Este sencillo truco evitará las salpicaduras de aceite al cocinar un huevo frito

Cada año, miles y miles de jóvenes de todo el mundo se inscriben en escuelas de cocina, con la esperanza de convertirse en los futuros profesionales que integren la vanguardia de la innovación gastronómica. Revolucionarán la forma que tenemos de entender la comida y crearán recetas que impresionarán a los paladares más selectos del planeta. Sin embargo, ninguno de ellos podrá conseguir desarrollar una receta mejor que la del huevo frito. Un plato simple y accesible para cualquier persona… tanto para el más novel como para el más profesional, y que siempre resultará delicioso. En realidad, el único inconveniente que podemos encontrarle al huevo frito es que cocinarlo puede ser un auténtico peligro.

¿Cómo puedo hacer que el aceite no salte?

Lo primero que debe quedar claro es que -en realidad- el aceite no “salta”… lo que salta es el agua del alimento. Al entrar el agua en contacto con el aceite, arrastra consigo parte del aceite. Esto sucede porque la temperatura de ebullición del agua es de 100ºC y la del aceite ronda los 200ºC. Cuando algún alimento entra en contacto con el aceite caliente (en este caso, el huevo), el agua que está contenida en el mismo pasa del estado líquido al gaseoso de forma súbita y violenta. Lo que provoca la formación y el estallido de burbujas de aire y vapor que -una vez en la superficie- crean salpicaduras.

Por eso, lo que suele hacerse con muchos alimentos para que no surjan estas salpicaduras, es evitar el contacto del aceite caliente con el agua. Y para eso, hay que tratar de que los alimentos que vayamos a freír estén lo más secos posibles. Podemos hacerlo con un trozo de papel de cocina, rebozando los alimentos, etc. Evidentemente, esta opción está descartada cuando lo que estamos cocinando es un huevo, que es mayormente agua.

Otra opción sería echar los alimentos al aceite cuando este todavía está frío… de forma que ambos se calienten a la vez y que no exista un diferencial de temperatura entre la humedad del alimento que estemos cocinando y el aceite. Pero esta tampoco es una opción viable en nuestro caso, porque el huevo frito se debe cocinar a muy altas temperaturas. En el caso del huevo frito, sólo tenemos una opción para evitar las salpicaduras: añadir un poco de sal o de harina en el aceite. Si tienes miedo de que llenarte de quemaduras, lo único que tienes que hacer es echar un puñadito harina o de sal en el aceite, justo antes de echar los huevos en la sartén.

El truco está en echar esa pizca de sal sobre las burbujas que se forman antes de que salten y empiecen a ponerlo todo perdido. Al igual que la harina, la sal también absorbe el agua y te ayudará a hacer un buen huevo frito... y con total seguridad. Este tip también es útil si ya estás friendo algo y el aceite ya está saltando. Espolvorea un poco de harina y verás que las salpicaduras remitirán inmediatamente.