País Vasco
Urkullu y Barcos diseñan desde hace meses la «reunificación» de País Vasco y Navarra
A lo largo de este año ya se han producido tres encuentros que se celebran con gran discreción.
A lo largo de este año ya se han producido tres encuentros que se celebran con gran discreción.
Los presidentes de la Comunidad Autónoma Vasca (CAV), Íñigo Urkullu; y de la Comunidad Foral de Navarra (CFN), Uxue Barcos, celebran reuniones secretas, fuera de la agenda oficial, en la que, según fuentes conocedoras del asunto, tratan temas relativos a la unificación de ambas comunidades. Estos contactos se han intensificado en los últimos tiempos y, aunque no se esconden, porque sería ridículo, sí los mantienen dentro de una cierta discreción, con el fin de no alarmar a las fuerzas políticas y a los ciudadanos que se oponen a la referida unificación. Un proyecto del que siempre se ha hablado pero que en los últimos tiempos ha cobrado fuerza.
La coincidencia de propósitos es total por más que, por prudencia política y otras razones, traten de llevar el asunto en un tono pausado y alejado de la crispación. Se atribuye a Barcos, según las mismas fuentes, una absoluta resolución para llevar a cabo el proyecto, por más que en algunos momentos se ampare en sus socios de Gobierno, entre ellos Bildu, para aparentar esa supuesta prudencia política, como si tratara de frenar a los proetarras.
El horizonte político en ambas comunidades hace pensar que seguirían siendo gobernadas por nacionalistas, aunque en el caso de Navarra se podría dar una coalición de Geroa Bai con los socialistas del PSN; es decir, la misma que en el País Vasco. Esta hipótesis es contemplada por los «unificadores» de Geroa Bai y el PNV como la ideal ya que no se olvida hasta dónde llegaron los socialistas en el tema de Navarra durante las conversaciones de Loyola (paralelas a las negociaciones con ETA), en las que prácticamente estaban dispuestos a entregar la Comunidad Foral al País Vasco.
Es cierto que su postura actual no es la misma ni se dan aquellas circunstancias, pero los nacionalistas no olvidan hasta dónde apretaron a los socialistas y lo que estuvieron a punto de conseguir.
La foto conjunta que ambos mandatarios se hicieron el pasado 4 de mayo, tras el anuncio de disolución de ETA, criticada por muchos navarros, ha supuesto un mensaje claro de por dónde pueden ir las cosas en el futuro. Comparecieron de forma conjunta en el Palacio del Señorío de Bertiz y la imagen que proyectaban era, de alguna manera, de unidad territorial. Podían haber convocado a los presidentes de comunidades limítrofes, en las que tantas víctimas ha causado ETA. Pero no, la imagen era la que querían dar y la que dieron.
Si a esto unimos las declaraciones que realizó Barcos a un periódico digital no es raro que muchos navarros estén seriamente preocupados: «El cambio es el reflejo de lo que la sociedad navarra es. No hay más que ver los 200.000 votos de quienes quieren cambiar esto frente a los 100.000 que quieren que las cosas sigan como están. Luego, cambio rotundo.
Y además cambio plural, con diálogo, con generosidad, inteligencia y que represente a esta sociedad frente a los gobiernos excluyentes que siempre han trabajado desde las instituciones para una minoría».
Ni una palabra de la unificación, que siempre se esconde detrás de las palabras de cambio y progreso, pero lo que está claro, según las citadas fuentes, es que si logra una mayoría suficiente planteará el tema de la unificación. Se trataría de dividir a los navarros con unas consecuencias imprevisibles, mucho peores que las de Cataluña.
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