Gastronomía
Carlos San Pedro, también en blanco
Hay un antes y un después en el mundo de la Rioja alavesa que han protagonizado algunos lúcidos bodegueros del tinto contemporáneo con Carlos San Pedro.
Y en la onda de recuperación del blanco riojano, hoy objeto de deseo aceite para los iniciados, tiene un viñedo de viura que va dejando que discurran las añadas y el sello de la tipicidad.
Curiosamente hace el mismo blanco bipolarmente, porque en una alternancia perfecta según la añada sea más fresco o cálida y así etiqueta y lanza su mensaje de modo distinto. Es lo mismo pero diferente. Como cada uno de los matices de este bodeguer de mirada sonriente y limpia que no se deja sobornar por el comercio.
Puro blanco de culto, y no es tópico, largo, equilibrado, y con una estructura de esas que es obligado describir como invisible, porque el armazón es el del vino con un volumen ligero y con dedicado peso de memoria y de boca amplia.
Un blanco de mucho nivel, que no requiere la longitud como argumento. Sólo su bella rareza.
Bodegas: Pujanza.
Nombre: SJ Anteportalatina 2018.
D.O.Ca: Rioja.
Precio: 49 euros.
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