Premios Princesa de Asturias 2025
La Reina Sofía y Paloma Rocasolano, dos abuelas, dos estilos, dos lugares distintos
Las abuelas de la princesa Leonor han vuelto a arroparla en Oviedo, eso sí, cada uno ocupando su sitio y siguiendo sus propias tradiciones
La princesa Leonor ha vivido este viernes 24 de octubre un día importante. Oviedo vuelve a vestir de gala para acoger los Premios Princesa de Asturias 2025, donde la heredera al trono español tiene un papel protagonista. Pero no duda en compartir escena con su familia, cediendo parte de las miradas a sus padres, los Reyes Felipe y Letizia, así como a su hermana, la infanta Sofía. Los cuatro forman un tándem ideal, al que tradicionalmente se les suma la Reina Sofía, que un año más no ha faltado a la cita. Tampoco Paloma Rocasolano.
Esperadísima era la llegada de la Familia Real al Teatro Campoamor donde se celebra la 45 edición de los Premios Princesa de Asturias. Pero más allá de ver desfilar a los Reyes y sus hijas, la expectación también era mayúscula para la Reina Sofía y Paloma Rocasolano. Las abuelas de la protagonista no han faltado a la convocatoria y han querido mostrar con su presencia su apoyo en un nuevo hito en sus funciones como heredera a la Corona. Eso sí, por protocolo no ocupan el mismo lugar y tampoco reciben la misma atención.
La Reina Sofía y Paloma Rocasolano, abuelas orgullosas
La primera en hacer acto de presencia en Oviedo ha sido la madre del Rey Felipe VI. Quería apostar por la discreción cuando al mediodía llegó al Hotel de la Reconquista de Oviedo. Lo hizo mientras su familia se reunía con los premiados de este año en su primera toma de contacto. El acto se desarrollaba con normalidad en el interior del Salón Covadonga, cuando sonaron las gaitas anunciando la aparición estelar de la Emérita. El sonido se coló en el interior y amenizó el acto. Ella saludó a los presentes con una amplia sonrisa, pero entró al edificio y no se volvió a dejar ver hasta la tarde, ya en la entrada del Teatro Campoamor.
Doña Sofía ha sido puntual a la cita. Especialmente porque ha acudido en coche, compartiendo espacio con sus nietas, ofreciendo una imagen de unidad y continuidad en la familia. Por delante de ellos, llegaban los Reyes, que dejaron que la abuela disfrutase del momento con sus nietas. Lo hacía demostrando su percepción estilística, donde la elegancia no está reñida con conjuntos cómodos y clásicos. En esta ocasión se decantó por un traje de chaqueta en blanco con detalles de pedrería en dorado por la zona del escote. A sus pies, unos zapatos negros de tacón sensato. Después ocupaba un lugar destacado en un palco reservado, donde podía seguir la ceremonia desde cerca, pero con discreción.
No es el caso de la otra abuela, la materna, Paloma Rocasolano. Ella se sienta en el patio de butacas y accede al recinto con antelación para no eclipsar a su familia. Lo hace con discreción, pero desfilando por la alfombra azul dejándose fotografiar por las cámaras y saludando a los presentes que se amontonan en las inmediaciones para no perder detalle. Este año ha elegido un vestido midi de fondo negro con detalles florales en tonos rosa que ha conquistado a las expertas en moda. A sus pies, unos salones de punta con tacón bajo en negro.