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El culebrón Dina: “la niña que susurraba a Iglesias”
La ex asesora del vicepresidente recaba hoy todas las miradas, en un momento en el que una investigación judicial coloca en la diana al también líder de Podemos
El exótico nombre de Dina Bousselham, copa hoy todos los titulares de prensa. Su figura, unida a la del vicepresidente del Gobierno, componen hoy uno de los últimos culebrones que residen en todas las esquinas de la Audiencia Nacional. Sin embargo, el nexo de ambos, se remonta al 2014. Una tarjeta SIM, sin embargo, ha sido el móvil que hoy vuelve a situarlos en el epicentro de todas las miradas políticas y también en el seno de Podemos.
El robo de una SIM, las cloacas del Estado, el nombre de ambos, y por medio, una investigación judicial, es otro de los culebrones que sacude al partido morado. El robo de su tarjeta, por parte del ex comisario Villarejo, celular en el que se albergaban mensajes comprometedores para el partido, hoy se vuelve contra el partido, como un búmeran. Podemos alegaba que había orquestada una campaña por parte de las cloacas del Estado para acabar con el partido. Hoy toda esa estrategia parece desmoronarse, al situarse en el centro de la diana a Pablo Iglesias, sobre el que el juez sospecha que pudo destruir la tarjeta SIM, que obraba en su poder después de que el director de Interviú se la entregara, tras negarse a publicar su contenido.
Pero más allá de las investigaciones judiciales, hoy todo el mundo se pregunta “¿Quién es Dina?”. La joven tangerina de 30 años llegó a Podemos en el momento de su nacimiento. Emigró a España con 18 años. A los 24 conocería al ahora vicepresidente. Era su profesor en la facultad de Ciencias Políticas, en Somosaguas, el germen de donde desembocaría el partido morado y sus principales apoyos. En sus clases, Dina despertó la atención de todos los profesores, incluido Iglesias, por su especial interés en la política magrebí. Se especializó en el mundo iberoamericano y según algunos de sus compañeros de clase destacaba por ser una alumna brillante. Recuerdan que mantenía varios debates con su entonces educador sobre “la política del cambio”, que pocos años después le encumbraría al Gobierno. Por aquel entonces conoció también a Íñigo Errejón con el que formarían parte de la organización estudiantil Juventud Sin Futuro.
Pronto cambió su afición por el fútbol -Madridista de cepa- por estadios de otro tipo. La Eurocámara. Junto a Dina, Iglesias conformaría su programa televisivo vía internet, “la Tuerka”, y poco después la ficharía como asesora en Bruselas cuando el partido logró cinco europarlamentarios. Ambos forjaron un clima de máxima confianza, de hecho algunos rumores apuntan a que pudieron tener una relación sentimental tras el noviazgo de Iglesias y Tania Sánchez, pero el extremo no está confirmado por sus protagonistas. En palabras de un ex colaborador –Dina era “la niña que susurraba a Iglesias”. Ella misma se describía como “asistente estratégica en comunicación política” y entre sus funciones estaba la “elaboración de argumentarios para el eurodiputado (Pablo Iglesias)», así como la gestión de “viajes y agenta del eurodiputado”.
Tras la vuelta a Madrid del líder de Podemos, Dina vivió una etapa de distanciamiento con Iglesias. Hasta el año 2019 focalizó su trabajo en el Ayuntamiento de Madrid donde se encargaba del Área de migraciones de la Comunidad y de la Secretaría de Comunicación, por lo que formaba parte del Consejo de Coordinación de Podemos, un puente que después la situaría en la dirección de Podemos Madrid. Vivió la batalla Errejón-Iglesias, y pese a formar parte de la lista de Podemos para la Comunidad, encabezada por Errejón -antes de que éste le traicionara de la mano de Manuela Carmena- Dina apostó por Iglesias y acabó en la dirección de Podemos Madrid.
Según ex colaboradores de Podemos, a Dina no le sentaron bien varios movimientos. Tras los malos resultados de la formación en Madrid (5 diputados), muchos de los cargos autonómicos se quedaron sin cargo. Tampoco le gustaría el hecho de que iglesias no la incluyera en la lista confeccionada por la dirección para acompañar a Iglesias cuando saltó a La Moncloa.
Cinco meses después, sin un cargo bien posicionado, Bousselham decidió dotarse de su propio cargo. A finales de mayo de este año dimitía de sus funciones dentro de Podemos Madrid para crear un nuevo medio: “La Última Hora”. Un digital que fue anunciado a bombo y platillo por toda la cúpula actual de Podemos, pero que generó malestar dentro de la formación por la fama que él mismo se ha creado: un medio oficioso, favorecedor para el partido. El propio Ramón Espinar, ex secretario general de Podemos Madrid, lo evidenciaba en un tuit: “Siempre fue un debate vivo si para combatir el mal hay que usarlo. Usar webs de intoxicación desde partidos en el gobierno no solo es una práctica aberrante en la derecha. El papel (constitucional) de los medios de comunicación es mucho más serio que eso. Qué pena da todo”, expresó. Mientras, los morados emitían una carta de apoyo al recién medio creado pidiendo a la militancia financiación para el mismo.
La propia Bousselham aseguraba en un vídeo que era un medio independiente, pero no imparcial, un medio “que tomaba partido”. De hecho, se congratulaba de tener su propia cloaca mediática. “Vamos a mirar de tú a tú a la cloaca mediática”, aseguraba. Sin embargo, con tan solo echar un vistazo a la web se puede comprobar que éste difunde, en buena parte, noticias favorecedoras para el partido y “esconde” piezas comprometidas, como la investigación judicial que apunta ahora a Iglesias, tras que el juez le retirara la condición de perjudicado.
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