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Entre pamelas anda el juego; por Jesús Mariñas

La Razón
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Poco a poco se afianza el almuerzo solidario «Spring Games» como la apertura primaveral de Marbella, la cita con gancho que organizan Pablo Hohenlohe y María Castro. Los objetivos se cumplieron a pesar de que la alcaldesa, Ángeles Muñoz, no apareció y no se respaldó el acto con ningún patrocinador. Castro, que ha superado su cáncer de mama, se volcó con su marido en atraer a la playa a una especie de resurrección colectiva de vips.

Olimpiada aristocrática

Aquello parecía un túnel del tiempo en el que Eugenia Martínez de Irujo hizo su aparición acompañada por su hermano Fernando con un conjunto negro que contrastaba con el aire primaveral que trasmitieron otros, como una pimpante Gunilla von Bismarck. Algunas compitieron en pamelas, cada una en su estilo, y la palma se la llevó la desternillante Antonia dell'Ate –quien confirmó que su hermana Annarita fue amor juvenil de Pablo, el organizador–. Ella se cubría con una de enormes alas, un poco en la tónica de la Garbo, la rubia de oro y brillantes. Rasgos que distinguieron a aquella Marbella gilista, pero que, parece, se ha perdido en el olvido. En la memoria quedan la ex emperatriz Soraya, el bailarín Antonio, Jaime de Mora o Sean Connery.

De nuevo en esta «olimpiada de la aristocracia» no faltaron Bea Ausberg y su primo Hubertus, quien impactó por su facha única. Hay que reconocer que es comparable a la de su hermano Marcos, futuro duque de Medinaceli. Este último ya se ha instalado en el palacio sevillano de la casi centenaria Mimi, gran duquesa. Sigue obsesionada por resolver crucigramas. Así pasa la mañana. Y la vida.

Fue como una cura rejuvenecedora ver al ex tenista Santana, igual que a un Luis Ortiz y a un Yayo Lagostera vestidos de azul añil y negro, como si fuesen los míticos «Choris», la alegría de una Marbella tan encorsetada. Y es que aún anda controlando el Marbella Club el conde Rudy, casado con María Luisa de Prusia, prima hermana de la Reina. El hombre pasea su aire «naif» de personaje escapado de otro tiempo. Flavia Hohenlohe, presidenta de Sotheby´s España, animó la subasta y Sandra García San Juan estaba feliz porque Enrique Iglesias se va a incorporar al «starlight» veraniego. Alardeaba de haber conseguido juntar por primera vez en un programa a padre e hijo, algo que parecía imposible. Julio está de sopitas y buen vino; hay que saber retirarse cuando a uno le toca. Dicen que los viejos, rockeros o no, nunca mueren, y Marbella lo demostró con este catálogo de «celebrities». Breve nota: el altivo Luis Medina se dedicó a jugar al paddle, negándose a dar hasta los buenos días. Qué diferente es su primo Pablo. Aún hay clases.