Gente
Carmen Lomana: El bosque cercano...
Las formas de soledad son muy variadas. Para algunas personas la soledad es insoportable y lo viven como una catástrofe; para otras, entre las que me incluyo, es una delicia y una forma de estar conectada con uno mismo para trabajar, pensar y vivir con relativo silencio. No tiene nada que ver con sentirse solo sino con tener la suficiente madurez para asumirte y vivir nuestra propia existencia sin miedo. El mayor de mis lujos es el espacio y el silencio.
Por supuesto que es importantísimo tener amigos, relacionarnos, salir, pero solo lo concibo desde la aceptación y el saber estar solo para apetecerme estar con los demás. Pero los demás son los que yo elijo y otros que van apareciendo en mi vida a la vez que muchos de los que estaban se van diluyendo porque nosotros cambiamos y evolucionamos y no siempre nos sigue gustando estar con las mismas personas.
Reconozco que he sido una persona que ha disfrutado y disfruto mucho viviendo sola, creando mi propia vida, manejándola con autonomía. Primero quise separarme del núcleo familiar en el que me sentía cómoda y protegida pero lo único de deseaba con pasión era ir a vivir a otro mundo, otro ambiente, otro país. La curiosidad y la felicidad que me producía poder construir mi propia vida, mi espacio, era superior a sentirme protegida.
Siempre me gustó lo desconocido, la aventura y por encima de todo mi independencia. En este momento de mi vida tengo la sensación de que los seres humanos se mueven de una forma gregaria, todos opinan de forma parecida, siguiendo canones y conductas que alguien les ha dicho o tendencias sociales de moda sin pararse a analizar todo aquello que están defendiendo.
La gente en general cree, sin ponerlo en duda, lo del cambio climático y el calentamiento de la Tierra. Como explica un profesor de la Universidad de Chile, Douglas Pollock, la Tierra se viene calentando desde 1720 que término la mini era del hielo que duro 500 años. Todavía no había influido el hombre con la actual era industrial y ya se calentaba. No me da miedo que la Tierra tenga periodos de calentamiento seguidos por otros de intenso hielo.
Dicen que cuando nació Jesucristo la Tierra estaba en otro periodo de calentamiento.Y hubo otros anteriores en la era egipcia. Incluso en una época en Groenlandia había pastizales, ganado y agricultura que llamaban «óptimo climático». Como sentencia Pollock, «el frío mata veinte veces más seres humanos que el calor». Lo que sí me preocupa de verdad es la contaminación de los mares.
Me espantan esos enormes barcos de cruceros que contaminan puertos y ciudades. En verano, cuando aparecen esos yates que a sus propietarios encanta anclarlos frente a las playas de moda acercándolos casi hasta la orilla, es algo que me indigna porque antes de tres horas empiezan a llenar todo de basura y nadie hace nada. También me preocupan mucho los incendios, los nuestros, los que tenemos cerca... No necesito ir a la Amazonía, que me queda demasiado lejos. Son los brasileños los que deberían luchar contra esas multinacionales depredadoras que provocan los incendios para sus propios intereses.Todavía estoy por ver después de los terribles incendios que estamos sufriendo en España meter a un pirómano en la cárcel y darle un castigo ejemplar.
Luego está Greta Thunberg, la niña sueca que es insoportable con su padre diciéndole a miles de niños que tienen que limpiar el planeta cuando deberían empezar por cuidar y limpiar las calles de sus ciudades y sus colegios. Y qué decir de esos fumadores que tiran las colillas al suelo dejando nuestras aceras y calles hechas un asco. Empecemos por lo más cercano....
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