Una sucesión condicionada por las primarias del PSOE

Ante la tormenta desatada, nadie niega que Cándido atraviesa un momento delicado, si bien ni desde Ferraz, ni desde la dirección Confederal, se desea hacer «inquina», en palabras de un alto dirigente sindical. Pero admiten que el tiempo corre en contra y no podrá agotar mandato. Si en los dos restantes, en los que se vaticinan nuevos escándalos y despidos en las sedes de UGT, Cándido mueve ficha y opta por su salida, se convocará de inmediato un Congreso extraordinario para designar nuevo secretario general. A tal posibilidad no es ajena la convocatoria de primarias en el PSOE, en las que si Rubalcaba es desbancado por otro candidato, el relevo sindical se precipitaría. La renovación de las dos grandes organizaciones fundadas por Pablo Iglesias, iría en paralelo. A falta de sorpresas, hoy por hoy el mejor colocado es el valenciano Toni Ferrer, si bien la lucha de poder podría desatarse, sobre todo por el ambicioso madrileño José Ricardo Martínez.

Mientras, Cándido ya no acude a pie a su despacho en Madrid, como era su costumbre, sino que un coche le recoge muy temprano en su residencia. Vecinos de la zona aseguran que tampoco frecuenta algunos locales del barrio, ni una conocida marisquería de la calle Ibiza, en la que era un buen cliente junto con otros compañeros. Únicamente se le ve algún fin de semana en un restaurante ubicado en Guadalix de la Sierra, a las afueras de la capital, muy frecuentado por antiguos dirigentes de partido, «vieja guardia» total, como José Luis Corcuera o Pepe Barrionuevo. En su entorno insisten en que su vida sigue siendo austera y mantiene su sueldo base de hace tantos años inamovible: alrededor de dos mil euros. Si se intenta averiguar algún otro complemento, el mutismo es absoluto.

Casi dos decadas de sindicalismo socialista

Tres secretarios generales del partido socialista y tres presidentes andaluces han pasado y Cándido Méndez sigue incombustible al frente del «sindicato hermano».