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La Princesa confinada se adelanta a Iglesias: ya luce la trenza espiga

La Reina Letizia acompaña a sus hijas al colegio
La princesa Leonor y la Infanta Sofía llegando al colegio a 11 de septiembre de 2020Raúl TerrelEuropa Press

Dije el otro día que el vice segundo meditaba pasar del moño bajo a la trenza espiga, pero entre dudas y pruebas se le ha adelantado la Princesa Leonor, que en el inicio del curso ya luce la favorecedora y rubia trenza espiga sobre el juvenil hombro. Leonor y su trenza se encuentran ahora en cuarentena. No sabemos si estará catorce días o diez, pero al menos así la Corona conseguirá un breve respiro en el asedio de Podemos y sus allegados: no creo que en estas circunstancias Irene Montero insista en el «Borbones a los tiburones», mayormente porque, como buena animalista, no querrá que los tiburones resulten infectados por un casual.

Gracias al Sánchez nuestro de cada día que nos ofrece alguna luz para caminar por el valle de las tinieblas ahora ya sabemos, por fin, que Podemos cumple la Constitución y el PP, no. Él sigue pidiendo unidad, pero ya no sabemos si se la pide a Casado, a Iglesias, a Otegui para orar juntos por los presos políticos vascos o a María Teresa Campos y Bigote Arrocet. Dinos, señor, qué unidad deseas, le grito a la tele en este vivir sin vivir en mí.

Dice el abogado Gómez de Liaño, refiriéndose al Consejo General del Poder Judicial, que «una institución cuyos vocales serán nombrados como se proponen hacerlo los partidos poco puede dar de sí». No lo creo: ahí tiene a la fiscal general del Estado nombrada por el dedo socialista y juguetón del mismísimo Sánchez y ya se ve que da de sí una barbaridad. Está a todo: lo mismo deja en casi nada la causa por la caja B de Podemos que devalúa los testimonios de Calvente contra los morados o que inspira el asalto a la cocina (kitchen) del PP para resucitar a todos los chefs antañones que vuelven como zombis indestructibles a la pesadilla interminable. Mientras, Casado declara que el presi pretende crear en la Moncloa una red clientelar y partidista para repartir los fondos europeos. Ya ven: la búsqueda del centro político acaba siempre en un centro comercial. Tanta ideología para acabar en Mercadona comprando papel higiénico para la diarrea de los rebrotes. Las cosas están mal, pero esperen a que apliquen soluciones. Menos mal que Irene sabe hacer trenzas, moños y tirabuzones.