Coaching

“Cuando se murió mi madre me planteé si quería que mis hijos me recordaran siempre viajando o como una madre presente”

Dejó un puesto de directiva en una multinacional para montar su propia empresa de coach. Ayuda a las mujeres en sus momentos de estrés y ansiedad

Isabel Trueba/ Foto Rosana Escribano
Isabel Trueba/ Foto Rosana Escribanolarazon

Isabel Trueba de Sinety es empresaria y madre de 3 hijos. Durante muchos años fue, o al menos ella quiso creer que era una “superwoman”. Y como esas cosas que pasan tantas veces en la vida, un día, sin que te lo esperes, recibió la triste noticia de que su madre estaba enferma de cáncer.

Isabel Trueba de Sinety es empresaria y madre de 3 hijos. Durante muchos años fue, o al menos ella quiso creer que era una “superwoman”. Y como esas cosas que pasan tantas veces en la vida, un día, sin que te lo esperes, recibió la triste noticia de que su madre estaba enferma de cáncer. Murió poco después y esa situación le hizo replantearse su vida: “Lo primero que pensé fue que me sentía muy culpable. Me empecé a hacer preguntas y no encontraba las respuestas, tan solo inquietud. ¿Y si me muero mañana y el recuerdo de mis hijos es que siempre estaba trabajando, viajando? ¿Y si sus recuerdos se quedan en eso? Así que decidí cambiar todo. Y cuando digo todo, es todo”

Licenciada en Publicidad y RRPP y Master en Dirección de Marketing por el Instituto de Empresa de Madrid, durante 17 años trabajó en una empresa de importación, en la que “me desarrollé hasta ser directora general y socia de la misma”. Se podría decir que entonces tenía una vida ideal: “un buen trabajo bien remunerado, tres hijos maravillosos y un marido con el que compartía la perfecta relación. A pesar de todo yo no era feliz, y lo peor es que me sentía culpable por ello ya que aparentemente tenía una vida perfecta. No fue hasta que perdí a mi madre a causa del cáncer, cuando supe que la base de mi felicidad era que la vida “perfecta” que llevaba no era la que yo quería si no la que la sociedad me hizo creer que debía tener. Ese trabajo ideal que tenía no me permitía tener la libertad de estar presente en la vida de mis hijos: siempre había algo más urgente que atender.

A partir de ese momento empezó a coger pequeños trenes para buscar alternativas que me permitiesen ganarse la vida y conseguir esa libertad y se dio cuenta de que sí existían opciones. “Después de varios años trabajando con mujeres en una empresa de venta directa, empecé a desarrollar mis estudios y habilidades como coach (Soy Coach certificada por la ICF, Practicioner PNL, y coach de Goal Boxes) Hace un año y medio me diagnosticaron fibromialgia y tuve que tomar una decisión sobre mi futuro profesional. En esos meses de reflexión surgió este proyecto, mi empresa www.isabeltrueba.com. “Fui consciente de la cantidad de mujeres que se encuentran en situaciones parecidas a la mía, mujeres atrapadas en una vida que no desean, pero no son capaces de salir de ella, pues socialmente están haciendo lo correcto. Desde ese momento estoy centrada en ayudarlas a hacer el camino que a mi me llevó 6 años en recorrer”.

-¿Cómo es su día a día laboral?

-Por las mañanas acompaño a los niños al colegio andando y doy un paseo de mínimo 30 minutos con mi perra Dana por el parque (¡es bueno para mi enfermedad pasear!), y luego hago pilates. A partir de ahí organizo mis sesiones, cursos y talleres. Trabajo mucho desde casa, aunque también tengo una oficina en el Paseo de la Habana (Madrid) donde atiendo a mis clientas y organizo los cursos y talleres. A las 5 recojo a los niños y paso las tardes en casa con ellos. Trabajo mientras los niños están el colegio, por las tardes me dedico a ellos y a las cosas de casa, aunque tengo ayuda para algunas tareas del hogar. He aprendido a delegar y dedicar mi tiempo a lo que es importante para mi, mi familia y mi trabajo. También es muy importante saber organizarse bien para llegar a todo sin estrés. Una de mis especialidades es enseñar a las mujeres a organizarse, saber priorizar, delegar, y a entender cómo administrar el tiempo... ¡que es lo único que no se puede comprar! Saber gestionar bien el tiempo es el mayor regalo que podemos hacernos en la vida.

-¿Cree que las pymes o autónomas son las grandes perjudicadas en cuestiones impositivas?

-Mi experiencia personal me dice que, al menos los autónomos, no lo tenemos fácil en España. La alta tasa de la Seguridad Social, con independencia a los ingresos, y la dificultad de justificar cualquier gasto real ante la Agencia Tributaria, nos deja muy desprotegidos. Tampoco estamos protegidos ante la enfermedad. En mi caso, la fibromialgia me obligó a parar el ritmo y durante varios meses afectó mucho a mis ingresos y las prestaciones por la baja no dan para vivir.

