Fallecimiento

Quique San Francisco, arruinado y solo: la mala vida de un hombre bueno

El actor será incinerado hoy en el tanatorio de Colmenar Viejo

Por ironías del destino, Enrique San Francisco interpretó el papel de la muerte en el último trabajo de su vida, fue en el anuncio madrileño de Campofrío y salía representando a “la dama de la guadaña” ante el asombro de los transeúntes con los que se cruzaba en las calles de Madrid.

Rosario Flores y Quique San Francisco
Rosario Flores y Quique San FranciscoRTVERTVE

No podía imaginarse que sería la propia muerte la que le buscaría a él dos meses y medio más tarde en una UCI del Hospital Clínico San Carlos de la capital madrileña. Se iba de este mundo tan en silencio como vivió. Ayer, a primera hora de la tarde fallecía a los sesenta y cinco años, víctima de una neumonía bilateral, agravada por una neumonía necrotizante y una fuerte infección que le afectó al pulmón izquierdo.

Horas después, sus restos mortales eran trasladados a la sala 20 del Tanatorio Norte, y a las tres de la tarde de este martes su cuerpo será incinerado en el crematorio de la localidad de Colmenar Viejo.

Presumía de estar “mejor por dentro que por fuera”, se quejaba de “no tener trabajo” y esperaba que “acabe pronto esta pandemia para volver a la normalidad. Ni lo uno, ni lo otro, ni lo de más allá.

Quique San Francisco caracterizado como la muerte, en uno de sus últimos trabajos
Quique San Francisco caracterizado como la muerte, en uno de sus últimos trabajosTwitterCampofrío

Arruinado y solo, refugiado en un modesto hotel entre Pinto y Valdemoro. Era un buen hombre con una mala vida a sus espaldas, marcada por las adicciones a las drogas y el alcohol. Quique había convertido el bote de cerveza en un apéndice de su cuerpo.

La última vez que le entrevisté, hace ya varios años, me confesó que “vivo con mi perro en este coche”. Dentro del auto había quitado los asientos de atrás y sobre una sábana blanca dormía su perro, su más fiel compañero de vida. Los problema económicos le llevaron a perder su casa, aquella en la que convivió con su padre durante décadas. Eran uña y carne, confidentes y amigos. Sentían verdadera veneración el uno por el otro. La muerte de su progenitor le hundió en una grave depresión de la que nunca se recuperó.

Aun así, desde el hospital donde estaba ingresado, nos llega que no perdió el sentido del humor hasta el final. Una fuente del centro nos desvela que “estaba muy enfadado porque no le daban el alta, no era consciente de su gravedad. Se mostraba convencido de que volvería en unos meses al teatro, con la misma obra que tuvo que suspender en Vitoria el día que comenzó a sentirse mal”.

Las redes sociales se han llenado de mensajes de cariñosa despedida de compañeros a los que no veía desde hace mucho tiempo, entre ellos Mayra Gómez Kemp, Luis Piedrahita, Alex de la Iglesia, Macarena Gómez, y políticos como Inés Arrimadas o Toni Cantó.

Imanol Arias, con el que Quique coincidió en la serie “Cuéntame”, ha contado cómo fueron los últimos días de Quique en la UCI: “no se podía hablar con él, pero nos dijeron que estaba enfadado porque no podía salir, ni saludar o ver a la gente. Era tremendamente elegante, educadísimo, siempre olía bien, y tenía una enorme virtud: lo agradecido que era.”

Recuerdo una ocasión, cuando ya se había desenganchado de la cocaína, que jugábamos un partido de squash y se encaprichó de mi raqueta. No paró de pedírmela hasta que consiguió que se la regalara. A nuestro lado, Antonio Flores, que también consiguió dejar su misma adicción, reía a carcajadas ante su insistencia. Le di la raqueta y me ganó el partido. Mientras tomábamos una cerveza me dijo: “ya decía yo que esta raqueta tenía truco, estamos hechos la una para el otro”.

Aproveché el momento y le recordé que me tenía que devolver mi mechero de Loewe que se había guardado una tarde mientras le entrevistaba en su apartamento de la calle Orense, en presencia de su novia de entonces, Rosario Flores.

Fue su amor más mediático, el resto los ocultaba a casi todo el mundo. Y mira que le gustaban las mujeres. El mismo se definía como “un golfo simpático que ha ligado mucho en esta vida”. Descanse en paz.