Presidencia del Gobierno
Rajoy presiona al PSOE con una oferta de pacto en todas las comunidades
Asegura que seguirá al frente de su partido y si hay elecciones, de candidato.
Mariano Rajoy volvió ayer a enviar mensajes al sector socialista partidario de la gran coalición y de que su líder, Pedro Sánchez, permita con su abstención que el PP gobierne en minoría. En una entrevista en Telecinco, Rajoy dejó la oferta a Sánchez de extender su colaboración a nivel territorial para que un posible pacto en Madrid no le obligase a perder cuota de poder autonómica y municipal en aquellas «plazas» en las que el PSOE tiene acuerdos con Podemos.
La propuesta consiste en apostar por «fórmulas de entendimiento» generalizadas que aporten «estabilidad». Bajo el runrún de las voces socialistas partidarias de que Rajoy gobierne en minoría, unas públicas y otras que se presupone que se escuchan en el ámbito privado, el presidente en funciones aseguró que está dispuesto a hacer cesiones, a hablar de políticas y hasta no prejuzgó la posibilidad de incluir en su Gobierno a dirigentes socialistas. Aunque sí se mostró reacio a introducir cambios en la reforma laboral, por sus buenos resultados y porque es «una de las leyes más elogiadas fuera de España». «A lo mejor ellos tendrían que ceder en eso y yo tendría que ceder en otra cosa», explicó. Hoy se conocerá la Encuesta de Población Activa (EPA), y Rajoy ha incluido en su agenda la visita a un centro de formación para dar resonancia a las cifras de creación de empleo. Por cierto, el presidente del PP también se mostró reacio a cambiar su reforma educativa. El PSOE defiende derogar estas dos leyes.
En Moncloa y en la dirección del PP sostienen que el problema para avanzar en el acuerdo es Sánchez, no el PSOE, y aunque buscan refugio en la división interna de los socialistas, también asumen que es «muy difícil» que consigan la abstención que necesitan para formar gobierno. En su estrategia de presión, Rajoy desveló ayer que había intentado contactar con Sánchez una segunda vez después de las elecciones, pero que éste no había querido volver a reunirse con él. Y a renglón seguido le advirtió de que el pacto que pretende con Podemos puede hacerse numéricamente, pero es «inviable desde el día de su nacimiento» porque ni siquiera tienen votos suficientes en el Senado. «Sería una catástrofe», añadió.
Mientras, en el PP han asumido que la vuelta a primera línea de los presuntos casos de corrupción que afectan al PP de Valencia, con la «Operación Taula», limita aún más su margen de maniobra, y también se malician que se prepara una operación externa para intentar desestabilizarles «un poco más» exigiendo la cabeza de Rajoy. Ayer, el presidente del Gobierno en funciones negó que la corrupción tenga que dificultar sus negociaciones con Ciudadanos, que no llevarán personalmente ni él ni Albert Rivera, sino dos equipos de cada formación. Y frente a la campaña de los que apelan a un Gobierno del PP, pero sin Rajoy, explicó que su intención es mantenerse al frente de su partido, incluso cuando celebren el próximo Congreso Nacional, y que si se repitiesen las elecciones, pediría de nuevo a su partido repetir él como candidato.
La posición de la dirección popular se mantiene invariable, pese a que Sánchez volviese ayer a responder con un «no» a su última oferta y proclamase que está dispuesto a acudir otra vez a La Moncloa, pero para decirle a Rajoy cosas que no le van a gustar. Pese a todo, el PP mantiene sobre la mesa su oferta al PSOE de un Gobierno de coalición «con apoyo desde fuera o una oposición constructiva». E insiste en que cuanto más estrecha sea la unión entre PP, PSOE y Ciudadanos, «más estabilidad habrá y mejor será para la economía».
El Comité Federal del próximo sábado puede afectar a esta estrategia de los populares. Sin conocer la «cara» de esa pieza que tiene que encajar en el puzle, es un hecho que en el PP crece el temor a que acabe cuajando un acuerdo entre Ferraz y Pablo Iglesias, pero hasta el último momento insistirán en su gran acuerdo «por la estabilidad». La semana que viene será decisiva, y aunque avance la negociación del PSOE y Podemos, el PP tiene la intención de seguir adelante, asimismo, con su anunciada negociación con Ciudadanos. «Nos interesa a nosotros, pero también a ellos para no quedarse fuera de juego cuando todo lo han fiado al objetivo de ser el partido bisagra», sentencia un alto cargo del PP. «Los españoles han votado cambio, pero también han votado pacto y un acuerdo de gobierno entre PSOE y PP sería el mayor cambio», argumentó ayer Rajoy.
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