presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, saluda junto al titular de la Xunta, Alberto Núñez Feijóo, al comienzo del acto político que celebra hoy el PP en el castillo de Soutomaior
El presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, saluda junto al titular de la Xunta, Alberto Núñez Feijóo, al comienzo del acto político que celebra hoy el PP en el castillo de Soutomaiorlarazon

El presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, ha asegurado hoy que dentro de un año anunciará una bajada de impuestos y ha subrayado que la economía española está "a las puertas"de crecer.

Nuevo arranque de un curso político por parte del presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, en su tierra, Galicia. Las costumbres las mantiene, aunque el discurso de este fin de verano poco tenga que ver con el que hizo hace ahora un año. Del mensaje de Rajoy han desaparecido las alusiones a la situación de emergencia nacional y la demanda de más sacrificios y más austeridad a los ciudadanos. El presidente habla en positivo y en un momento delicado por la presión del «caso Bárcenas» saca pecho por los resultados que ya ha dado su política y anticipa buenos augurios para los próximos meses.

Rajoy defendió con contundencia el «rumbo» de su Gobierno y las políticas aplicadas hasta ahora, poniendo en valor el hecho de que, por ejemplo, afortunadamente se hayan superado los tiempos en los que se discutía sobre el posible «rescate» de España y que la bajada de la prima de riesgo a menos de la mitad, con respecto al verano pasado, nos permita ahorrar 5.000 millones de euros este año y gastar 18.000 millones de euros más. En ese sentido, destacó que entre lo que había el año pasado y la realidad actual se ha producido un «cambio sustancial», «resultados tangibles», que focalizó en la corrección de los desequilibrios heredados de la etapa socialista en materia de déficit público, inflación o deuda externa. En su haber colocó también los más de 34 millones de turistas que han venido a España, el regreso de la inversión extranjera y que hasta julio se hayan registrado 340.000 parados menos, «la mayor caída del paro desde que comenzó la crisis hace cinco años». «Ya hay resultados, caminamos en la buena dirección y lo que queda es crecer y crear empleo», proclamó Rajoy.

El presidente terminó ayer de poner en escena la inauguración de una nueva etapa, casi coincidente con la aproximación del ecuador de la Legislatura. En ella el Gobierno mantendrá su política reformista, condicionado también por sus compromisos con Bruselas. Pero de ella espera empezar a dar buenas noticias a los españoles, sin olvidar que el año que viene serán las elecciones europeas. «Os aseguro que en los próximos meses los datos van a ir a mejor y España saldrá de la recesión, lo que es el prólogo para la recuperación», comentó Rajoy. Y antes había precisado: «Todavía no crecemos, pero estamos a las puertas de hacerlo». Un optimismo comedido ya que para curarse en salud de los «brotes verdes» del PSOE no dejó de repetir que todavía queda mucho por hacer y que en ningún caso se puede variar el «rumbo».

El presidente no aludió en ningún momento de manera explícita a las dificultades internas de su partido ni a las andanzas del ex tesorero, que sigue en la cárcel de Soto del Real. Y sólo dejó margen para que quien quisiera pudiera interpretar que aludía a esta desgastante polémica o al cerco de la oposición con la advertencia de que «ni el ruido ni nada ni nadie» le distraerán de su camino, «seguir trabajando sin descanso». «La victoria siempre acompaña a quien más lucha por ella», fue la frase que eligió para cerrar su intervención.

En ella tuvo duras palabras para el PSOE, al que, al igual que Bárcenas, tampoco citó expresamente por sus siglas, aunque sí le echó en cara «los viejos escombros» que dejó en herencia a su partido o que no haya colaborado «en nada» con su Gobierno para sacar adelante a España. «Ni van a hacerlo en el futuro», sostuvo. Uno de sus mensajes más llamativos fue el anuncio de que justo dentro de un año, por estas fechas, cuando vuelva de nuevo a Galicia para estrenar el siguiente curso político, anunciará una bajada de impuestos. Coincide esto con la decisión de impulsar en el primer trimestre de 2014 una reforma tributaria integral de la que depende su compromiso de rectificar la subida del IRPF aprobada en 2012 para corregir el agujero del déficit público.

«De lo que se trataba y se trata hoy es de retirar los viejos escombros, de limpiar el terreno y de poner las bases sólidas para limpiar el futuro. Me presento aquí un año después con la convicción de que he cumplido con mi deber». Una afirmación que resume fielmente la posición de Rajoy y su estrategia para corregir el coste ante la opinión pública del «caso Bárcenas».

El presidente del Gobierno tuvo un recuerdo especial, al inicio de su discurso para las víctimas y afectados por el accidente ferroviario de Santiago de Compostela del pasado 24 de julio, a quienes envió su «afecto» y «reconocimiento» a los que trabajaron en las labores de rescate, y sus «intensos deseos de recuperación» para los heridos hospitalizados. «Todos ellos estarán en nuestras memorias para siempre» dijo.

«Estoy orgulloso de todos los miembros de este Gobierno»

A su manera, el presidente del Gobierno medió ayer en el debate sobre una posible remodelación ministerial. Lo hizo dando un rodeo, pero dejando un mensaje claro para navegantes. Si desde algunos sectores han señalado incluso directamente a algunos ministros para exigir su cese, ayer el presidente los avaló a todos de manera expresa y por igual. «Estoy orgulloso de todos los miembros de este Gobierno, que están haciendo una magnífica labor. Tenemos el apoyo de una gran fuerza política, el PP, y la voluntad para seguir afrontando las reformas», señaló. No lo dijo tampoco, pero sonó a contestación a aquellos, incluso desde dentro de su partido, que demandan cambios en el Gabinete y en el partido para coger impulso y sacudirse el lastre que ha dejado la gestión del «caso Bárcenas».

Rajoy insistió ayer en que tiene un mandato de los españoles, «una mayoría sólida y un Gobierno estable». Si fuera a hacer cambios de manera inminente no lo diría hasta el día después de concretar esa remodelación. «Pero si estuviera ya barajando esos cambios en ningún caso hubiera sido tan explícito», apuntaba ayer por la tarde un dirigente territorial cercano al presidente del Gobierno. A su manera, como ya había hecho el viernes la vicepresidenta, Mariano Rajoy también enfrió los rumores de una remodelación. Dejar ahora abierto el debate de que ha perdido la confianza en algunos de los suyos o de que quiere coger fuerzas quitándose peso sería otro coste añadido. «Otra cosa es que las elecciones europeas abran la puerta para tener un motivo para recolocar el tablero si hace falta», precisan en su entorno.