Entrevista

Fayna Bethencourt: “Me enamoré y caí en una trampa, pero ya no le tengo miedo”

Después de condenar a Carlos Navarro, «El Yoyas», a seis años de prisión por malos tratos, hablamos con su ex mujer

Fayna Bethencourt y Carlos Navarro, en una imagen de archivo/Foto: Gtres
Fayna Bethencourt y Carlos Navarro, en una imagen de archivo/Foto: Gtreslarazon

A Fayna Bethencourt no le tiembla la voz cuando se refiere al hombre que, según ella, la maltrató, verbal y físicamente, durante años. Carlos Navarro, «El Yoyas», estuvo casado con ella durante 16 y es el padre de sus dos hijos, pero su fuerte carácter condujo a dramáticos episodios de violencia doméstica. Fayna acabó denunciándole, y el pasado mes de noviembre el Juzgado de lo Penal número 5 de Las Palmas de Gran Canaria dictaba sentencia condenando a Navarro a seis años de prisión y a pagar ocho mil euros a su ex mujer y otros cuatro mil a sus hijos por los daños producidos.

«La ley se ha pronunciado –afirma Fayna– y le han condenado. Y si la Justicia dictamina esa sentencia, poco hay que decir. Tengo toda mi confianza en la ley y he esperado tres años para conocer el dictamen. En mis años de matrimonio aguanté demasiado, con el agravante de que fuimos tres personas las víctimas, mis hijos y yo, sufrimos una situación durísima. Me enamoré y caí en una trampa…». Su amor surgió durante el concurso de ambos en la segunda edición de «Gran Hermano» en 2001. Y Fayna nunca supo adivinar los males que le esperaban al lado de ese hombre.

–¿Le ha llamado Carlos tras saberse la sentencia que le condena a años de cárcel?

–Evidentemente, no, ni me ha llamado ni deseo que me llame. No quiero saber nada de él. Tiene una orden de alejamiento. Y que no se atreva a ponerse en contacto conmigo... Le quiero bien lejos de nuestras vidas.

Carlos Navarro, "El Yoyas"
Carlos Navarro, "El Yoyas"larazonMediaset

–¿Cómo sufren sus hijos este amargo proceso judicial?

–Ellos ya pasaron lo peor, igual que yo, y ahora son dos niños felices, rodeados de gente que les quiere en un ambiente totalmente sano. Intento mantenerles al margen de los temas judiciales.

–¿Qué edades tienen?

–La niña va a cumplir catorce y su hermano, once. Nacieron durante mi relación con la persona que acaba de ser condenada. Es su padre biológico, pero el que les quiere como padre real es mi actual pareja, que los considera sus propios hijos.

–¿Los niños mantienen algún tipo de contacto con Carlos?

–Relación, ninguna.

–¿Ni tan siquiera han comentado algo sobre la condena carcelaria contra él?

–No voy a entrar en eso. Entienda mi postura. Es un tema bastante delicado...

–¿Era tan violento? Porque en el juicio salieron episodios terribles, desde que casi la estranguló hasta que le pegaba delante de sus hijos, la pisoteaba…

–Todo eso es verdad. Y se dijo delante de un juez. Sale reflejado en mi denuncia y en la sentencia. Es real.

–¿Y por qué aguantó tantos desmanes?

–A veces el amor es ciego y no te das cuenta de las cosas. O no quieres darte cuenta de lo que estás viviendo, normalizas muchas conductas que no son normales. Y cuando te alejas de ese círculo comprendes el error en el que has vivido.

Carlos Navarro, ''el Yoyas'', en el aeropuerto de Barcelona el pasado año
Carlos Navarro, ''el Yoyas'', en el aeropuerto de Barcelona el pasado añolarazon

–¿La sentencia ha paliado su miedo?

–A Carlos ya no le tengo miedo. Pero se lo tuve. Muchísimo. Nunca he sentido tanto miedo de una persona como el que le tuve a él.

–¿Y qué le dice su actual pareja?

–Se trata de un apoyo fundamental, mis hijos y yo hemos formado a su lado una gran familia. Muy unida y estable. Vivo una relación sana, como debe ser la de una pareja normal.

–¿Borraría su pasado con Carlos si pudiera?

–Jamás lo borraría porque ahí están mis hijos, que es lo mejor que tengo en la vida. Lo que sí he llegado a pensar es que tendría que haber roto ese matrimonio mucho antes.

–¿Por qué no dio el paso?

–Hubo un tiempo en el que quise mucho a ese hombre, nacieron dos hijos y fueron pasando los años. Entré en un estado psicológico muy complejo… Espero que contar mi experiencia sirva para que otras mujeres maltratadas no vivan lo mismo que yo. Callaba por vergüenza, a muchas víctimas les pasa lo mismo que a mí, cuesta reconocer el maltrato, y la gente que ha vivido casos semejantes sabe de lo que hablo.

–Carlos puede recurrir la sentencia...

–Que haga lo que quiera. Yo me he sentido aliviada al conocerla.