Crónica

Carmen Lomana: el día que conocí a Monedero

Espero que dé las explicaciones oportunas, estos capitalistas disfrazados de comunistas se lo montan muy bien

Lomana y Monedero, saliendo del bar Pepe Botella
Lomana y Monedero, saliendo del bar Pepe BotellaLa RazónLa Razón

No nos dan un respiro. Como si no tuviéramos bastante con el juicio de Bárcenas, aparece mi amigo Monedero en escena. Los de Podemos no se pierden una, están en todos los chanchullos y corruptelas que puedan existir, lo que no comprendo es cómo consiguen esconder toda la porquería debajo de la alfombra y seguir como si no pasara nada. Monedero parece el cajero de los dineros no muy claros de Podemos. Ya tuvo problemas hace cuatro años por una cantidad de 425.000 euros que había cobrado no se sabe muy bien de qué asesoramiento, aunque él argumentó que se trataba de estudios sobre la moneda única latinoamericana. Este importe no lo declaró hasta que le recomendaron hacer una complementaria porque Hacienda estaba a punto de inspeccionarle y debía justificarlo.

Parece que no ha aprendido la lección y vuelve a las andadas con facturas falsas y no declaradas. Estos son los que decían que venían a salvarnos de la corrupción, que eran los guardianes de la honradez y las cuentas claras. ¡Pues estamos listos! Financiación ilegal a través de una consultora tapadera llamada Neurona. Esta panda de podemitas ha aprendido rápido de los vicios y costumbres burguesas de la «casta», como ellos llamaban a los poderosos.

Juan Carlos Monedero, politico". © Luis Díaz. 8/3/19
Juan Carlos Monedero, politico". © Luis Díaz. 8/3/19LUIS DIAZ

«Casi nos emparejan»

Mucha gente me pregunta el porqué de mi amistad con Monedero. Una noche, al poco de sumar Podemos en las elecciones europeas unos cinco millones de votos e irrumpir en el universo político como elefante en cacharrería, vi por televisión a un personaje con gafas y cara de mala uva que me recordó a Trostky. En aquella entrevista me pareció un panfletario y demagogo, así que decidí darle guerra en Twitter hasta el punto de decir que a ese gafitas que dice que es profesor de Ciencias Políticas me gustaría «echármelo a la cara». Mi enorme sorpresa fue que a la media hora me contestó también vía Twitter: «Te tiro el guante, cuando quieras y donde quieras».

JUAN CARLOS MONEDERO Y CARMEN LOMANA
JUAN CARLOS MONEDERO Y CARMEN LOMANAJAVIER FDEZ-LARGOLa Razón

Acepté el duelo y quedamos en un lugar muy emblemático de Malasaña, el famoso bar «Pepe Botella» en la Plaza del Dos de Mayo. Llegó puntual a la cita, a las 18.00 horas, nos saludamos cordialmente y nos sentamos en una discreta mesa a tomar un café y charlar. Hablamos de muchos temas, entre ellos le conté que mi marido era chileno y todo lo ocurrido con Allende y el golpe militar de Pinochet. Él también me habló de la suya y salimos de allí siendo los nuevos mejores amigos, con la mala suerte de que nos hicieron una foto juntos a la salida del local y se armó. ¡Casi nos emparejan!

Fue también muy comentado cuando vino a casa el día de Reyes a tomar el Roscón con chocolate. Le advertí de que las personas que encontraría en mi casa no eran como las que iban a sus mítines. En esta ocasión fue él el que aceptó el reto. Pensé que era un regalo para mis amigos conocer a un político polémico y recientemente incorporado. Quizá yo sea demasiado liberal y nada sectaria dado que mucha gente no lo entendió, incluso desertaron tres de mis invitados al grito de «te van a cortar la cabeza como María Antonieta» o «este viene a ver cuántos metros cuadrados tiene tu casa», y perdí contratos de trabajo. A partir de ese encuentro he mantenido un contacto más o menos intermitente. Tengo que reconocer que soy muy leal con mis amigos, pero espero que Monedero dé las explicaciones pertinentes a quien tenga que dárselas sobre ese importe de 26.000 euros con factura falsa y no declarados, según se ha publicado. Por lo que cuenta la Prensa, compruebo que a mi amigo la vida le sonríe económicamente, ganó 180.000 euros en 2019 entre programas de televisión, clases y asesorías. Estos capitalistas disfrazados de comunistas se lo montan francamente bien.