Tensión

Escándalo en Sálvame: Carlota Corredera lapida a Antonio Montero por este motivo

La presentadora ha amenazado con abandonar el plató si el paparazzi continuaba sentado en su silla de colaborador

Carlota Corredera y Antonio Montero en un montaje de La Razón
Carlota Corredera y Antonio Montero en un montaje de La RazónCollageTelecinco

La tensión es más que evidente en Sálvame. Desde que el pasado mes de marzo tuviese lugar el primer episodio de ‘Rocío: contar la verdad para seguir viva’, la diferencia de opiniones entre periodistas y colaboradores es toda una realidad. El papel de Carlota Corredera ha sido clave en estos casi tres meses para entender a Rocío Carrasco, pero como en toda historia existen dos versiones y dos caras de la moneda.

Antonio Montero y Carlota Corredera
Antonio Montero y Carlota CorrederaTelecinco

Antonio Montero, uno de los tertulianos más críticos con el testimonio de la hija de Rocío Jurado, ha alzado la voz este lunes en Sálvame y lo ha hecho sin miedo y diciendo lo que piensa después de los doce capítulos ya emitidos, cuestionado a su vez el papel como madre de Rocío Carrasco. Como era de esperar, la reacción de Carlota no tardó en llegar: “No voy a permitir que este señor se quede en plató llamando mala madre a Rocío Carrasco después de todo lo que hemos escuchado. No lo voy a permitir”, ha afirmado mientras amenazaba a la dirección del programa con abandonar el plató. “Si Montero se queda en el plató yo me marcho. No pasa nada, me levanto y me voy. Se acabó. Esto no es un juego”. Minutos después, la gallega volvía a coger los mandos de presentadora y lo hacía visiblemente nerviosa. Ella ya ha marcado sus límites, y son los de “no trabajar con negacionistas de la violencia de género”.

Lo sucedido esta tarde en Sálvame ha sido aplaudido y criticado a partes iguales. Por un lado, los incondicionales de Rocío Carrasco han premiado a la presentadora con mensajes de apoyo. Pero la otra cara de la moneda se muestra llena de críticas y reproches ya que, para muchos, Corredera está “empleando una dictadura imparcial en la que no tiene cabida la libertad de expresión”.