España
Sin prisa pero sin pausa
Conviene aclarar que España sólo cedió en Utrecht una parte de lo que hoy se conoce como Gibraltar. El resto es el resultado de una ocupación, sin prisa pero sin pausa, por o al amparo de la fuerza. La propia Gran Bretaña reconoce que lo cedido se había realizado con exclusión de aguas jurisdiccionales.
El argumento utilizado, hasta hace bien poco, para considerar como propias las aguas que bañan a uno y otro Gibraltar era el de la fuerza de sus cañones. «Ubi finitur vis armorum». Mas a estas alturas ese argumento quedaba como un poco feo. Ahora, desde el Gobierno del Peñón utilizan otro que queda mejor pero que con tan poco fundamento jurídico como el anterior. Se apoyan en la Convención sobre el Derecho del Mar de las Naciones Unidas que reconoce que todos los estados tienen derecho a una porción de mar territorial. Pasan por alto que Gibraltar no es un Estado y que dicho derecho no se reconoce a las colonias. Olvidan que en cualquier caso dicha regla tiene excepciones en base a razones de orden histórico –Gibraltar es una exponente de esto– y que España hizo una reserva a dicha Convención recordando que no reconoce de dichas aguas a Gibraltar y que las reservas a dicha Convención, no eran admitidas –como fue el caso de la realizada por España– si resultaban contrarias a la misma.
El actual puerto no existía tampoco en tiempos de Utrecht. Es igualmente el resultado de la ocupación militar. Así pues, quien sí viola la soberanía nacional reiteradamente son, entre otros, los submarinos nucleares británicos. La referida Convención permite el «paso inocente» de buques de guerra por las aguas españolas del Estrecho de Gibraltar. Pero poco tienen de inocente esos buques que se dirigen a un puerto ocupado por la fuerza, cuya presencia va a reiterar la misma.
*Embajador de España
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