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Georgina Rodríguez da el “sí, quiero” a Cristiano Ronaldo

Una sorprendente publicación de la modelo en Instagram ha disparado los rumores de compromiso entre la pareja. ¿Se oyen campanas de boda en alta mar?

Siempre dijeron que entre sus planes entraba el de casarse. Es posible que, a punto de cumplir cinco años de relación y haber consolidado una familia numerosa, Georgina Rodríguez y Christiano Ronaldo hayan puesto fecha a la boda.

El hombre hecho a sí mismo, gracias a su portentosa capacidad física para jugar al fútbol y a la necesidad vital por ser el mejor del mundo, sabe que sus años en el Olimpo del fútbol se acaban. Su última decepción ha sido no levantar la Copa de la Champions con el Juventus, como sí lo hizo con el Real Madrid en sus años como madridista. Para compensar la balanza entre una profesión que va acabando y una vida privada que va ganándole horas, quizás ha llegado el momento de apostar por dar el paso de casarse. Una decisión meditada por la desconfianza que se genera cuando se es famoso y millonario. En Georgina Rodríguez ha encontrado a la mujer que encaja en su imaginario y que además tiene la mano derecha del carácter y la izquierda de la dulzura, con una cabeza bien amueblada y los objetivos muy claros. La pareja lleva semanas embarcada en un lujoso yate recorriendo el Mediterráneo. En esas jornadas náuticas y gracias a Instagram, hemos visto a Gio, como él la llama, haciendo la colada en la cubierta del yate, bañándose en alta mar con los niños, sentada en su camarote rodeada de todas las marcas lujosas que necesita para la travesía pero también, les hemos observado quererse, abrazarse y disfrutar con amigos en la cubierta del yate e incluso, en el pie de una foto de ellos abrazados, contestar Gio con un «Sí» rotundo y Ronaldo, llamarla «Mi amor». Todo esto en suelo español, en Ibiza, como queriendo cerrar el círculo del amor. Gucci los unió en Madrid, cuando él fue a la tienda del barrio de Salamanca madrileño para abastecer su fondo de armario y a ella le temblaron las piernas al coger la tarjeta de crédito de un CR7 que quedó prendado con la joven de 22 años que había salido de Jaca para buscarse un camino en una ciudad con más posibilidades que las que le ofrecía Huesca. Un par de encuentros más, el tiempo y la constancia hizo lo demás.

Almas gemelas

Tanto Georgina como la madre de Ronaldo, parecen muy religiosas, siempre tienen a Dios presente en sus perfiles sociales, de ahí que una boda religiosa en Portugal podría cerrar un ciclo perfecto para el futbolista. Con Georgina no sólo comparte hijos, viajes, o compras en bucle de marcas de lujo, también tienen algunas implicaciones empresariales juntos y no hay que olvidar tampoco, que en pareja sus cuentas en las redes sociales son más valiosas para los compromisos publicitarios.

Montan en poni, viajan en su avión, salen a la calle protegidos por guardaespaldas, bailan en casa, se disfrazan, cocinan juntos, ven los partidos de fútbol en familia, organizan fiestas infantiles que son un parque temático y toda esa felicidad les gusta compartirla en las redes sociales, hasta cuando están en la cama no tienen reparo en mostrarse. Con Georgina, Ronaldo ha encontrado lo que Irina Sayck no quiso compartir; una vida y una familia numerosa. Al juntar dos egos tan poderosos juntos, el del jugador portugués y el de la modelo rusa, se originaba un tsunami, al que se añadía que compartían vida con media familia dos Santos Aveiro metida en casa, la suegra, los cuñados, las hermanas no ayudaban en la relación de pareja. De hecho, Dolores Aveiro, la matriarca siguió presente como Ave Fenix cuando Georgina se instaló en la vida del jugador en 2016, en cuanto se aseguró que su presencia no era necesaria, regresó a su casa en Portugal y les dejó el espacio libre. Un espacio que pronto llenaron con más niños, a Christiano Jr, se unieron los gemelos, Eva y Mateo, la última en llegar, hasta la fecha, ha sido Alana Martina, que tuvieron juntos en 2017. Ronaldo escogió Alana y Gio, Martina. Van por cuatro criaturas, quizás después de la boda, decidan seguir aumentando la familia. Juntos han encontrado el equilibrio, han superado la barrera de la desconfianza porque ambos hablan el mismo idioma, el de la superación y el de priorizar sus metas. Quizás el caso de Ronaldo sea más llamativo porque a base de esfuerzo y disciplina ha llegado a la meta que se puso: ser el mejor en su profesión. Ese inmenso ego que deja a su paso no le hace perder de vista sus orígenes humildes y de ahí su generosidad silenciosa. Son guapos, felices, jóvenes y ricos, como diría George Clooney: «Qué más».