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IX Premios Gastro&Cía

En casa como en el restaurante

B de Burger recibió el Premio al Sabor y Calidad Premium en la Categoría Delivery en los IX Premios Gastro&Cía de LA RAZÓN

Alejandro Perálvarez y José Antonio Rivero reciben el premio de manos de María Guardiola y Francisco Marhuenda
Alejandro Perálvarez y José Antonio Rivero reciben el premio de manos de María Guardiola y Francisco MarhuendaGonzalo PérezLA RAZÓN

Posiblemente la pandemia fue el momento en que el delivery, o el reparto a domicilio de comida, alcanzó las cotas más altas por motivos obvios; pero, sin duda, fue una situación que llevó a que casi cualquier negocio de hostelería, jugara en la liga que jugara, a optar por este tipo de servicio para llegar a sus clientes y fieles seguidores e, incluso, captar nichos nuevos.

Y fue justo en ese momento, aunque no por los mismos motivos, que el «mundo hamburguesa» comenzó a abrirse un camino totalmente desconocido –al menos en España– para llegar a donde está hoy: cientos de cadenas y restaurantes que ofrecen este producto para públicos de todos los pelajes, competiciones y ferias nacionales e internacionales, innovación constante y grandes nombres de la cocina de más alta gama mostrando sus recetas y trucos para elaborar este plato.

B de Burger no es una marca más en este sector, sino que se ha erigido como un producto transparente y honesto, que es lo que le ha llevado a ser reconocido con el Premio al Sabor y la Calidad Premium en la categoría Delivery en los IX Premios Gastro&Cia de LA RAZÓN. En palabras de Alejandro Perálvarez, cofundador de B de Burger, su valor diferencial «está en su apuesta por la calidad real y la transparencia. No hacemos hamburguesas de autor ni de cadena; hacemos burgers honestas, con ingredientes premium y procesos muy cuidados, que ofrecen el sabor de un restaurante gourmet con la agilidad y cercanía de un restaurante asequible para todo el mundo».

Cada detalle –desde el pan hasta las salsas– se elabora y se selecciona con unos estándares de calidad que están muy por encima del promedio del sector, insitió Perálvarez quien, a continuación, explicó que «el diseño de marca y la experiencia de cliente están pensados para conectar con un público exigente, que valora tanto el sabor como la autenticidad, rompiendo con la idea de que un producto bastante asequible, no puede ser de calidad. Nuestra obsesión ha sido siempre hacer las cosas bien, sin atajos».

La atención al cliente, en este sector, al igual que en otros, la mayoría de las veces es tan importante como el propio producto; mucho más si uno se mueve en un entorno de tan alta competencia como es el de las hamburguesas.

Para gustos, en cuanto producto se refiere, los colores; sin embargo, cuando lo que busca el cliente es una experiencia de calidad donde reciba una burger caliente, jugosa y bien presentada en casa, exactamente igual que si se sirviera en la mesa del establecimiento, la atención y la distribución es clave en el negocio. Y es aquí donde entran actores como Glovo para completar esa experiencia que el comensal evaluará y atribuirá en exclusiva a B de Burger.

«Con Glovo mantenemos una colaboración muy estrecha, porque entendemos que son una extensión de nuestra marca. Formamos a los equipos y adaptamos procesos para garantizar que la experiencia sea excelente incluso cuando el cliente no pisa el restaurante. El objetivo es que el servicio, el packaging y la atención transmitan el mismo nivel de exigencia que nuestras hamburguesas», explicó José Antonio Rivero, también cofundador, que incidió en este aspecto: «Nos emociona cuando un cliente nos dice que su burger le ha llegado exactamente igual de buena por delivery que en el restaurante. Ese es el verdadero reto, mantener la experiencia intacta», concluyeron a la par que hacían gala de estar optimizando el delivery inteligente para mejorar esa experiencia.

Delivery inteligente

B de Burger es un claro exponente de ello, integrando datos para mejorar tiempos y temperaturas; en envases sostenibles y térmicamente eficientes; y en soluciones digitales que permitan personalizar aún más la experiencia del cliente. La innovación no es solo aplicar tecnología, sino, y sobre todo, pensar en para qué se emplea. Según Perálvarez, “nos gusta usarla de forma útil. Tenemos cartas digitales mediante código QR para evitar el papel, pantallas en los locales con la carta y promociones y fichas de cliente que nos ayudan a conectar mejor con quienes participan en sorteos o concursos”. Entienden la tecnología como una herramienta que mejora la experiencia y optimiza el día a día: desde la gestión de pedidos y stock en tiempo real, hasta el análisis de datos de consumo para ajustar oferta, tiempos o promociones.