Realeza

La Infanta Margarita, una Borbón sin vacunar

Aunque la mitad de su familia ya está vacunada, la hermana del Rey Emérito sigue a la espera de ser llamada a pesar de tener ya 82 años

Infanta Margarita, aunque tiene movilidad reducida, es una mujer muy activa.
Infanta Margarita, aunque tiene movilidad reducida, es una mujer muy activa.G3GTRES

Media familia Borbón ya está vacunada pero la hermana pequeña de Don Juan Carlos sigue a la espera. Estos días, sus sobrinas, las Infantas Elena y Cristina, han regresado puntualmente a Abu Dhabi para recibir la segunda dosis de la vacuna china Sinopharm, que recibieron hace tres meses gracias a que su progenitor reside en Emiratos. Sin embargo, las autoridades les han complicado su hoja de ruta. El futuro pasaporte de vacunación europeo no contempla las vacunas no aprobadas por la EMA, Agencia Europea del Medicamento, y la china no lo está, de momento. Se da la paradoja de que su tía, Margarita, de 82 años, aún no ha sido llamada para vacunarse. Las sobrinas, de 57 y 55, ya están inmunizadas, pero la octogenaria tía Margot no tiene noticias de cuándo podrá. Sin embargo, su cuñada, Doña Sofía, de su misma edad, y su hermana la princesa Irene, de 78, han recibido la primera dosis de Pfizer. Ellas sí podrán viajar por Europa con el ansiado pasaporte europeo de vacunación. Quizá sea un problema de densidad de los distritos, ya que Margarita pertenece al de Salamanca, y el Palacio de la Zarzuela al de Fuencarral-El Pardo, mucho menos masificado.

El contratiempo de no haber sido vacunada no le impide a Doña Margarita seguir sus costumbres, eso sí, más reducidas. Le entusiasma reunirse con sus amigas para charlar o jugar al dominó porque al tener marcas las fichas le facilita su lectura. Dado que estar con no convivientes en domicilios es arriesgado, opta por verse en espacios públicos. De esta manera, Doña Margarita se desplaza en su furgoneta adaptada a la silla de ruedas que usa desde que se lastimó la cadera hace seis años. Esta semana, la tía de Felipe VI ha almorzado dos veces en Las Bridas. El lunes lo hacía con dos amigos y el miércoles repetía, porque ella, que es de buen comer, tenía ganas de un buen cocido, que es lo que ponen siempre ese día de la semana. En una mesa puesta en la acera de la calle de José Abascal, ella y su amiga comenzaban el festín con una crema, seguida de un cocido y terminada con un bizcocho de zanahoria. Ambos días, Margarita y sus acompañantes disfrutaban de un menú de 16 euros y de la sobremesa.

Carlos Zurita, la Infanta Margarita y su hija, María Zurita.José Oliva / Europa Press
Carlos Zurita, la Infanta Margarita y su hija, María Zurita.José Oliva / Europa PressJosé OlivaEuropa Press

Si no sale más de casa es porque aún no está vacunada y porque está de lo más entretenida con su nieto Carlitos. Un niño que la tiene «loca de alegría» aunque, como me dijo en una ocasión en el restaurante del hotel Orfila, donde también le gusta ir a disfrutar de su terraza, «el nieto me llega un poco tarde porque ya no tengo la movilidad de hace unos años y ahora me cuesta más, pero lo disfruto mucho».

Madre orgullosa

La Infanta siempre ha estado orgullosa de sus hijos. Alfonso, que vive con ellos y ha estado pasando unos días en Toro, es un hombre que juega muy bien al badmington y sabe mucho de economía china, y María, que mantiene como autónoma su empresa de traducción. El que está estos días muy atareado, recuperando la terraza que les arrasó la tormenta Filomena, es su marido, el médico Carlos Zurita, un apasionado de la jardinería. Algo que a la Infanta no le preocupa en absoluto porque no le gustan las plantas y hace como treinta años que no sube a la terraza de su casa.

Carlos Zurita, la Infanta Margarita y su hija, María Zurita.José Oliva / Europa Press
Carlos Zurita, la Infanta Margarita y su hija, María Zurita.José Oliva / Europa PressJosé OlivaEuropa Press

Y así pasa sus tardes, sin jardinería, ni juegos de cartas, y sí con mucha música, una de sus pasiones es tocar el piano. Portugal es otra de las debilidades de Doña Margarita, el país donde se ha criado y contrajo matrimonio un viernes 13 de octubre de 1972 ante 300 invitados. El año pasado, según acabó el confinamiento total, se escapó a su casa de Estoril. Ahora que llega el buen tiempo, está deseando regresar. La familia lleva una vida tranquila, sencilla y sin privilegios. Doña Margarita siendo hermana del Rey Emérito, y no tuvo un título nobiliario de la Casa Real hasta el 23 de junio de 1981. Seis años más tarde se publicó en el BOE un Real Decreto en el que se hacía constar que conservará el uso del tratamiento de Alteza Real vitaliciamente, pero no su consorte e hijos. En la actualidad, tanto ella como su marido siguen volcados en la fundación cultural duques de Soria, que crearon en 1989 y de la que es consejera su hija María. La entidad cuenta con un presupuesto de 66.000 euros gracias a los patrocinadores privados. Su objeto es administrar los legados de la colección de Duarte Pinto Coelho, que se exhibe en Cascáis y la herencia de Valdeavellano, entre otros legados.