Estrategia
Sánchez rentabiliza las ayudas y deja el desgaste a Mazón
El Gobierno capitaliza la reconstrucción y respalda a Ribera, mientras acentúa la soledad del presidente valenciano
El Gobierno mantiene su hoja de ruta en la gestión de la crisis derivada de la DANA. Una estrategia mimética a la que se siguió durante la pandemia de la Covid-19, consistente en que Pedro Sánchez capitalice las «buenas noticias», en este caso las ayudas económicas para la reconstrucción, mientras que se delega en expertos y portavoces uniformados las explicaciones sobre el día a día de la tragedia. El presidente del Gobierno volvió a comparecer ayer en el Palacio de la Moncloa, una exposición mediática poco habitual, sometiéndose por segunda vez en una semana a las preguntas de los periodistas, tras la celebración de un Consejo de Ministros adelantado.
Sánchez no quería delegar, por ello, la reunión, en la que se aprobaron más ayudas, se celebró con carácter previo al viaje que emprendió esa misma tarde hacia Bakú (Azerbaiyán) para participar en la cumbre del clima. El objetivo, seguir poniendo cara, la suya, a la inyección de millones para paliar los efectos devastadores de la DANA en los territorios afectados. Ayer se dio luz verde a un nuevo paquete de 3.765 millones de euros, que se suman al anterior (10.600) y alcanzan ya un total de 14.373 millones de inversión económica. Sánchez evitó, de nuevo y como viene haciendo desde hace dos semanas, confrontar directamente con la Generalitat y personalmente con Carlos Mazón, pese a que el presidente valenciano haya cargado contra el Ejecutivo central en las últimas horas y de manera sostenida desde hace días.
Las estrategias son opuestas pero buscan intereses similares: la autoprotección. En Moncloa han dado la orden de no desviar el tiro –más allá de las declaraciones extemporáneas del ministro de Cultura, Ernest Urtasun, que pidió este domingo la dimisión de Mazón– y no van a secundar este tipo de exigencias de asumir responsabilidades. Al menos, en este momento. «Tiempo habrá para ello, ahora estamos en lo que estamos, que es en servir a los ciudadanos y dar soluciones. No nos vamos a desviar de ese objetivo», destacó el presidente. En el Ejecutivo miden los tiempos al máximo y no quieren dar pasos en falso, leyendo el sentir de la sociedad que demanda soluciones y no un cruce de reproches ni de conflictos competenciales.
«El Gobierno está a lo que está, en Valencia, con los valencianos y las valencianas, con su duelo, en la reconstrucción y en el relanzamiento de una comunidad que es fundamental para la sociedad española», destacó para apuntar inmediatamente: «Posteriormente vendrá el debate político sobre la asunción de responsabilidades políticas que tendrán que ser sustanciadas en el Parlamento y en las Cortes Valencianas». En el Ejecutivo central no quieren entrar en el cuerpo a cuerpo con Mazón, saben que esto ahora es contraproducente y no se corresponde con las exigencias y necesidades más perentorias de los valencianos, y entienden además que no es necesario para desestabilizar al presidente valenciano, dado que la presión que viene sufriendo es ya lo suficientemente persistente, incluso dentro de su propio partido, como para darle una vía de escape con una confrontación directa con Moncloa que le permita reforzarse en su posición. El propio Sánchez reconoció que, al contrario que otros miembros de su Gabinete que sí tuvieron dificultades para ponerse en contacto con Mazón, él sí habló vía WhatsApp, le envió un mensaje a Mazón y que el presidente valenciano le respondió «sin dificultad» y con un «tono cordial».
Donde Sánchez sí quiso salirse de la neutralidad fue en su defensa de Teresa Ribera de las acusaciones que ha recibido por parte de la Generalitat y la oposición por su escasa presencia pública y rendición de cuentas, así como el papel que jugó el pasado martes 29 de octubre la Confederación Hidrográfica del Júcar. La vicepresidenta tercera del Gobierno afronta un momento decisivo, porque hoy debe someterse a un examen en el Parlamento Europeo, una comparecencia de más de cuatro horas de duración, para dictaminar su idoneidad para ser vicepresidenta de la Comisión Europea para la Transición Limpia, Justa y Competitiva, con las carteras de Competencia y Transición Verde. «El mundo, Europa y España necesita más Teresas Riberas y menos negacionistas del cambio climático», señaló Sánchez en un respaldo rotundo a su vicepresidenta. También resaltó el «trabajo extraordinario, desde el primer minuto de esta crisis», de la delegada del Gobierno en la Comunidad Valenciana, Pilar Bernabé. «Está a la altura de sus responsabilidades», subrayó.
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