Estrategia
Sánchez apunta ya a negociar los Presupuestos de 2026
El Gobierno ha renunciado a llevar al Congreso las cuentas si no tiene los apoyos para aprobarlas
Pedro Sánchez ha verbalizado en el Congreso de los Diputados lo que ya es una realidad en la estrategia de Moncloa. El Gobierno ha bajado los brazos y no pelea ya por aprobar unas cuentas para el presente ejercicio, sino que cualquier esfuerzo de negociación con los socios se centrará en pelear unas cuentas para el próximo, para 2026. Así lo publicó este diario hace meses, pero la necesaria inyección en Defensa por el nuevo contexto internacional ha acabado por enterrar cualquier incentivo para luchar por un nuevo proyecto, ante las discrepancias que esta cuestión genera entre los socios de la investidura, cuyos votos son imprescindibles para que salgan adelante las cuentas.
En este sentido, arrecian las presiones por parte del PP, pero también por el flanco de los socios -dentro y fuera de la coalición- para que el Gobierno no renuncie a una nuevas cuentas y se conforme con seguir viviendo con las prorrogadas, ya desde el 1 de enero, que vienen de la anterior legislatura. Sánchez ha intentado hoy despachar esta presión, señalando que "nosotros somos los primeros que queremos actualizarlos... Si nos da tiempo a sacar unos mejores Presupuestos este año, lo haremos. Si no, nos pondremos a negociar los de 2026. Esa es nuestra obligación y lo que haremos", ha dicho.
De facto, el calendario ya se ha echado encima, porque el Gobierno aspiraba a tener ya un diseño para el primer trimestre del año, a punto de cumplirse. Hacienda no ha encarado en serio las negociaciones presupuestarias con los grupos –según ellos mismos reconocen– ni ha avanzado los pasos previos, a falta del rediseño de un nuevo techo de gasto –que Junts ya tumbó en el Congreso por considerarlo insuficiente– con apoyos suficientes para salir adelante
Esta falta de apoyos es a la que se aferran ahora en Moncloa para rehuir la obligación constitucional de presentarlos ante la Cámara. El Ejecutivo prefiere incumplir este mandato de la Carta Magna antes que visibilizar su flaqueza parlamentaria, alegando que es una "pérdida de tiempo". "Seguimos trabajando , dialogando, debatiendo con las distintas fuerzas parlamentarias", explicó ayer en rueda de prensa la portavoz, Pilar Alegría, para terciar inmediatamente que "hay que llevarlos [al Parlamento] de manera acordada". "Si no sería una pérdida de tiempo del Congreso y también de los ciudadanos", resolvió, tras el Consejo de Ministros.