Delito fiscal
¿Renunciar o no al «caso Nóos»?
La abogada de Manos Limpias, «espeluznada» ante la investigación por chantaje, seguirá con la acusación hasta tener «una valoración de los hechos para tomar las decisiones acertadas»
La abogada de Manos Limpias, «espeluznada» ante la investigación por chantaje, seguirá con la acusación hasta tener «una valoración de los hechos para tomar las decisiones acertadas»
Sólo unas horas después de que el juez de la Audiencia Nacional Santiago Pedraz enviase a prisión al presidente de Manos Limpias, Miguel Bernad, entre otras cosas por urdir supuestamente una trama de extorsión a la Infanta Cristina consistente en reclamar tres millones de euros a cambio de retirar la acusación contra ella, la abogada que representa al colectivo de funcionarios en el juicio del «caso Nóos», Virginia López Negrete, ocupó ayer su lugar habitual entre las acusaciones en la sala de vistas de la Escuela Balear de la Administración Pública (EBAP) de Palma. «Mi decencia profesional y mi profesionalidad hacen que esté hoy aquí», se defendió nada más llegar, antes de reiterar que su objetivo es «seguir con el encargo y el mandato que tengo de mi cliente», por lo que está dispuesta a continuar al frente de la acusación popular en el procedimiento, pese a que reconoció sentirse «espeluznada» con la investigación judicial por extorsión y pertenencia a una organización criminal al responsable del sindicato. «Los hechos me parecen horribles», dijo.
Sin embargo, la letrada dejó una puerta abierta a reconsiderar su decisión, lo que acarrearía, si Manos Limpias no designase a otro abogado, la desaparición del sindicato del procedimiento y el archivo de la causa respecto a la Infanta Cristina, al no existir ninguna otra acusación que le impute la comisión de delito alguno. «Necesito tener una valoración completa por mi parte de todos estos hechos para tomar las decisiones correctas y oportunas. Yo no me quiero ni me puedo precipitar en una causa tan importante como ésta», aseguró la abogada, informa Efe.
Pero, al mismo tiempo, advirtió de las consecuencias de una hipotética renuncia. El procedimiento, recalcó, se suspendería y habría que designar un nuevo letrado, quien dispondría de «un mínimo de dos o tres meses de tiempo» para que se pusiera al día en una causa tan compleja, «con el perjuicio económico para las arcas del Estado de todo ello y a todos los imputados en esta causa».
Si finalmente López Negrete arrojara la toalla y con Bernad en la cárcel, ¿quién tomaría la decisión de nombrar a otro letrado? En un colectivo donde todas las decisiones de peso las tomaba el propio Miguel Bernad, su renuncia es más que probable que acarrearía el fin de Manos Limpias como acusación popular en este proceso, y más teniendo en cuenta la dificultad de dar con un abogado dispuesto a recoger el testigo de la acusación en representación de un sindicato investigado por servir supuestamente de plataforma para la extorsión y el chantaje.
Consciente de la gravedad de los hechos, que calificó de «horribles», López Negrete aseguró que, si los indicios contra las personas detenidas (entre ellas, además de Bernad, el presidente de Ausbanc, Luis Pineda) se confirman, «caiga sobre ellas todo el peso de la Ley».
La letrada admitió estar pasando un momento «delicado». «Ni en mi vida ni en mi carrera profesional había pasado por algo parecido», dijo, y aprovechó para desmarcarse de cualquier actuación irregular: «Yo no tengo absolutamente nada que ver en toda esta maniobra, en la que lo que se haya realizado ha sido complemente ajeno a mí y a mis espaldas».
La representante de la acusación popular insistió en deslindar la investigación de la Audiencia Nacional contra Manos Limpias del «caso Nóos»: «Una cosa son los hechos que se están juzgando en la Audiencia Nacional y otra cosa muy diferente lo que estamos juzgando aquí».
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