A Coruña se prepara para cobrar entre 1 y 2,5 euros por noche a turistas según el alojamiento

A Coruña se ha convertido en un destino de referencia para miles de personas que, cada año, eligen la ciudad para disfrutar de su cultura, su historia, sus playas o su gastronomía. Ese creciente interés por la urbe tiene un reflejo directo en sus calles y en sus servicios públicos, que trabajan a pleno rendimiento para atender tanto a vecinos como a visitantes.

Bajo este prisma, el Ayuntamiento de A Coruña presentará próximamente en el Pleno municipal una nueva ordenanza fiscal que permitirá aplicar una tasa turística adaptada a esta nueva realidad. Se trata de una recarga sobre el impuesto autonómico de las estancias turísticas, con la que se pretende contribuir a sufragar los costes que supone mantener la ciudad a la altura de lo que sus habitantes y visitantes demandan.

La alcaldesa, Inés Rey, anunció este martes el primer paso de esta medida que, según sus palabras, busca el equilibrio: “No se trata de gravar el turismo ni de disuadir a nadie. Queremos que todo el mundo disfrute de A Coruña, pero también que entienda que los servicios públicos que hacen posible esa experiencia se financian entre todos”.

En 2024, la ciudad rozó el millón de visitantes -una cifra que en 2022 alcanzó los 750.000-, y esa tendencia, explica Rey, se nota especialmente en algunos barrios, donde la presencia turística es más intensa. “Tenemos que adelantarnos a los efectos del turismo masivo. Actuar con sentido común y responsabilidad”, apuntó.

¿Cuánto se pagará?

La tasa oscilará entre 1 y 2,5 euros por persona y noche, en función del tipo de alojamiento. Así, quienes se alojen en hoteles de cinco estrellas o de cuatro superior pagarán 2,5 euros; en hoteles de cuatro o tres estrellas, así como en viviendas de uso turístico, serán 2 euros; 1,5 euros para cruceros, VUT y hoteles más modestos; y 1 euro en el caso de viviendas turísticas de categoría básica.

Los cruceros que atraquen en el puerto coruñés no estarán sujetos a esta tasa en 2025. Si todo sigue el calendario previsto, comenzará a aplicarse a partir de 2026. Eso sí, el Concello no descarta revisar este punto si se modifica la normativa autonómica.

Quiénes no tendrán que pagar

Pensando en situaciones personales o sociales concretas, la ordenanza también prevé varias exenciones.

Estarán exentas las personas que se desplacen a la ciudad por motivos de salud, los deportistas federados que participen en competiciones oficiales, menores de edad no emancipados, personas con una discapacidad superior al 65 %, quienes se beneficien de programas sociales europeos, quienes se alojen en albergues públicos dentro del Plan Xacobeo y también aquellas que tengan que hospedarse en hoteles porque su vivienda habitual en la ciudad esté en obras.

Próximos pasos

La ordenanza deberá aprobarse provisionalmente en el Pleno municipal, algo que, según avanzó la alcaldesa, podría ocurrir ya en el mes de junio. Después se abrirá el periodo de exposición pública y alegaciones.

La medida busca ser útil sin resultar invasiva. Un pequeño gesto que, según el gobierno local, puede marcar la diferencia para mantener una ciudad habitable, sostenible y preparada para seguir recibiendo a quienes quieran descubrir su encanto. “Queremos una ciudad abierta, pero también cuidada”, concluyó Inés Rey.