
Premios Princesa de Asturias 2025
El chascarrillo de la princesa Leonor que hace reír a todos al tender puentes generacionales
La heredera al trono ha querido dejar constancia de que es una mujer con los pies en la tierra. En su discurso, ha incluido una gracia que ha sido muy bien acogida

Se acaba de cerrar la 45 edición de los Premios Princesa de Asturias 2025 y ha dejado muy buen sabor de boca. Este viernes 24 de octubre Oviedo se vestía de largo para desplegar su alfombra azul en el Teatro Campoamor, que ha acogido una nueva ceremonia cargada de anécdotas y mucha emoción. No solo por parte de los galardonados, acompañados de sus familiares y siendo reconocidos en su ámbito profesional por su inestimable contribución. También por parte de los miembros de la Familia Real, que tiene esta cita anotada con especial cariño.
Uno a uno, los premiados han ido subiendo al escenario para recoger su galardón y ofrecer unas palabras al mundo. Explican la importancia de haber sido reconocidos por su labor y agradeciendo el apoyo mostrado. Lo mismo hizo la princesa Leonor cuando los galardonados terminaron, para poner el broche de oro a la ceremonia, antes de que su padre, el Rey Felipe VI, se despidiese con su propio discurso y pusiera fin a la velada. Pero ha sido la hija quien ha logrado restar rigidez al ilustre evento con sus propias palabras.
La princesa Leonor hace reír al Teatro Campoamor
La futura reina de España está dando pasos agigantados para demostrar su valía para ocupar el trono y colocarse la corona a la que está destinada. Son muchos los hitos con los que se abre camino, pero en los Premios Princesa de Asturias ha dejado claro que su compromiso pasa por tender puentes generacionales entre el pueblo y la Monarquía. No solo por decantarse por un look ‘low cost’ con un vestido midi en color berenjena y brocado de H&M. También por el chascarrillo que ha incluido en su discurso y que ha hecho que los presentes rompan a reír.

“Majestades, autoridades, patronos, amigas y amigos. Saludo en especial a los premiados de este año: sed bienvenido a esta ciudad, a este principado, que -¡Ya lo habéis visto!- os recibe con todo el cariño. Permitidme que, en tiempo de inmediatez, de fugacidad, de virtualidades, de bits, escriba una carta a cada premiado. Os invito a que asistáis a este ‘envío postal de viva voz’, a esta comunicación que evoca al papel y al bolígrafo, entre los premiados y yo”, comenzaba así a leer su discurso, ante la atenta mirada de los convocados.
Pero antes de leer cada una de las cartas que ha escrito para cada galardonado, ha explicado por qué se ha animado a hacerlo. Es aquí donde ha colado un chascarrillo que ha despertado la simpatía de todos, con el que ha tratado de romper barreras generacionales y tender puentes para que todos se sientan representados: “Lo hago porque, aun siendo de la generación Z e hija de una X y de un boomer, tengo la sensación de que una carta permite pararse, profundizar y pensar más. Y como vivimos en la economía de la atención, a ver si soy capaz de retener yo ahora la vuestra”. Dicho esto, le dedicó unas palabras de reconocimiento a los premiados, marcados por el respeto y la admiración, además, también, con cariño.
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