
¿Qué comió?
La Reina Sofía sacia su apetito en Guadalajara: el menú y las anécdotas en el restaurante
El director del local ha desvelado qué comió. Le extrañó lo que hizo en el postre y también la reacción espontánea del resto de clientes con ella

Tras posponer sus planes de viajar a Guadalajara hasta en dos ocasiones, al fin la Reina Sofía ha cumplido con su deseo. Este lunes acudió al Banco de Alimentos de la ciudad, que presta ayuda a más de 26.000 personas. Deseaba conocer en primera persona cómo se gestiona para dar servicio, siendo acompañada en todo momento por la alcaldesa de Guadalajara, Ana Guarinos, la presidenta del Banco de Alimentos, Carmen Hombrados y miembros de la Federación Española de Bancos de Alimentos y del ejecutivo.
Después de hacerse mucho de rogar su visita a la ciudad, la madre del Rey Felipe VI no quería poner rumbo directamente a Madrid. No sin antes saciar su apetito y dar buena cuenta de los manjares de la tierra. Es por eso que reservó un hueco en su hoja de ruta para personarse en uno de los restaurantes más reconocidos de la ciudad: Botánico. Un local que se encuentra en el paseo de San Roque y desde el que se han dado muchos detalles de su almuerzo.

La Reina Sofía estimula su paladar en Guadalajara
En torno a las 14:00 horas llegó la Reina Sofía acompañada de un grupo de empresarios con los que tenía intención de reunirse. Nada mejor que hacerlo compartiendo mesa y mantel en uno de los locales más populares, en el que estuvo durante dos horas y medio. La visita dio para mucho, pues incluso tuvo ocasión de saludar a los presentes o hacerse la correspondiente fotografía con los propietarios y el equipo del Botánico. El mismo que le dio muy bien de comer.
“Comió unos aperitivos ligeros, una parrillada de verduras, lenguado a la plancha y una bolita de helado”, desvela el director del restaurante, Juan Juárez Martos, a la revista ‘Hola’. Se siente orgulloso de que la mujer del rey Juan Carlos eligiese su local para saciar su apetito, aunque le llamó la atención que fuese austera a la hora del postre: “Le llevamos dos bolitas de helado en un plato y nos dijo que no, que solo una. Es una señora muy comedida”.
Todo estaba listo para su llegada, pues desde palacio avisaron para concretar la reserva. Además, el director reconoce a la citada publicación que miembros del equipo de seguridad de la Emérita accedieron antes al establecimiento para comprobar que todo estaba en orden: “Lo hicieron de manera muy discreta, muy profesional”, destaca a modo de anécdota. Pero todo salió según lo previsto y la comida fue un éxito, a pesar de la presión del decisivo examen que supone tener a la Reina Sofía entre los comensales: “al principio estábamos algo nerviosos, pero a medida que pasaba el tiempo nos fuimos relajando. La Reina Sofía hace todo muy fácil y sencillo”.
La Reina Sofía se sintió muy cuidada en el restaurante. No solo por el chef y los camareros, también por el resto de comensales con los que compartió el salón. Al marcharse tras saciar su apetito y estimular su paladar, de manera espontánea el resto de clientes se levantó y rompió en aplausos. Un gesto que ella recibió encantada, saludando a los presentes y haciéndose fotos con los que se lo pedían: “Tuvo el detalle de hacerse fotos con nosotros y con otros clientes, nos pareció encantadora. Luego comenzó a llover y se fue”. Como curiosidad, añaden que “nos pareció más alta de lo que pensábamos y muy elegante”.
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