Moción de censura
Sánchez «tumbará» el legado de Rajoy y atacará por la «Gürtel»
Enumerará los incumplimientos del PP y prometerá el fin de la reforma laboral y la ley mordaza
Enumerará los incumplimientos del PP y prometerá el fin de la reforma laboral y la ley mordaza.
En su intervención de hoy en durante el debate de la moción de censura, Pedro Sánchez no se va a limitar a criticar «la actitud de Rajoy tras la sentencia del “caso Gürtel” no asumiendo responsabilidades políticas». Tampoco va a referirse únicamente «a la corrupción del PP». Según ha podido saber LA RAZÓN, el candidato quiere ir más allá y también detallará los incumplimientos del Gobierno de Rajoy, que «superan el centenar», según los socialistas.
Su discurso, como recuerdan en Ferraz, será para destacar que la moción es «constructiva y no instrumental», y aprovechará para plantear las leyes que su gobierno pretende derogar y que a pesar de las resoluciones parlamentarias «el PP ha hecho caso omiso». La ley mordaza y la reforma laboral son las que se situarían entre las primeras prioridades del aspirante. La aplicación del 155 será igualmente objeto de atención de Sánchez. Defenderá su aplicación, el vigor de la Constitución y exigirá al nuevo Gobierno de la Generalitat el respeto a la Carta Magna para levantar el 155.
Poco más se sabe, pues el PSOE preparó ayer con la mayor discreción la intervención de Sánchez. También el equipo de cabecera del líder socialista daba forma a la intervención de José Luís Ábalos, que abrirá el fuego hoy a las 9:00. Los socialistas guardaron silencio durante todo el día mientras que el resto de fuerzas, y el Gobierno, ponían sobre la mesa propuestas, intentaban convencer al vecino de al lado o filtraban a los periodistas el estado de ánimo. En Ferraz, silencio. Sólo una pequeña polémica sobre si el secretario de organización del PSOE propuso pactar las fechas de las elecciones al número dos de Cs, José Manuel Villegas.
Sin embargo, en el cuartel de los socialistas se respiraba cierto aire de victoria, y eso que la gran incógnita es cuál será el papel del PNV. Los socialistas dan por garantizado el apoyo de Podemos, que Pablo Iglesias pareció garantizar en diferentes intervenciones; ERC, que Gabriel Rufián dejó meridianamente claro en su intervención en la sesión de control; y PDeCAT, que mantiene la incógnita hasta el último momento porque para los sectores más cercanos a Puigdemont y Torra «contra Rajoy se vive mejor», mientras que el grupo parlamentario se inclina por apoyar a Sánchez. Todo parece indicar que los sucesores de Convergència se inclinan por el sí a Sánchez porque su «animadversión» hacía Rajoy es más que evidente. La clave, por tanto, está en el PNV, apoyo que el PSOE da por garantizado recordando que «el PNV gobierna en Euskadi gracias a la estabilidad que le aporta el PSE».
Además de preparar de forma minuciosa las intervenciones, los teléfonos de Ferraz y del Congreso eran un no parar. Sánchez mantenía su hilo argumental: «Censura, estabilidad y elecciones», por lo que los contactos mantenían casi un único tema a debatir, cuándo se convocarían las elecciones.
Nadie parece poner en duda que el Gobierno que formaría Sánchez será monocolor. Sólo Iglesias ha sugerido la participación de Podemos, aunque con escaso entusiasmo, pues la respuesta socialista es la formación de un Ejecutivo del PSOE designado directamente por el que sería nuevo presidente, en el que podría haber independientes.
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