Carrera por la Generalitat
El Tribunal Supremo acerca la repetición electoral en Cataluña
ERC se prepara para que Puigdemont lo utilice para alentar la agitación independentista y dificultar el pacto con Illa
La amnistía para los cabecillas del «procés» se aleja, o al menos se retrasa, y la posibilidad de una repetición electoral en Cataluña se acerca. La decisión del Tribunal Supremo de considerar que la Ley de Amnistía no cubre el desvío de fondos públicos cometido en el «procés», y de mantener la orden de detención contra el expresidente catalán Carles Puigdemont, es un nuevo factor desestabilizador en un tablero catalán lleno de incertidumbre y de interrogantes respecto a lo que puede pasar en las próximas semanas.
La noticia que ayer se confirmó, y que no puede pillar por sorpresa a los principales actores de la redacción de la amnistía, ni del Gobierno ni tampoco de la parte independentista, aunque así lo hagan parecer, es un instrumento político para Puigdemont y puede convertirse en un obstáculo más para ERC a la hora de explicar un posible acuerdo de investidura con el PSC para que Salvador Illa sea el nuevo presidente de la Generalitat.
Fue la primera lectura que ayer hicieron en Junts, en ERC y también en las filas socialistas. «No hay que ser Einstein», comentaba un alto cargo de ERC. Desde el análisis de que la decisión del Supremo puede encharcar la negociación con el PSC en la medida en que el partido se deje empapar de la indignación de Puigdemont y de sus correligionarios, para los que este movimiento del Alto Tribunal no es sino una razón más para reivindicarse contra los republicanos bajo el grito de «botiflers».
ERC tiene abierta la negociación con el PSC, pero también con Junts, y la pilota la secretaria general del partido, Marta Rovira. Ella se ha señalado siempre por primar el «proyecto nacional» sobre el alma de izquierdas, y Puigdemont tiene bien claro cuáles son las teclas que tiene que apretar para presionar a ERC a favor de una repetición electoral en la que los dos partidos concurran con un mismo programa nacional, ya sea con listas conjuntas o por separado. «La decisión del Supremo no hace más que demorarlo todo. Alimenta el hooliganismo puigdemontista», valoran en ERC.
[[H3:En ERC hay una resistencia fuerte de una «aristocracia» pegada al cargo y que teme a Puigdemont]]
Puigdemont salió ayer de inmediato a señalar a los jueces como mafia, y el Supremo le servirá como munición para intentar que ERC se sienta con menos margen a la hora de tomar la decisión de dejar que salga adelante la investidura de Illa. Cuanta más presión de Puigdemont, más se encarece el precio de ERC para no bloquear el pleno de investidura del candidato socialista.
El efecto del Supremo en la negociación también dio ayer aire a la posibilidad de que al presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, le dé por doblar la apuesta y convocar elecciones generales, «que lo suyo es echar pulsos».
En consecuencia, la resolución del Supremo coloca en una posición más pesimista al sector de ERC que cree que lo inteligente sería dejar a Illa gobernando en minoría, ganándose la legislatura ley a ley, expuesto a una moción de censura constante por inanición si no llega a acuerdos.
Y trasladando esta misma situación de inestabilidad a Madrid en tanto Sánchez no reforme la Ley orgánica de Financiación de las Comunidades Autónomas para crear el marco que permita la traslación del modelo del concierto vasco a Cataluña, además de aceptar las condiciones fijadas para sacar adelante los Presupuestos Generales del Estado (PGE).
«No hay que descartar que Sánchez doble la apuesta y convoque generales»
En la «aristocracia» de ERC hay una resistencia fuerte al pacto con el PSC, pese a que se entretengan en firmar manifiestos renovadores, que los críticos califican de «puro lampedusianismo», mientras «se mantienen aferrados al carguito y con mucho miedo al ecosistema mediático-tuitero que aún controla Puigdemont».
Aunque el independentismo se lleve las manos a la cabeza, exagerando su sorpresa por la decisión del Tribunal Supremo, la realidad es que, en cierta forma, han estado haciéndose trampas en el solitario. O, dicho de otra manera, o les han engañado o se han dejado engañar, porque desde un primer momento sabían que la malversación tenía un grave problema para pasar el filtro judicial, español y también europeo. La ingeniería jurídica en la que se embarcaron con Moncloa ha sido una pérdida de tiempo, condenada a tener el final ayer confirmado por el Alto Tribunal.
Esta decisión es recurrible ante el Constitucional y también en Europa, por lo que hay que estar atentos a los próximos pasos que dé Puigdemont, en lo penal y también en lo político.
El expresidente catalán sabe que se juega el crédito político que le queda con la decisión que tome respecto a su regreso a Cataluña. En campaña anunció que asistiría al pleno de investidura, y en medios socialistas llevan tiempo haciendo chanzas sobre «su cobardía» y su falta de compromiso con Cataluña: «Su única preocupación es evitar la detención».
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