Elecciones generales
Rajoy no hará campaña contra C’s y confirma su idea de la gran coalición
El PP sigue confiando en su apuesta por la alianza con el PSOE y Ciudadanos después de las elecciones. Su estrategia se inclina por actos «muy de calle» y «reducidos»
El PP sigue confiando en su apuesta por la alianza con el PSOE y Ciudadanos después de las elecciones. Su estrategia se inclina por actos «muy de calle» y «reducidos»
Mariano Rajoy cerrará hoy la última ronda de consultas del Rey Felipe VI antes de que se confirme la disolución de las Cortes Generales y la nueva campaña electoral. El líder popular ya anticipó la semana pasada que ratificará de nuevo al Monarca que no tiene apoyos para ser investido como presidente del Gobierno ni capacidad para conseguirlos. En Génova no ven margen para la sorpresa del «último minuto», y ayer, tras la reunión del Comité de Dirección, anticiparon que su intención es hacer una campaña electoral sencilla y en positivo, en la que, como en su edición de ayer informó este periódico, Rajoy mantendrá su apuesta por una gran coalición, con PSOE y con Ciudadanos. Será muy duro con ellos en su crítica, pero, al mismo tiempo, planteará esa alianza como la mejor salida posible.
Rajoy responsabiliza al PSOE y a Ciudadanos del anticipo electoral y sustentará su discurso en el balance y en la crítica «fundamentada» a sus adversarios políticos. Pero esto no es incompatible con que siga creyendo en que la única solución para el bloqueo político pasa por sumar fuerzas con los socialistas y con Ciudadanos para garantizar un Gobierno estable que sea capaz de impulsar las reformas necesarias para mantener el crecimiento económico, precisó ayer el vicesecretario de Comunicación, Pablo Casado.
De hecho, Casado arremetió con dureza contra la estrategia del líder de Ciudadanos, Albert Rivera, y también contra la del secretario general del PSOE, Pedro Sánchez, por haberse unido contra la lista más votada en un acuerdo que respondía «sólo» a intereses personales y de lógica partidista.
Pero dicho esto, el portavoz popular también recalcó que «cada uno tenemos nuestras líneas rojas, nuestro ideario, nuestros principios y electorado, pero también tenemos nuestros puntos de acuerdo y eso da para una legislatura y de sobra». El PP se defiende de la campaña del PSOE y de Ciudadanos, que lo caricaturizan como el «partido del no»: «No vamos a permitir que se nos cuelgue ese sambenito cuando hemos apostado por el sí, por negociar y tender la mano». Al tiempo que desde Génova insisten en que en la campaña que se avecina ellos no quieren sostener su acción política en el «y tú más».
La dirección popular también confirmó ayer que inevitablemente la situación excepcional obliga a una campaña sencilla, austera, que romperá con algunos estereotipos. «Será una campaña muy pegada a la calle», precisó Casado.
Confirmó también que será una campaña de «tiro corto y con actos reducidos». En la que se procure además «no castigar demasiado al sufrido votante, que ya está saturado de este proceso». «Será una campaña propositiva y optimista, no de postureo». En estos trabajos previos de preparación de la ofensiva electoral, en los que ya andan en Génova aunque aún no sean oficiales los comicios, en la agenda del PP figura la convocatoria del Comité Ejecutivo el próximo día 3 de mayo, una vez disueltas las Cortes Generales. En ese órgano de dirección Rajoy fijará sus primeros mensajes ante su partido de cara a la nueva carrera electoral.
Uno de los grandes interrogantes de la nueva campaña volverá a girar sobre los debates. Los estrategas anticipan que no puede ser una campaña ni de programas ni de personas. Que en esta ocasión tendrá mucha presencia la discusión sobre las coaliciones postelectorales. Y que la presión sobre los debates será aún mayor que en la anterior contienda electoral. Casado no confirmó que Rajoy pudiese participar en esta ocasión en un debate a cuatro, como el que rechazó en la campaña de diciembre.
Entre las dificultades a las que se enfrenta el PP está la gestión de la delicada situación de la ex alcaldesa de Valencia y senadora Rita Barberá por la presión para que no continúe en la Cámara Alta. De momento, Génova está reclamando un paso atrás por su parte porque están convencidos de que su imputación por el Tribunal Supremo se producirá tras los comicios.
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