Caso La Manada
Sin consenso para reformar el código penal
La reciente sentencia de «La Manada» ha causado una indignación, tanto social como política, que ha desembocado en que desde ciertas voces se pida una reforma del Código Penal para evitar que pueda repetirse el fallo de la Sección Segunda de la Audiencia de Navarra. Este periódico se ha puesto en contacto con jueces y letrados para analizar la legislación actual. ¿Estamos en una situación de indefensión si se ataca contra nuestra libertad sexual? O, por el contrario, ¿es una cuestión de interpretación de los hechos y no del enfoque del Código Penal?
Antes de responder, todos los magistrados han pedido que se refleje su preocupación por la reacción tras la sentencia ante lo que consideran una «polémica artificial suscitada a raíz de una manipulación ideológica».
José Luis Requero, juez del Tribunal Supremo, no es partidario de modificar ningún apartado del Código Penal. «El problema reside en la dificultad a la hora de dilucidar las pruebas», explica. «No se puede hacer una reforma al calor de la reacción de la opinión pública. En caso de duda, como ha sido esta vez, se tiende a ponerse a favor del reo, como ha sido este caso, aplicándoles la escala superior dentro del abuso en su grado máximo». Requero, por el contrario, no niega que haya cierta ambigüedad en la legislación actual en lo que concierne a la finísima línea roja que hay entre prevalimiento e intimidación. «La intimidación es cuando, por medio de una coacción psicológica, se obliga a una persona a hacer algo que no quiere», explica. «Y el prevalimiento cuando hay una situación de superioridad por parte del agresor». ¿Y podría integrarse también este último caso dentro del concepto de agresión sexual, y no de abuso, para que pueda considerarse violación? «Es muy difícil, porque entonces agravarías la pena a un jefe que le hace a su empleada proposiciones de acostarse con ella sin que finalmente esto suceda», opina el letrado José María Fuster, profesor de Derecho de la Universidad de Barcelona. «A mí me parecería bien abrir un debate técnico jurídico, pero no en las redes sociales», opina. «Piden reformar el Código Penal, desde el año 95 se han hecho más de 30 reformas, ¿pero qué quieren modificar en concreto? No tiene sentido pedirlo sin un enfoque». Rosa Freire, juez de instrucción de Plaza de Castilla, cree que una buena alternativa sería la de evitar la doble tipificación de delito en caso de abuso sexual, y que únicamente hubiese intimidación. «De este modo, un caso como el de “La Manada” se consideraría violación y, por tanto, agresión sexual». Añade otra propuesta: «También podría estudiarse la posibilidad de que, dentro del concepto de abuso sexual, se elevara la pena en un caso como éste». El penalista Miguel Capuz comparte por el contrario la opinión de Requero y Fabra, e insiste en que en los procesos penales «es una cuestión de pruebas. Tanto si el asunto es asqueroso como si no». Tampoco es partidario de reformar. «Es un tema de interpretación de los hechos, a los magistrados les ha faltado un punto para entender que ha sido una agresión. El Código Penal es muy duro».
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