Cataluña

Rubalcaba busca salidas orgánicas para acallar a los críticos en el PSOE

Griñán fuerza a Ferraz a adelantar al 21 la Ejecutiva que analizará las últimas crisis

La pelota está, de nuevo, en el tejado del secretario general
La pelota está, de nuevo, en el tejado del secretario generallarazon

La negritud del humo que sale por la chimenea de la calle Ferraz no augura fumata blanca ni nada que se le parezca. Las señales de alarma suenan como nunca porque ya hay una mayoría que coincide en que la crisis es estructural y en que de persistir la inacción, el PSOE puede pasar de la irrelevancia actual a la muerte súbita. Hay preocupación en los territorios y los barones se cruzan llamadas para ofrecer respuestas. La mayoría quiere catarsis, en forma de primarias o de congreso extraordinario. La dirección federal ya se ha puesto en marcha para convencer de que sin estabilidad orgánica será imposible enderezar el rumbo. Y ante la lluvia de críticas y la proliferación de movientos internos, Alfredo Pérez Rubalcaba busca salidas en un nuevo intento de apaciguar los ánimos y volver a ganar tiempo al tiempo. El secretario general reunirá finalmente a la Ejecutiva Federal el próximo jueves 21, pese a que barajó llevar la convocatoria al lunes 25 en plenas vacaciones de Semana Santa. La agenda del presidente del PSOE, José Antonio Griñán, le ha obligado a adelantar la cita, ya que el andaluz tiene previsto ese día un acto para celebrar el primer aniversario de las elecciones andaluzas.

Se trata de una cita decisiva, en la que Griñán ya ha anunciado que planteará una especie de tutelaje por parte de la vicesecretaria general sobre las áreas de Organización, Institucional y Municipal. A Rubalcaba no le suena mal la propuesta pero busca fórmulas que no evidencien la debilidad competencial en la que quedaría Óscar López, máximo responsable de la pifia de Ponferrada. A López, Antonio Hernando y Gaspar Zarrías, que serían los principales damnificados, no les ha gustado, claro, la idea que, huelga decir, ha abierto fisuras en el núcleo duro de Rubalcaba.

Haya o no reestructuración de las funciones de la Ejecutiva, hay otro asunto que preocupa y mucho en el PSOE, que es la portavocía del Congreso. Soraya Rodríguez no ha logrado la necesaria cohesión del Grupo Socialista, pero es que, además, quienes la auparon para el cargo hoy reconocen que fue una apuesta fallida para un sitio estratégico. Son legión los que piden su relevo.

¿Bastará con un movimiento de peones para enderezar el tablero? En el PSOE todo es posible, bien es cierto que buena parte de los dirigentes claman por decisiones que impliquen cambios profundos que frenen el deterioro en el que está sumido el partido y pongan fin a la acumulación de crisis. La pelota está, de nuevo, en el tejado del secretario general, que es quien tiene la última palabra para decidir cambios internos, o en la hoja de ruta orgánica.

Como adelanto a la Ejecutiva del jueves próximo, hoy Elena Valenciano ha convocado a los vicesecretarios generales y secretarios regionales del partido para una primera toma de contacto.

A priori, en la situación en la que está el PSOE nadie se atreve a descartar ningún escenario, ni siquiera el de un Congreso Federal extraordinario, la opción que apuntó el madrileño Tomás Gómez tras la debacle en Cataluña y Galicia y que todo el partido desdeñó. El miércoles la hizo suya la corriente de opinión Izquierda Socialista y ayer algún barón se sumaba a la propuesta.

Desde Ferraz, el lamento es un unánime: «Si no hay cohesión interna es muy difícil avanzar». Continuará.