El desafío independentista
Una pregunta para romper a CiU
CDC, a diferencia de UDC, sólo contempla un órdago soberanista
Los tirones entre Unió y Convergència son tan antiguos como la propia fundación de CiU, creada hace más de 30 años. Sin embargo, las costuras de la federación nacionalista han demostrado hasta ahora una flexibilidad digna de elogio. Hasta ahora. El proyecto independentista que impulsa el presidente de la Generalitat, Artur Mas, amenaza con romper esas costuras, aunque los socios nacionalistas insisten en no aventurar fracturas. Pero lo cierto es que las contradicciones van en aumento. Una de ellas, la relacionada con la pregunta vinculada a la consulta soberanista podría incluso suponer el fin de trayecto de CiU, puesto que los puntos de partida respecto al interrogante(s) que hay que plantear están muy alejados. Convergència clarificó ayer que desea realizar una única pregunta en la consulta y que ésta irá dirigida a conocer la voluntad independentista de los catalanes. «Nosotros planteamos un referéndum con dos respuestas posibles, sí o no», explicó el secretario de Organización de CDC, Josep Rull, en plena sintonía con ERC. De esta manera, dejó de coquetear con la posibibilidad de formular varias preguntas, tal y como ha sugerido Unió en repetidas ocasiones. Conviene recordar en este punto que Mas llegó a manifestar qué pregunta deseaba plantear en la última campaña electoral. «¿Desea usted que Cataluña sea un nuevo Estado de la UE?». Ésta es la cuestión que el líder convergente querría llevar a las urnas, pero el planteamiento no convence a Unió, partidaria de formular varias preguntas relacionadas con la financiación, la lengua y el encaje de Cataluña en el conjunto de España. Sea como fuere, el asunto se debe resolver a lo largo del próximo trimestre, ya que los propios promotores de la consulta (CiU y ERC en particular) han fijado este calendario. A finales de año, se sabrá cuál es el interrogante que desean aparejar a la consulta y, para entonces, se sabrá si Unió y Convergència han logrado sortear, de nuevo, sus contradicciones con alguna alambicada fórmula que permita a ambas partes decir que no se han traicionado a sí mismas. Unió se ha hartado en los últimos meses de que su modelo es la confederación. Los convergentes, por su parte, parecen haber abandonado su histórica ambigüedad como estrategia política. «Queremos decidir tener un Estado propio, la libertad, este es el planteamiento que hacemos», subrayó ayer Rull, que confirmó que si el Gobierno no tolera la consulta soberanista el año 2014, se procedería a un plebiscito. «Tras unas elecciones plebiscitarias, el Parlamentquedaría legitimado para tomar las decisiones que hiciese falta», advirtió.
LA BATALLA DE LA PREGUNTA
Lo que quiere Mas
- «¿Desea usted que Cataluña sea un nuevo estado de la Unión Europea?». Ésta es la pregunta que Artur Mas se mostró partidario de formular a los catalanes en una consulta. La planteó durante la última campaña electoral, aunque luego matizó que el interrogante debía pactarse con todos los partidarios de hacer un referéndum. Convergència, en todo caso, no se ha movido de esta posición inicial y lo que desea es lanzar un órdago independentista que sólo tenga por respuesta «sí» o «no».
Lo que quiere Duran
- Unió Democràtica trata de seguir las etapas del proceso soberanista sin anticipar sus movimientos, pero el líder de Unió, Josep Antoni Duran Lleida, ha dejado pistas muy claras.
- En una charla con los lectores de su blog se le planteó si votaría «sí» en una consulta que sólo preguntara por la independencia y Duran dijo: «Yo defendería y votaría no».
- Unió querría introducir la opción de la confederación, así como otras preguntas relacionadas con la lengua y la financiación.
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