Gobierno de España
Rajoy apaciguará a su grupo para mantener el cierre de filas
Alimentará la esperanza de que puedan llegar a formar gobierno por el fracaso del PSOE
Alimentará la esperanza de que puedan llegar a formar gobierno por el fracaso del PSOE.
Nadie se mueve dentro del PP, pero cada vez hay más nervios y crece la frustración en el partido. Detrás está el miedo a pasar a la oposición porque «pinche» el movimiento de Mariano Rajoy de dejar que sea el líder del PSOE, Pedro Sánchez, el que juegue el balón con la previsión de que acabará fracasando porque no podrá tejer un acuerdo con el conglomerado de fuerzas que necesita que avalen su investidura sin traspasar líneas rojas para sus dirigentes territoriales y para su electorado.
Rajoy preside hoy la reunión del Grupo Popular en el Congreso conociendo el desasosiego que cunde entre sus filas y consciente de que viene una etapa en la que el PP tiene poco margen para recuperar la iniciativa, una vez que ha dejado el liderazgo de la negociación postelectoral al PSOE, al menos, «de momento», como se encargan de subrayar desde Moncloa y desde la dirección popular. En el PP aceptan que Rajoy tenía pocas salidas una vez que Sánchez se había negado a abrir un diálogo exploratorio de la posibilidad de la gran coalición, que integrase a Ciudadanos. Pero, no obstante, en el PP también hay dudas sobre la estrategia o sobre la falta de iniciativa a la hora de intentar arrimar a C’s de su lado.
El presidente del Gobierno en funciones trasladará hoy a los suyos un mensaje de tranquilidad frente a la alianza «radical» que necesita Sánchez para llegar a La Moncloa. Rajoy reiterará ante sus diputados que él no renuncia a formar Gobierno y que mantiene su candidatura. Una idea que entra en su estrategia para frenar el desánimo por la sensación de verse ya en la oposición. Y su política se centrará en las próximas semanas en consolidar dos objetivos: su oferta de gran coalición y erosionar todo lo posible la alianza del PSOE con Podemos, sus confluencias, IU, PNV y el apoyo, con voto a favor o abstención, de los nacionalistas. «Sin el apoyo de los radicales no le salen las cuentas, ésa es la realidad», destacan en Génova.
El líder popular dedicará su agenda a defender el Gobierno de PP, PSOE y Ciudadanos, y a ese acuerdo volverá a apelar hoy ante su grupo. Insistirá en presentarse como el representante de la moderación frente a la radicalidad y en intentar colocar en Sánchez la responsabilidad de que haya de nuevo elecciones, por si las hay. La dirección popular cree que quedan dos salidas, el Gobierno «radical» o elecciones, aunque seguirán apelando hasta el último momento a la gran coalición. Ahora su prioridad es mantenerse en el campo de juego e intentar sacar el mayor partido posible del diálogo con C’s. Aunque respecto a la formación naranja, en Génova están encendidas todas las alarmas ante la hipótesis de que se consume un acercamiento entre socialistas y Rivera con el objetivo de sacarles de la centralidad con la presión para que se abstengan ante una investidura de Sánchez.
El discurso oficial lo van a dirigir también a señalar las «debilidades» del liderazgo de Sánchez y a subrayar las contradicciones en las que supuestamente éste estaría dispuesto a incurrir para consumar un Gobierno sostenido en una «alianza con la izquierda radical y los independentistas». Aunque de puertas adentro en el partido teman hoy más que ayer la posibilidad de que Sánchez supere la investidura y ellos pasen a la oposición, la dirección popular intentará doblegar ese pesimismo y mantener prietas las filas hasta que se confirme si hay de nuevo elecciones. Rajoy mantiene esa baza de la unidad para superar las difíciles semanas de negociación que hay por delante.
Ayer optaron por centrar su discurso en la exigencia a Sánchez de que aclare quiénes son sus aliados, bajo la advertencia de que Podemos es su «enemigo». «En cuanto tengamos oportunidad intentaremos formar Gobierno», sentenció en TVE el vicesecretario de Organización, Fernando Martínez-Maíllo.
El argumentario de la dirección del PP insistirá también en repetir su oferta de gobierno constitucionalista para garantizar la unidad de España y la recuperación económica, y en recordar que el PP ganó los comicios con más de 1,7 millones de votos de diferencia sobre el PSOE, por lo que nadie tiene más legitimidad que él para mantener la Presidencia del Gobierno. «Es inverosímil que el PSOE pretenda gobernar con 90 diputados, el peor resultado de su historia y con aliados tan poco fiables como Pablo Iglesias», apuntó Martínez-Maíllo.
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