Encuesta NC Report
El PP roza los 149 escaños, con un Vox al alza en votos y diputados
El bloque de la derecha consagra su mayoría absoluta en los 205 escaños. El PSOE se deja 14 asientos y 1,3 millones de votos
El optimismo del que ha hecho causa el Gobierno para poner sordina a su bloqueo real en el Congreso, al juicio al fiscal general o al avance de las demás causas judiciales que están en marcha se enfrenta a está radiografía electoral de NC Report para LA RAZÓN, realizada entre los días 11 y 14 de noviembre.
Si hoy se repitieran las elecciones, la derecha (PP y Vox) alcanzaría entre 201 y 205 escaños, una horquilla que marcaría el regreso de su mayoría absoluta al Congreso y el fin del motor parlamentario que sostiene la legislatura. Con un PP que mejora en escaños y un Vox que sigue creciendo a su derecha, en votos y en diputados. Sube en 920.166 papeletas con respecto al 23J, y entre 21 y 23 escaños. El partido de Santiago Abascal se situaría en los 54/56 diputados.
En votos, el Partido Popular mantiene prácticamente su base de 2023 (pasa de 8,16 millones a 8,05 millones, es decir, 111.000
votos menos), pero crecería entre 10 y 12 diputados, alcanzando los 147-149 escaños. El avance puede parecer escaso, pero, sobre la mecánica de los restos y circunscripciones, es decisivo.
Además, este marco de competición en la derecha es muy importante de cara a lo que pueda suceder en las elecciones extremeñas, en Castilla y León y Andalucía, que se celebrarán hasta el próximo verano. Con el interrogante aún abierto de lo que ocurra en la Comunidad Valenciana.
La suerte de Pedro Sánchez depende, o así lo creen en Moncloa, de que Vox sea un agente decisivo, imponga condiciones ideológicas «radicales» para entrar en los gobiernos, y que esto le sirva de munición para reforzarse personalmente de cara a las elecciones generales.
La contienda electoral en estas tres autonomías la dan por pérdida en el PSOE, con la resignación de quien, una vez más, se siente un mártir del «sanchismo» nacional.
Otro factor importante en esta competición en la derecha es el que afecta a cómo se resuelva la negociación en Valencia.
En cualquier caso, el PSOE sigue metido en un agujero abrasivo. Según NC Report, Sánchez perdería 1.343.939 votos respecto a 2023, bajando de 7,82 millones a 6,48, lo que implica caer del 31,7% al 27,2% en apoyo popular. El descenso opera en dos planos simultáneos: cae la fidelidad del propio electorado socialista –solo el 71,2 % de quienes votaron al PSOE en 2023 repetirían hoy– y se dispara la abstención entre esos mismos exvotantes: un 11,5% anuncia que no acudiría a las urnas.
Esto último es clave: la debilidad socialista no reside solo en el trasvase a otras opciones, sino en la desconexión emocional y política con su base. En diputados, estaría en la horquilla 107/109, entre 12-14 menos que el 23J.
El PSOE sufre un doble desgaste: cae la fidelidad de su votante y crece el abstencionismo
La caída de Sánchez es correlativa al desplome total de Sumar. La plataforma de Yolanda Díaz, que aspiró a recomponer la izquierda a la izquierda del PSOE, sufre el peor desgaste entre las fuerzas nacionales: solo el 35,4 % de quienes la votaron en julio de 2023 repetirían ahora.
El resto se reparte fundamentalmente entre el PSOE (22,3%), la abstención (9,9%) y, sobre todo, Podemos: el 27,8 % de los antiguos votantes de Sumar se decantan hoy por el partido morado. Es más: si sumamos los datos en bruto, Sumar pierde 1,71 millones de votos desde el 23-J (cae del 12,3% al 5,6% en estimación), y pasa de 31 diputados a solo 8 o 9. Una auténtica debacle.
¿Y Podemos? Reaparece con fuerza suficiente para volver al Congreso con 2 o 3 diputados y el 4,1% de los votos. El sondeo confirma su regreso como actor relevante en la izquierda tras haber sido borrado en julio.
Las bases ideológicas más duras, que no compran la moderación discursiva de Sumar, están encontrando de nuevo refugio en una identidad más clara. Para tener grupo propio en el Congreso hace falta alcanzar el 5% de los votos emitidos a nivel nacional y al menos 5 diputados.
¿De dónde sale el crecimiento de Vox? La respuesta tiene claves diversas. El partido de Abascal fideliza al 88,1% de quienes le votaron en 2023, pero, además, capta el 12,1% de los exvotantes del PP. Es decir: se beneficia tanto de la polarización como de la debilidad relativa de los nuevos grupos a la derecha del PP. Y, sobre todo, atrae a votantes desconectados del sistema: más de 400.000 exabstencionistas declaran ahora su preferencia por Vox
El cuadro de la derecha se cierra, además, con la fuerza antisistema: Se Acabó La Fiesta (SALF), que con un 1,9 % de los votos, atrae casi medio millón de papeletas y suponen un aviso a los partidos tradicionales. Ese 1,9% es aún insuficiente para lograr representación, pero su base sociológica es muy clara: electores jóvenes, urbanos, antielitistas y desideologizados, que rechazan la política de bloques y cuya fidelidad es todavía volátil.
En ese contexto, la participación cobra un valor político propio. Según el sondeo, si hoy hubiera elecciones votaría el 63,17% del censo, frente al 66,59% de 2023. Es una caída de más de tres puntos, que representa a 1,53 millones de personas adicionales que se quedarían en casa.
La abstención se mueve de manera desigual: mientras entre jóvenes de 18 a 29 años sube al 51,4%, entre los mayores se estanca en torno al 30%. El país «viejo» vota más. Y el PP, que es primera fuerza en todas las franjas de edad por encima de los 45 años, se beneficia de esa estructura.
Este dato confirma que el PP ha construido una hegemonía generacional en los tramos con mayor propensión a votar. Así, en los mayores de 65 años el PP obtiene el 28,1% del voto válido frente al 18,1% del PSOE. Pero entre los jóvenes, ninguno de los dos grandes supera el 13%.
Los ejes que vertebran la España que vota no son los mismos que la que se abstiene: y hoy vota más el perfil conservador. Mientras tanto, el bloque nacionalista resiste sin sobresaltos. ERC cede un punto; Junts se mantiene estable; Bildu y PNV repiten porcentaje con pequeñas oscilaciones; y el BNG pasaría de uno a dos escaños.
El efecto práctico es que el bloque de investidura mantiene en la periferia sus apoyos de 2023, pero pierde su centro de gravedad en el núcleo PSOE-Sumar. Y con eso no basta para alcanzar el poder.