Presentación de 'Memorias de anteayer'

Trillo llama a la unidad del centroderecha

En la presentación de su libro, avisa de los riesgos de la descapitalización de la política

Federico Trillo, expresidente del Congreso de los Diputados y exministro de Defensa –entre otros cargos–, pidió ayer al centroderecha que se una para poner fin al «socialismo autoritario» que gobierna España. El exdirigente del PP, uno de los secretarios generales que contribuyó de manera decisiva a la refundación del centroderecha y que trabajó para llevarlo al poder en 1996, instó a su partido a que cuente con Iván Espinosa de los Monteros. El exdirigente de Vox fue uno de los asistentes a la presentación de las memorias de Trillo, que se celebró en la sede de LA RAZÓN.

Trillo confesó que decidió escribir las memorias para dejar constancia de cómo él y sus compañeros –Francisco Álvarez Cascos, Rodrigo Rato, Jaime Mayor y Juan José Lucas– cogieron el relevo generacional y unificaron a toda la derecha sociológica bajo el prisma de una derecha liberal y conservadora. «Me da pudor hablar de uno mismo. Pero entendí que no tenía que hablar de mí, sino de las personas que me han acompañado en lo más importante que hicimos: refundar el centroderecha y el PP», contó. Trillo arengó a los suyos, ante el actual secretario general popular, Miguel Tellado, a entender con Vox.

Aunque lamentó que el partido de Santiago Abascal, a quien tiene afecto, se esté radicalizando. «Están saliendo las personas más valiosas. Cada vez lo están radicalizando más. La cultura moderna tiende a la radicalización y esto conduce al populismo», manifestó.

Trillo espera que una nueva generación, como la suya, coja el testigo y replique lo que hizo él: «Del pasado, decía Ortega, debemos aprender lo que no debemos repetir. Y el centroderecha, lo que debe hacer, es no caer en la división. Para ganar al socialismo debemos sumar fuerzas. Nosotros éramos una generación nueva, que quería tener un centroderecha liberal, conservador y constitucional».

El exministro hizo un repaso de la época de gobierno socialista de Felipe González, al que reconoció dentro de sus particulares escándalos de corrupción y decadencia, su respeto a las normas. «La gente en esa época dimitía. Y aceptaban las sentencias. Había esa gran diferencia. Cuando Felipe vio que no tenía mayoría para presupuestos, disolvió. Y Felipe aceptó la conveniencia de que debe gobernar la lista más votada», defendió. El problema de España ahora, a juicio de Trillo es el actual Gobierno. Aunque detecta, llevados al extremo, tics que vio en la época de González: «El PSOE que consigue Felipe González centrar como un partido socialdemócrata era un partido que venía de la radicalidad y del marxismo confeso. Cuando se produce la gran transformación socialista, se produce ese paso a la socialdemocracia. Ese primer gobierno lo era. Salvo en lo relativo a los temas sociales y de control». El exministro criticó la imposición moral de la visión socialista del aborto hace décadas y el movimiento del exministro de Justicia socialista Fernando Ledesma para cambiar el sistema de elección del Poder Judicial.

También lamentó que la corrupción sistémica vuelva a carcomer los cimientos del PSOE y del propio Gobierno. «Es sistémica la corrupción cuando afecta al partido y al Gobierno. Pero es que ahora afecta también a la familia [del presidente]. Y la reacción inmediata que tienen es negarlo todo. Aquí se produce un enquistamiento y ya no se mueve nadie. Y claro, se defienden atacando. Todo es culpa de los jueces, de la oposición y de la prensa libre».

El expresidente del Congreso, que estuvo arropado por colegas exministros, como José Manuel Soria, Rodrigo Rato o José María Michavila, así como por la expresidenta madrileña Esperanza Aguirre, se mostró desolado porque, en estos momentos, en España «se ha montado una coalición de enemigos del Estado» al mando. «Y con eso llevan gobernando tres años. Felipe González tenía sentido de Estado y respeto por el Estado», repitió.

Aunque, en verdad, para el exdirigente popular su decadencia, como con los GAL, fuera una «barbaridad». Trillo no eludió la crítica a Pedro Sánchez, de quien también reniega Felipe González. El propio Trillo reconoció que los compañeros de partido son los peores y más íntimos enemigos. Eso es lo que le pasa a Sánchez con González. «Ahora, el presidente ni presenta los Presupuestos. Están gobernando con unos presupuestos de una legislatura anterior. Y con una disposición que permite cambios de partidas y de sección. Eso se cambió durante la pandemia y, por eso, se permiten jugar al trilerismo. Es increíble. Puede jugar con las partidas porque se lo permite la ley de la pandemia, algo que es rotundamente, sin ninguna duda, inconstitucional».

Por cierto, su libro, «Memorias de anteayer», está plagado de anécdotas, según desveló. Así, no pudo evitar contar su primer encuentro, acompañando a Aznar, con la ex primera ministra británica Margaret Thatcher, un referente liberal–conservador que debían ganarse como aliada para cuando aterrizaran en Moncloa. Trillo confesó que Thatcher preguntó por el pasado «fascista» de Fraga. Y su respuesta fue: «Es, junto con Felipe González y Adolfo Suárez, una de las personas que más hizo por la reconciliación y por llevar a la derecha desde el autoritarismo a la democracia. Ahora nosotros queremos llevarla al poder», dijo. La «premier» preguntó cómo iban a hacerlo. Y a Trillo, con dotes diplomáticas, se le ocurrió copiarle sus recetas: reducción del Estado y bajadas de impuestos. Ese día se ganaron su apoyo. José María Aznar se fue contento a España. El expresidente entró en el club.