Congreso
Los trucos del Gobierno para que el Congreso no se le vaya de las manos
La minoría parlamentaria obliga a nuevas fórmulas de control como vetar enmiendas del Senado o evitar la avocación a Pleno
El Congreso de los Diputados se ha vuelto a reunir esta semana, por primera vez desde que Junts anunció su predisposición absoluta a torpedear todas las iniciativas que parten del Gobierno. Y estos días, entre los distintos debates políticos que se han producido en la Cámara Baja, ha quedado patente una cuestión: la situación es de absoluto bloqueo y nadie parece vislumbrar una salida clara. No es que Pedro Sánchez no cuente ya con una mayoría a su favor, es que directamente cuenta con una mayoría en su contra. El matiz no es pequeño.
Sin embargo, el presidente del Gobierno no parece barajar la posibilidad de convocar elecciones y dejar a los españoles que hablen de nuevo. Por ello, tanto desde el PSOE y desde Moncloa, así como desde los socios parlamentarios de estos, se están buscando trucos para poder sortear las dificultades que plantea esta situación. Y están dando con varios trucos: celebrar menos sesiones, intentar llevar menos leyes a debate o aplicar vetos presupuestarios son algunos de ellos. El Congreso parece haberse contagiado del manual de resistencia patentado por Sánchez, y esta semana se están viendo varios ejemplos.
Los vetos
Este jueves se votarán en el Congreso las enmiendas a la Ley de Movilidad Sostenible que provienen del Senado. Aprovechando su mayoría absoluta en la Cámara Alta, el PP ha introducido una serie de enmiendas que hacen mucho daño al Ejecutivo. Por ejemplo, una que, de aprobarse, servirá para prorrogar la vida de las centrales nucleares y otra que servirá para prorrogar las tasas aeroportuarias de Aena.
En una situación de normalidad parlamentaria, el Gobierno contaría con una mayoría más o menos suficiente para tumbar las enmiendas que considere más dañinas. A fin de cuentas, los diputados que tendrán que votar las enmiendas del Senado son los mismos que ya votaron la Ley de Movilidad Sostenible del Gobierno. Pero esa normalidad no existe ya y hay partidos que amenazan con aprobar enmiendas en contra del criterio del Ejecutivo.
Para intentar evitar esta situación, que ya se ha dado en el pasado y se va a volver a dar en el futuro, el Ministerio de Hacienda está recurriendo al veto presupuestario, en un intento de tumbar las enmiendas que no le gustan. El Gobierno tiene el derecho de presentar un veto a las iniciativas que supongan un aumento del gasto público o una disminución de los ingresos. Sin embargo, el letrado mayor del Congreso ha advertido en el pasado que los vetos a las enmiendas del Senado se tienen que presentar ahí y no en el Congreso. Porque es el órgano encargado de tramitarlas. Pero el PP controla la Mesa de la Cámara Alta y tiene la capacidad de levantar ese veto, así que el Gobierno acude directamente al Congreso, donde sí maneja la Mesa.
En el caso de la Ley de Movilidad Sostenible, Hacienda estudió vetar las enmiendas de la prórroga de las nucleares y de las tasas de Aena, según reconocían el martes fuentes del PSOE. Sin embargo, el Ministerio no pudo justificar que afectaran a partidas concretas de los Presupuestos, condición obligatoria, y no pudo aplicar dichos vetos. Pero sí que pudo vetar una enmienda sobre la contribución financiera del Estado a las infraestructuras de recarga y otra sobre la compensación a contratistas por el transporte de bicicletas.
Se trata solo de la segunda vez en democracia que Hacienda veta en el Congreso enmiendas del Senado. La vez anterior fue en marzo, con una bajada del IVA a los alimentos de primera necesidad. Y aunque desde la Mesa del Congreso aseguran que hay jurisprudencia que lo avala, el letrado mayor lo desaconsejó y el PP lo ha recurrido al Tribunal Constitucional. A fin de cuentas, denuncian que esta práctica hurta la capacidad legislativa que tiene el Senado.
La avocación a Pleno
Otro posible truco que están estudiando algunos socios del Gobierno, según confirman fuentes parlamentarias, es el de intentar evitar la avocación a Pleno. Según la Constitución, las Cámaras pueden delegar en las comisiones legislativas permanentes la aprobación de proyectos o proposiciones de ley. Es decir, una iniciativa se puede aprobar en una comisión. No es necesario que siempre se vote en el Hemiciclo.
En las comisiones, además, las mayorías son distintas, por lo que el voto de partidos como Junts o Podemos no siempre son necesarios para aprobar o tumbar las iniciativas. De hecho, la formación morada ni siquiera está representada en todas las comisiones, ya que se reparten por grupos parlamentarios y ellos comparten el Grupo Mixto con otras formaciones políticas.
Según explican fuentes parlamentarias, el artículo 149 del Reglamento del Congreso especifica que es la Mesa de la Cámara Baja la que avoca las iniciativas a Pleno, una vez se propone por la Junta de Portavoces. Normalmente, siempre se ha avocado cuando se ha propuesto, porque las peticiones siempre han partido del bloque de investidura y porque se entiende que es una práctica más democrática. Pero ahora que no tienen la mayoría, hay fuentes que denuncian que deberían dejar de hacerlo y PSOE y Sumar pueden usar su control de la Mesa para evitar dichas avocaciones.
No celebrar plenos
La última estrategia pensada consiste, básicamente, en no celebrar plenos. Si el Congreso no se reúne, no se ve que el Gobierno está en minoría, las leyes no decaen porque no se votan y no hay control al Gobierno. Y, de aquí a febrero, lo cierto es que se van a celebrar muy pocos plenos en la Cámara Baja.
Hay que tener en cuenta que, tradicionalmente, nunca se celebran sesiones la última semana de una campaña electoral, por lo que no habrá Pleno la semana previa a las elecciones extremeñas. Tampoco se celebra la primera semana de cada mes, ni en el mes de enero. Por lo tanto, de aquí a febrero, sólo se va a reunir el Pleno las próximas dos semanas en noviembre y una en diciembre. El PP pidió recuperar el de las elecciones antes de Navidad, pero la Mesa de nuevo hizo oídos sordos. No interesa.