El príncipe Harry, entre la espada y la pared en su próxima visita al Reino Unido

El príncipe Harry ya tiene prevista otra visita a su tierra natal, aunque en esta ocasión no está relacionada con sus polémicos juicios contra los medios de comunicación ingleses. El 8 de mayo se celebrará en la catedral de San Pablo de Londres una misa especial por el 10º aniversario de los Invictus Games, una iniciativa creada por él mismo para homenajear a los militares caídos y heridos en servicio.

La idea inicial era que este viaje sirviera para limar asperezas con su familia y unir de nuevo a las partes. Se esperaba que Meghan Markle y sus hijos, Archie y Lilibet, viajaran con él y se encontraran con su abuelo, sus tíos y sus primos, pero parece que finalmente no será así. Después de que el príncipe Harry perdiera su batalla legal contra el ministerio del Interior del Reino Unido, perdiendo de forma definitiva su servicio de escolta prestado por la policía, la duquesa de Sussex no se siente segura en el país y se niega a poner un pie en tierras británicas con sus pequeños.

La sombra de la muerte de Lady Di es alargada y sin la protección que les ofrecían los agentes, Harry y Meghan se sienten vulnerables en una nación en la que su imagen pública ha sufrido un tremendo revés en los últimos años. El duque de Sussex está dispuesto a asumir el riesgo, pero no puede obligar a su esposa a que le acompañe, ni mucho menos se plantea exponer a sus hijos a los hipotéticos peligros que dicen afrontar cuando visitan Reino Unido.

El príncipe Harry se encuentra entre la espada y la pared, y la única alternativa que encuentra es viajar solo el próximo 8 de mayo. Una solución que debe aceptar a disgusto, teniendo en cuenta que sus planes pasaban por un gran acercamiento familiar ahora que los baches de salud de su padre y su cuñada le han hecho reflexionar sobre todo lo acontecido en los últimos tiempos.

Los tabloides británicos coinciden en que Harry ha hecho examen de conciencia y desea acercarse a su padre, su hermano y su cuñada para estar junto a ellos en esta etapa complicada que atraviesan, pero no es fácil con un océano de por medio.

Si bien es cierto que le gustaría incrementar sus visitas al Reino Unido, tampoco es plato de buen gusto para él separarse de sus hijos pequeños durante mucho tiempo, y como se ha mencionado anteriormente, tampoco es una opción llevarlos con él si no cuentan con protección oficial. Todo un dilema al que no encuentra solución.