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Este es el hipnótico destino de Galicia escogido por el padre de Lamine Yamal
Mounir Nasraoui se deja seducir por un territorio de vino, monasterios y cañones milenarios que aspira a ser Patrimonio Mundial

A caballo entre Lugo y Ourense, donde el Sil y el Miño se encuentran para formar un paisaje de vértigo y recogimiento, la Ribeira Sacra brilla como uno de los destinos más hipnóticos del verano gallego. Uno que suma visitantes muy especiales: el último, Mounir Nasraoui, padre del futbolista internacional Lamine Yamal, la joven y fulgurante estrella del FC Barcelona.
Nasraoui ha elegido esta tierra mágica para disfrutar de unos días de descanso. Algo que ha dado a conocer el restaurante El Hórreo, en Monforte de Lemos (Lugo), que compartió en redes sociales una imagen con el siguiente mensaje: “Anoche durante las cenas tuvimos un comensal muy especial, Mounir Nasraoui (papá de Lamine Yamal)”.
No es la primera vez que se deja ver por la zona. Ya en noviembre pasado visitó la Ribeira Sacra con motivo del partido entre el Celta de Vigo y el FC Barcelona en Balaídos. Ahora, en plena temporada estival, ha vuelto a apostar por este rincón gallego que aúna la espiritualidad de los antiguos cenobios, la fuerza de sus cañones y la delicadeza de sus vinos.
Un viaje espiritual y vinícola
La Ribeira Sacra no es un destino cualquiera. Es uno de esos lugares en los que el tiempo se ralentiza y la mirada se pierde entre bancales de viñedos imposibles, iglesias románicas ocultas entre los árboles y monasterios que parecen haber sido cincelados en la roca. Es una tierra de recogimiento, sí, pero también de vida, donde la naturaleza y la historia han trazado un mapa emocional que seduce a quien la visita.
En esta comarca, que comprende ayuntamientos como el propio Monforte de Lemos, Parada de Sil, Sober, Pantón o Chantada, se alzan joyas arquitectónicas como el monasterio de Santo Estevo de Ribas de Sil, enclavado en la ladera de un bosque milenario; el de San Pedro de Rocas, excavado en piedra viva; o el de Santa María de Montederramo, de proporciones colosales.
La espiritualidad de sus templos, muchos aún en uso o reconvertidos en espacios culturales y alojamientos singulares, convive con una cultura vinícola centenaria que hunde sus raíces en las órdenes monásticas.
En las laderas vertiginosas que dominan los cañones del Sil crecen las cepas del legendario vino Amandi, uno de los más preciados de la Denominación de Origen Ribeira Sacra, un tinto que en su día se destinaba en exclusiva al Vaticano.

Naturaleza, silencio y aventura
El agua fue el primer camino. Así lo dice la tradición, y así lo confirman los catamaranes que recorren las aguas del Sil y el Miño ofreciendo al visitante otra perspectiva del paisaje: la de los cañones profundos, los viñedos colgados del abismo y el murmullo constante del río. Desde miradores como el de Vilouxe o el conocido Balcón de Madrid, el viajero comprende por qué esta tierra se configura como uno de los paisajes más espectaculares del noroeste peninsular.
Además de sus rutas fluviales, la Ribeira Sacra ofrece senderos que atraviesan bosques autóctonos, antiguas calzadas romanas, restos castrexos y hasta un túnel minero abierto por los romanos para desviar el curso del río y extraer oro: el de Montefurado.
Su riqueza paisajística se extiende al Bidueiral de Montederramo, al Monte Faro -desde cuya cima se divisan las cuatro provincias gallegas- o al cauce del río Cabe, convertido en una galería vegetal poblada de alisos y fresnos.
La Ribeira Sacra vive de su historia y de su paisaje, pero también de su apuesta por el futuro. Actualmente es candidata oficial a Patrimonio Mundial de la Unesco. De hecho, este próximo mes de octubre se espera la visita de consultores internacionales que evaluarán su candidatura, cuyo veredicto se conocerá en junio de 2026.
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