Galicia arranca su batalla más sabrosa: siete chefs, siete ciudades y un trono para la mejor tapa

En Galicia, hasta una tapa puede ser un poema. Y cuando la creatividad de un chef se vincula con el alma de su ciudad, el resultado se acerca a una especia de sinfonía de sabores y texturas que no entiende de estaciones ni de épocas. El próximo 1 de julio, Santiago de Compostela se vestirá de gala para acoger una batalla singular: la final de ‘Sete cidades, sete sabores’, el certamen impulsado por Turismo de Galicia que coronará al mejor cocinero de tapas del año.

Será en la Cidade da Cultura, templo contemporáneo del arte y de la historia de Galicia, donde se decidirá quién se alza con el título de Mellor Cociñeiro de Tapas 2025, entre siete propuestas que son mucho más que bocados: son relatos, son territorio, son memoria.

Organizada por la Xunta, esta iniciativa no busca sólo un vencedor, sino abrir las puertas del turismo urbano a través de la cocina de autor. Se dirige a esos viajeros que huyen de las aglomeraciones estivales para buscar experiencias auténticas, y que encuentran en la gastronomía el hilo conductor de su viaje.

Siete ciudades, siete relatos gastronómicos

Cada chef llega a esta final con una historia que contar, y lo hace en su lengua: la del producto local, la de las raíces y la innovación, la del fuego lento y el gesto preciso. Desde Ferrol hasta A Coruña, pasando por Vigo, Pontevedra, Lugo, Ourense y Santiago, las siete ciudades gallegas estarán representadas por cocineros que se juegan su prestigio a golpe de creatividad.

En Ferrol, Álex Martínez y Mar Lago, del restaurante Bacelo, presentan Os polos opostos: un pastel de filloa que esconde brandada de cabeza de bacalao, repollo fermentado y paté de chourizo ceboleiro. Una tapa que remite a la tradición marinera con un lenguaje moderno, y que por segunda vez defiende el nombre de su ciudad en esta cita.

Lugo llega con el Petisco larpeiro de José Luis Pardo (Orixe do Campo): una base de pepino caramelizado con vino del Ribeiro, crema de aguacate, tartar de vieira y una lluvia de caviar cítrico y emulsión de carabinero. Un viaje de sensaciones que combina el mar, la huerta y la dulzura de lo inesperado.

Desde Ourense, Paco Gómez (Pulpería Asador La Feira) propone Gamba na corte, una escena comestible donde una gamba reposa sobre un soporte de bacon frito, rodeada de esferificaciones de vinagre de pimientos de Padrón, ovas de trucha, crocante de puerro y flores. Un guiño lúdico, un maridaje de contrastes y un homenaje al juego en la cocina.

Vigo, siempre mirando al mar, se presenta con Ondas do mar, del chef Daniel Bastos (La Marciana), una ofrenda a su abuelo marinero: salmonete curado a la llama, emulsión de nécora y crocante de alga sobre chip de risotto de peixe de rocha. Cada ingrediente lleva sal de vida y espuma de memoria.

Pontevedra apuesta por la sorpresa visual con Tomatún, de Rubén González (El Cafetín de la Alameda): un dado de atún disfrazado de tomate, una base crocante con agua y polvo de tomate, y un equilibrio entre forma e ilusión, sabor y sutileza.

Santiago, ciudad de llegada y regreso, estará representada por Alejandro Ferreiro (O Sendeiro) y su Bonito, millo e langostino. La idea surgió, como tantas veces ocurre, de una alacena, de una tortilla de maíz frita que pedía compañía, y de unas ventrescas de bonito que esperaban su turno. Una declaración de principios de la cocina de aprovechamiento y de la intuición hecha arte.

Por último, A Coruña cierra el círculo con Ravioli recheo de chourizo ceboleiro, obra del calabrés Vincenzo Amaddeo (AMA Italiana Contemporánea), afincado desde hace una década en la ciudad herculina. Una pieza de alta artesanía que une el chorizo de Lugo con dátiles de Oriente Medio, espuma de galmesano y crumble de pimentón de la Vera. Fusión y mestizaje, Galicia sin fronteras.

El veredicto

El jurado profesional, presidido por José Paz Gestoso (Centro Superior de Hostalaría de Galicia) e integrado por figuras como Ana Méndez Gil (Galicia Calidade), Álvaro Pérez Blanco (ArteSana Gastrobar), el chef Adrián Pérez y el influencer Coque Fariña, valorará complejidad técnica, sabor, creatividad y presentación.

Pero no será el único tribunal. El público asistente también tendrá voz y voto a través de un sistema de televoto que convertirá la gala en una auténtica fiesta popular.

Más allá del concurso, ‘Sete cidades, sete sabores’ es una apuesta por consolidar a Galicia como destino urbano durante todo el año. Se trata de vincular patrimonio y modernidad, historia y vanguardia, en ciudades que respiran cultura y donde cada bocado es una ventana al alma de su gente. Porque Galicia, además de un lugar que se visita, puede ser también un sabor que se queda.