Entrevista
Lorenzo Caprile: “Ayuso parece un poco Mariquita Pérez”
Tiene un conocimiento enciclopédico sobre la moda y el vestir, y es un poco cascarrabias también
Es como un osito. En todas las acepciones y sin el «como». Tiene un conocimiento enciclopédico sobre la moda y el vestir. También es un poco cascarrabias. Con fijaciones sobre el lenguaje incluidas. Posee un gusto exquisito y un listado de clientas que incluye reinas y leyendas. Ni la televisión ni la fama le devoran el alma. Quedaría empachada. Guarda un corazón de oro y su amistad de 20 años es un regalo para el que suscribe.
–¿Qué le resulta más fácil, una estrella en una alfombra roja o una señora como Dios manda a la que se le casa el niño?
–La estrella en una alfombra roja, sin lugar a dudas.
–¿En su armario hay lentejuela o chalecos acolchados?
–De las dos cosas. Chalecos acolchados, varios, porque, como el marido de Macarena, mi jefa, es Javier Goyeneche, de Ecoalf, imagínate la cantidad de chalequitos acolchados que tenemos todos con el programa. Y de lentejuelas… Tengo un jersey precioso que me compré en Berlín con un corazón, varios pantalones bordados, un par de cinturones… Y una gorrita que me regaló María Escoté.
–Dicen que los diseñadores, en realidad, odian a las mujeres haciéndolas subir en tacones altísimos o embutiéndolas en faldas imposibles…
–Chico, yo creo que no porque también hay diseñadoras que les ponen diseños imposibles y otras cosas extrañísimas y no vamos a dar nombres, y ahí están, tan panchas.
–Esa prenda que jamás ha entendido.
–El pantalón pesquero, que es la cosa más abominable sobre la faz de la tierra. Eso no favorece a nadie. A los guapos, no. Y, a los feos que somos mayoría, con estas piernas horrorosas, te hacen tapón. Si eres marisquera, lo entiendo, pero para salir en la calle Serrano, no.
–¿Y ese «look», prenda, imagen que le hizo decidirse por ser modisto?
–Que no digas ni modisto ni diseñador cuanto te refieras a mí, ¿eh? Que rompemos relaciones. Que me pongo negro. Habla con tu editor, que eso no me gusta.
–¿Por qué odia tanto la palabra diseñador?
–No es que la odie, es que no quiere decir nada. Consulta la RAE: «Diseñador, persona que diseña». ¿Ves? ¿Eso qué quiere decir? Uno diseña un artículo, un plan de pensiones, un curso… Y, además, es un anglicismo. Una mala traducción de la expresión «fashion designer». La palabra que define nuestra profesión en castellano, que es un idioma riquísimo, es modista. Es lo misma manía que llamar a un reportaje fotográfico «shooting» o al taller de costura, «atelier». Que no, hombre, que no estoy en París.
–¿Cuál es la mayor estupidez que se ha dicho de usted y no desmiente?
–Se han dicho tantas… Pero todo lo relacionado con Doña Letizia, porque hay tanta leyenda negra… Cada vez más disparatada y graciosa que la anterior.
–¿Responde a las tendencias o para ellas está siempre comunicando?
–Siempre doy falso positivo con las tendencias.
–Chándal, calcetín tenis, zuecos de enfermera… ¿El Apocalipsis está cerca?
–El apocalipsis no, pero el mundo tal y como lo hemos conocido… ahí va. Yo creo que el siglo XXI ha terminado nada más empezar. Ya sé que ésta va a ser una respuesta muy larga, pero es que estoy aburridísimo… Y en cuanto al vestuario, imagínate aquellas señoras guardianas del buen gusto antes de la Primera Guerra Mundial, encorsetadas, con trajes con cola… lo que debió de ser para ellas cuando cinco años después, apareció la moda de los 20, que ahora nos parece el culmen de la elegancia del siglo, y que para ellas tuvo que ser una abominación. Qué debían de pensar cuando vieran a la primera mujer con un trajecito de punto de Chanel por encima de la rodillas y una especia de condón apretado en la cabeza. Son cambios de paradigma, de elegancia… Hay que hacer un ejercicio para contextualizar las cosas.
–La moda es…
–Qué pregunta más complicada a estas horas del día y con esta otitis que tengo.
–¿Siempre quiso ser una estrella televisiva?
–No, por Dios. Que me haga esta pregunta cuando me conoce desde hace 20 años…
–Si estuviera en su mano, ¿a qué política le daría un cambio de rumbo?
–Isabel Díaz Ayuso tendría que cambiar de peinado y de «look» porque parece un poquito Mariquita Pérez. Y luego, la ministra de AA.EE, que ella se cree que va estupenda, pero nos regala unos «lookazos»… Ole, ole, ole. Dónde se pensará que va.
–¿Esa estrella que es muy mona pero está completamente equivocada?
–Muchas. Se han convertido en marcas personales y están en manos del que pague más en ese momento.
–Sus alumnos en «Maestro de la costura» dicen de usted que es un osito. ¿Algo que añadir?
–No. Que no solo me lo dicen mis alumnos...
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