Isabel Trueba en un momento de la entrevista

-El hecho de ser madre, ¿le aporta mayor empuje que antes de serlo a la hora de trabajar?

-En mi caso no es así, yo siempre he trabajado y me gusta hacerlo, creo que es importante trabajar, aporta muchas cosas al equilibrio de una persona. Ahora, mi consejo a cualquier mujer: trabaja en algo que te llene y no permitas que el horario laboral controle tu vida.

-¿Cree que las mujeres que trabajan siguen teniendo doble carga con respecto a los hombres?

-Totalmente. Nosotras hemos heredado la responsabilidad de la casa y la familia de nuestras madres, y en muchos casos compartimos la responsabilidad financiera con el hombre. Es cierto que muchos padres hoy en día ayudan en los temas familiares, pero quienes tenemos todo en la cabeza solemos ser las mujeres. Esto puede llegar a ser agotador.

-¿Se ha sentido alguna vez discriminada por ser mujer? ¿Y por ser madre?

-La verdad es que por ser mujer no, pero sí al ser madre. Y no por el hecho de serlo, sino en el momento que quise parar el ritmo y dedicarme más a mi familia. En la empresa me miraban con otros ojos, y escuché comentarios de tipo: “Isabel no es la que era”... Pues no, no lo era. Ser madre te cambia y no deberíamos sentirnos avergonzadas de querer pasar tiempo con nuestros hijos.

-¿Cree que la maternidad está poco protegida en España?

-¡No está nada protegida!

-¿Qué le gustaría que se modificase?

-Lo primero que tendría que cambiar es la mentalidad de la sociedad. Nos hacen creer que cuantas más horas trabajes, más dinero ganes, y mayor cargo tienes, mejor eres y mejores tus opciones de ser feliz. La vida no es así, uno es feliz cuando vive la vida en línea con sus valores propios, y ¿sabes qué? Que en todos estos años trabajando en esto, jamás he conocido dos personas con los mismos valores. El cambio debe empezar en la educación, deberíamos enseñar a nuestros hijos a descubrir su talento y sus cualidades, a descubrir sus valores y lo que es importante para ellos. Hoy en día los niños son víctimas de estas creencias de la sociedad. Ya desde el momento que les valoramos solamente por las notas que sacan, no los estamos valorando por otras muchas cosas. Les metemos en rueda de la creencia que todos debemos ser iguales.

-¿Qué opina de la “conciliación”?

-Creo que la conciliación es posible sobretodo cuando te dedicas a tu propio negocio si aprendes a hacerlo bien. Lo veo más complicado cuando se trabaja en una empresa. Es cierto que algunas empresas están empezando a hacer cambios, como el teletrabajo (no en todas es real...), pero queda mucho camino por recorrer.

-¿Disfrutó de su baja por maternidad o no le quedó más remedio que seguir trabajando?

-Pues tristemente nunca disfruté de mis bajas maternales. Fue una decisión mía, pues en aquella época pensé que sería más valorada en la empresa si renunciaba a ello. Uno de los mayores errores de mi vida. Si alguien lee esto y está pensando en hacer lo mismo... ¡No lo hagas!

-¿Se siente culpable por no pasar más tiempo con sus hijos?

-En su momento estuve ahí sí, pero ahora he conseguido no volver a sentirme nunca más así. Tengo claras mis prioridades, ellos son una de ellas, y nadie me va a robar eso nunca más (ni siquiera yo misma)

-¿Cree que en muchas cosas nos han “mentido” a la hora de hablarnos de la liberalización de la mujer que compagina casa, maternidad y un trabajo?

-Creo que la sociedad no ayuda, pero creo que realmente cada uno somos libres de vivir la vida que queremos y no la que se supone que nos toca. Cada uno es libre de tomar sus decisiones en cada momento del día. Esa misma libertad que nos permite decidir si gritar o no a quien te provoca, es la misma que nos hace conformarnos con la vida que tenemos o no hacerlo. Es posible que las mujeres lleguemos a ese equilibrio, yo lo conseguí y conozco muchas que lo han hecho también. No deberíamos enfocarnos tanto en los mensajes que nos dan desde fuera, sino escucharnos más a nosotras mismas y luchar por tener esa vida equilibrada que anhelamos. Y si no sabes cómo, pide ayuda, pero no te conformes ni creas que no hay alternativas.

-¿Le gustaría que en España disfrutásemos de otros horarios más tipo nórdicos?

-Seguramente ayudaría, pero como decía antes, mucho tiene que cambiar la mentalidad para que fuese una realidad en España. Mientras nos juzguen y nos juzguemos por las horas que pasamos en una oficina, o el sueldo que ganamos, no se solucionará el problema. ¿Cuántas personas no se van antes de la oficina por lo que pueda pensar su jefe o su compañera de al lado? Si realmente aprendiésemos a ser productivos en el trabajo, podríamos vivir con otros horarios mucho más compatibles con nuestra vida personal.