
Turismo
Estos son los lugares mágicos de Galicia que debes visitar esta Semana Santa 2025
La espiritualidad de Compostela y su camino se mezcla con la belleza natural de las rías, dejando aquí y allá alguna sorpresa casi impensable

La Semana Santa es mucho más que una festividad religiosa en Galicia; supone una invitación a descubrir con calma los secretos de una tierra en la el tiempo parece detenerse entre muros de piedra y musgo, paisajes abiertos al Atlántico y caminos que conducen hacia dentro. Más allá de los oficios litúrgicos y de las procesiones, esta época ofrece una oportunidad única para empaparse de cultura, contemplar la naturaleza que se abre ya a la primavera, o dejarse envolver por la belleza de lo básico.
Ciudades como Santiago de Compostela, Lugo, Ferrol, Vigo o A Coruña se visten de recogimiento, en los pueblos marineros el incienso se mezcla con la brisa, y en las aldeas brilla diminutas luces aquí o allá que invitan a pararse y contemplar. Todas ellas -ciudades, pueblas y aldeas- son atravesadas por los diferentes caminos a Santiago, en esa ruta peregrina universal que adquiere estos días un sentido renovado.
Este 2025, se podría incluir en el itinerario de cualquier peregrino o visitante algunos de estos destinos y experiencias que capturan el alma de Galicia y se armonizan con el espíritu pausado y reflexivo de la fecha.
Santiago de Compostela y el Camino

La capital gallega vive intensamente la Semana Santa, pero más allá de las procesiones, Santiago ofrece mucho que ver. Visitar la Catedral de Santiago, maravillarse con su Pórtico de la Gloria románico y acudir, si es posible, a alguna liturgia especial: la Vigilia Pascual (la noche del Sábado Santo) o la Misa de Pascua del Domingo de Resurrección en la Catedral son celebraciones solemnes y hermosas, a menudo con el impresionante Botafumeiro (el gran incensario) oscilando por las naves del templo.
Recorrer las calles medievales de la zona vieja –Rúa do Vilar, Rúa Nova, Praza da Quintana– que en estos días están salpicadas de turistas, estudiantes y peregrinos que culminan su Camino; hacer un tramo del Camino de Santiago; descubrir alguno de los museos (el Museo das Peregrinacións, el Museo de la Catedral); o adentrarse en la animada vida de bares de tapas y restaurantes para degustar la gastronomía local son algunas de las opciones que pueden descubrirse en Compostela.
Muralla y Catedral de Lugo

La única ciudad del mundo rodeada por una muralla romana completa es Lugo, y eso merece una visita. No en vano, se puede pasear por encima de los dos kilómetros de Muralla, asomarse desde sus torres a la ciudad, o alcanzar el interior de la Catedral de Santa María, que guarda el Santísimo Sacramento expuesto permanentemente en su altar mayor.
Asistir a la procesión eucarística del Jueves Santo en Lugo y luego recorrer la muralla al atardecer viendo la ciudad es un plan difícil de igualar. Además, Lugo es famoso por su vino y tapas: en la zona de la plaza do Campo y rúa Nova, se puede hacer una ronda de pinchos degustando embutidos, quesos y vinos de la Ribeira Sacra, en un ambiente relajado tras los actos religiosos.
Ourense y sus aguas termales

Si lo que se busca es un plan distinto, la ciudad de Ourense brinda una experiencia de relax ideal para Semana Santa: sus termas y baños al aire libre. Ourense es conocida como la ciudad del agua por sus numerosas fuentes termales naturales. Aunque la Semana Santa es móvil en fechas, en abril el clima suele ser templado, perfecto para un baño termal.
Uno puede acudir a las pozas termales gratuitas de A Chavasqueira, Muiño da Veiga o Outariz, situadas a orillas del río Miño, y sumergirse en aguas mineromedicinales a más de 35ºC mientras el aire primaveral refresca la cara. Muchas personas combinan la devoción de Semana Santa con un momento de relajación en estas termas, que están abiertas también en festivos.
Además, Ourense tiene su propia catedral (con la famosa Capilla del Santo Cristo, muy venerado) y un encantador casco antiguo de callejuelas y bares. Y todo ello sin olvidar sus rosquillas de anís o sus torrijas.
A Coruña y las Rías Altas

