Naturaleza

Así es la cueva que esconde una serpiente legendaria entre Lugo y A Coruña

Este lugar guarda en sus entrañas leyendas de dragones, amores prohibidos y vistas que impresionan

A Cova da Serpe.
A Cova da Serpe.Wikipedia

Entre los límites difusos de Lugo y A Coruña, un espacio en el que se entrelazan los concellos de Guitiriz, Friol y Sobrado, se yergue una cordillera de otro tiempo conocida como Serra da Cova da Serpe. Allí, a unos 800 metros de altura, las cumbres acarician las nubes casi permanentes que adornan el cielo cada día, y las colinas se muestran peinadas por el viento y los modernos molinillos que denotan la mano del hombre y del progreso. Un lugar que esconde una gruta que alimenta la leyenda y la imaginación: A Cova da Serpe.

Esta cueva natural, excavada en roca de esquisto, se ubica cerca del alto de Pena do Rego da Egua y ofrece una experiencia difícil de olvidar a quienes se atreven a ascender hasta su boca.

Con unos 12 metros de longitud, otros 4 metros de ancho y una entrada de unos 2 metros de altura, la gruta ha sido modificada por los vecinos a lo largo del tiempo para evitar accidentes con el ganado, colmatando parcialmente su interior. Aún así, conserva intacta el aura mágica que la convirtió en hito geográfico ya en el siglo X, cuando fue citada como Cova de Serpente en la donación fundacional al monasterio de Sobrado dos Monxes.

Un enclave con historia... y leyendas

Domingo Fontán, el célebre cartógrafo gallego que trazó la primera carta geométrica de Galicia, visitó la cueva en tres ocasiones -1822, 1828 y 1830-, fascinado por su altitud estratégica. En su última visita, y gracias a un día despejado, logró divisar desde allí la Torre de Hércules, situada a más de 70 kilómetros de distancia.

Pero más allá de su valor paisajístico e histórico, la Cova da Serpe susurra leyendas que perviven entre distintas generaciones. Relatos que hablan, en una de sus versiones, de una serpiente gigantesca, capaz de tragar piezas de ganado enteras en la parroquia de Miraz (Friol), a ocho kilómetros de distancia, mientras su cola permanecía aún dentro de la cueva.

Para acabar con la amenaza, los vecinos idearon una trampa: ofrecieron al monstruo un burro cubierto de alquitrán y le prendieron fuego cuando atacó el cebo impenitente.

Otra de las leyendas, como suele ser habitual, mezcla la fantasía con el drama romántico. Se cuenta que la hija del señor de la torre de Narla se enamoró de un aldeano. Al ver prohibido su amor, ambos escaparon y se refugiaron en la cueva, donde fueron sorprendidos por la serpiente.

En su intento por proteger a su amada, el joven perdió la vida combatiendo con el monstruo. Ella, rota por el dolor, huyó desesperada. Desde entonces, se dice que la serpiente continúa acechando, y que cada cierto tiempo abandona la gruta para devorar ganado y mantener viva su leyenda.

Un mirador privilegiado en Terras do Miño

Sea como fuere, hoy A Cova da Serpe forma parte de la reserva de la biosfera Terras do Miño, un entorno natural protegido que atrae por igual a senderistas y visitantes. Su localización, cercana al punto de confluencia de tres municipios, ha hecho de esta gruta un punto de interés paisajístico y un referente en la cartografía gallega: marca los límites entre las parroquias de As Negradas (Guitiriz), Anafreita (Friol) y Grixalba (Sobrado).

Las vistas que se despliegan desde la boca de la cueva llaman la atención. En días despejados se domina un vasto horizonte que abarca buena parte del interior lucense y coruñés. Su ubicación ha convertido a este lugar en uno de los miradores naturales con más encanto de Galicia.

En los últimos años, la sierra ha sido salpicada por la presencia de aerogeneradores, instalados a principios de la segunda década del siglo XXI como parte de un parque eólico que transforma la fuerza del viento en energía renovable.