Casa Real

Una reverencia debida

La Razón
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El acto de imposición de la Orden del Toisón de Oro a la Princesa de Asturias ha sido breve, sencillo, solemne, marcado por las sonrisas de todos los miembros de la Real Familia, por el rojo del vestido de Doña Letizia –un guiño al color de la cinta del Toisón–, y por los sabios consejos de Felipe VI a Leonor. Ahora –en realidad ya desde 2010– es Dama del Toisón, como Isabel II de Inglaterra, Margarita II de Dinamarca y Beatriz de los Países Bajos. No sabemos si lo será Doña Letizia, ahora que –lamentablemente– ha perdido vigencia la Orden de María Luisa que sí tiene la Reina Doña Sofía.

Desde que Felipe III de Borgoña fundara el Toisón de Oro, sus estatutos han sufrido adiciones y alteraciones. Muchos claman por un «aggiornamento» escrito de sus estatutos que expliquen cómo y cuándo una dama puede llevar esa Orden y que unan tradición con modernidad. Algunos se preguntan por qué Doña Leonor hizo la reverencia a Don Juan Carlos y Doña Sofía, que en la precedencia están por detrás de ella misma y de su hermana. La respuesta podría parecer clara: los Reyes Eméritos son Reyes al fin y ella «sólo» Princesa. Desde el Real Decreto 2099/1983, de 4 de agosto, por el que se aprueba el Ordenamiento General de Precedencias en el Estado, se han hecho modificaciones, requeridas –por ejemplo– tras la abdicación de Don Juan Carlos I. Sin embargo, no extraña que para una niña que ha visto reinar a sus abuelos, sea normal, por edad y otras razones, hacer ese público signo de cortesía y afecto, mirando a la cara, como debe ser.

La Virgen de Atocha e Isabel II de España fueron mujeres que llevaron el Toisón. Doña Leonor recibe el collar de su bisabuelo Don Juan. Lo podrá llevar cuando luzca vestido largo de gala. Mientras, ostentará este lazo, novedad en la Orden, hasta hace poco reservada a varones y que le recordará que servir a España es su primer deber.