La ciudad herculina, aunque no tenga la fama procesional de Viveiro o Ferrol, sí ofrece algunos pasos de interés, como el de la Virgen de la Soledad el Viernes Santo saliendo de la iglesia de las Capuchinas.
Pero sobre todo, A Coruña es para disfrutar de su patrimonio y su ambiente marinero. En Semana Santa puede recorrerse el magnífico Paseo Marítimo, subir a la Torre de Hércules -el faro romano más antiguo del mundo en funcionamiento- y contemplar el azul infinito del Atlántico. E incluso si el clima acompaño, el visitante podrá darse un paseo por la playa urbana de Riazor.
En el casco viejo, la iglesia de Santiago (románica, del s. XII) donde residen antiguas cofradías, y la plaza de María Pita con sus bellos soportales, resultan visitas obligadas.
Y cerca de A Coruña, en la comarca de Ferrolterra, pueden descubrirse el Parque Natural Fragas do Eume, un bosque atlántico lleno de musgo y de riachuelos, donde se ubica el místico Monasterio de Caaveiro escondido entre la vegetación.
Vigo y las Islas Atlánticas

En el extremo sur de Galicia, la ciudad de Vigo es famosa por su Ría y como puerta de entrada a las Islas Cíes. Durante Semana Santa, comienza la temporada de visitas a las Islas Cíes y a la isla de Ons, que forman parte del Parque Nacional Illas Atlánticas. De hecho, a partir del 13 de abril de 2025 se habilitará el servicio de ferris diarios desde Vigo, Cangas o Baiona hacia las Cíes.
Estas islas son un paraíso de playas de arena blanquísima, como la famosa de Rodas, considerada una de las mejores del mundo, aguas transparentes y senderos que llevan a faros con vistas panorámicas. Eso sí, para visitar las Cíes en Semana Santa es obligatorio tramitar una autorización gratuita debido al cupo limitado de visitantes para proteger el entorno.
Y al volver al puerto, nada mejor que una tapa de pulpo á feira o unas ostras frescas en el mercado de la Piedra para rematar la jornada marinera.
Costa da Morte y santuarios marianos

La Semana Santa es también tiempo de devociones particulares. Una idea interesante es visitar algunos santuarios emblemáticos de Galicia que, sin estar ligados a la Pasión, emanan espiritualidad.
Por ejemplo, el Santuario da Virxe da Barca en Muxía (Costa da Morte), que según la leyenda fue visitado por la Virgen María en una barca de piedra para animar al apóstol Santiago. Aunque la romería grande allí es en septiembre, cualquier momento es bueno para acercarse: el santuario se alza sobre las rocas donde baten las olas del Atlántico, creando un escenario sobrecogedor.
Cerca están la famosa Pedra de Abalar, una roca oscilante asociada a milagros, y la Pedra dos Cadrís, piedra de los riñones, bajo la cual la gente pasa para curar dolencias.
Otro lugar espiritual es San Andrés de Teixido, que se levanta sobre acantilados vertiginosos en la Serra da Capelada (A Coruña). Se dice que “A San Andrés de Teixido vai de morto o que non foi de vivo” (va de muerto quien no fue de vivo), por lo que muchos aprovechan cualquier festivo para cumplir con esta peregrinación.
El camino en coche desde Cedeira impresiona, con acantilados entre los más altos de Europa, y el santuario blanco de San Andrés aparece como un faro al final del trayecto. Allí puede beberse de la “Fuente de los Tres Caños” pidiéndose un deseo, y recogerse los típicos sanandresiños -figuritas de pan bendito- de recuerdo.
Playas y naturaleza

Aunque la temperatura del agua todavía no acompañe, las playas gallegas en abril resultan tranquilidad y belleza. La de As Catedrais en Ribadeo, por ejemplo, es más disfrutable en estas fechas sin las aglomeraciones del verano. Eso sí, también requiere reserva previa gratuita para acceder en Semana Santa debido a la protección del entorno (infórmese en la web de la Xunta). Con marea baja, se puede caminar bajo sus arcos de piedra natural, verdaderas “catedrales” labradas por el mar.
Otras playas para pasear en primavera serían la de Carnota (A Coruña), kilométrica y salvaje; la playa de A Lanzada (Pontevedra), donde además hay una ermita vinculada a ritos de fertilidad; o la ensenada de O Vilar en Ribeira, junto al Parque Natural de Corrubedo y sus dunas.
En síntesis, Galicia en Semana Santa ofrece un equilibrio entre recogimiento y disfrute turístico. Puede uno en la misma jornada meditar ante un Cristo barroco en un vía crucis y pocas horas después estar contemplando un dolmen prehistórico o un acantilado sobre el Atlántico. La clave está en planificar un itinerario variado. En 2025, con la Semana Santa a mediados de abril, la probabilidad de días soleados aumenta (aunque siempre conviene un chuvasquero en la maleta, por si acaso la típica lluvia gallega hace acto de presencia). Pero lluvia o sol, los monumentos, museos, catedrales, bosques y playas estarán allí esperando.
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