Entrevista
Qué fue de Yurena, la cantante del ‘No cambié’ que ahora ‘se desnuda’ para ‘La Razón’
Acaba de lanzar su nuevo álbum, «maybe», un disco con el que huye de la monotonía. «evolucionar es la consigna» señala la cantante
Una canción muy sensual que habla de sexo y deseo carnal, unas imágenes atrevidas que muestran un físico espectacular, Yurena echa mano de todas sus armas para lanzar «Maybe», un nuevo disco que huye de la monotonía. Evolucionar es la consigna. Ella misma se produce sus proyectos profesionales, maneja el mando de sus trabajos y de su vida.
–¿Quién manda ahora en su corazón?
–Yo. He tenido varias parejas, y las escondí tan bien que no se ha conocido a ninguna. Todas eran anónimas.
–Y ninguna se sentó tras la ruptura en un plató para contar intimidades.
–Esa es mi suerte. Tuve muy buen ojo al elegirlas. Eso lo puedo decir bien alto. Aquellos amores acabaron, desgraciadamente, en rupturas, pero sin traumas ni desafueros.
–Descubrimos a Tamara hace veinte años, cuando se dijo que estaba embarazada del vidente Paco Porras, una historia rocambolesca y poco creíble. ¿Se arrepiente de aquello?
–Uno se tiene que arrepentir, y esto lo he aprendido con el tiempo, de lo que no hace. Porque todo lo que haces, sea bueno o malo el resultado te da lecciones y te ayuda a aprender y crecer como persona. En cambio, si no realizas algo, te queda la incertidumbre de saber qué hubiera sucedido… Entonces, no me arrepiento de nada del pasado. Todo me ha conducido al punto en el que estoy ahora mismo.
–El «boom» de su canción, «No cambié», le trajo popularidad y dinero. Marcó un antes y un después en su vida.
–Le soy sincera: esa canción nunca me gustó, fue un simple experimento que no tenía nada que ver con el tipo de música con el que me identifico ni con el disco que grabé a primeros de los noventa.
–No se lo pusieron fácil.
–La mía ha sido una carrera de fondo en la que me dejo la piel y la vida en mi profesión.
–¿Está siendo rentable?
–Gracias a Dios, todos mis singles son número uno en las plataformas digitales, y tenga en cuenta que me autoproduzco, no tengo detrás el apoyo de una multinacional. Es un mérito en estos tiempos tan duros, ¿no?
–«Maybe» habla de sexo y de fuertes pasiones.
–Es una canción muy fina y muy elegante, pero también muy sensual, toca la sexualidad, refleja mis sueños, mis deseos carnales, pero sin caer en la vulgaridad, porque eso no va conmigo.
–Usted levanta pasiones en el colectivo gay… Muchos la ven como una mujer muy morbosa.
–Ja, ja, ja. O me aman o me odian. No causo indiferencia. Eso lo he sabido durante toda mi vida. Incluso cuando no era una artista conocida.
–¿Ha ligado mucho?
–Me conoce bien y sabe que no soy una mujer egocéntrica, pero le aseguro que, cuando era adolescente y salía con mis amigas, la que más ligaba era yo.
–¿Se le insinúan mujeres?
–Claro. Pero sobre todo hombres.
–Creo recordar que tuvo una novia…
–Es que estoy abierta al amor, que es el sentimiento más maravilloso, poderoso y bonito que existe. Estoy abierta a cualquier experiencia, y si me enamoro de una mujer, maravilloso.
–¿Es bisexual?
–Reconozco que tuve una relación con una chica, que nos pillaron besándonos… Era mi primer beso con una mujer. Pienso que el amor no distingue de sexos. Te enamoras de la persona, independientemente de que sea hombre o mujer. Es una cuestión de sentimientos, de química, de «feeling», no de sexo.
–¿Cómo calificaría esa relación?
Fui feliz, ilusionada y animada. Dejamos fluir los sentimientos… sin tabúes.
–Es una de las concursantes de «Ven a cenar conmigo. Gourmet Edition», ¿Se considera una buena cocinera?
–Digamos que esto es una experiencia más. Muy bonita, en la que estoy disfrutando muchísimo. Pero no soy una gran cocinera, no es uno de mis fuertes, aunque reconozco que no se me da mal meterme entre fogones. Y que cocino con todo mi cariño y mi ánimo.
–La muerte de su madre, Margarita Seisdedos, en 2019, fue el suceso más dramático y cruel de su vida.
–El peor. Cada minuto de mi vida echo de menos a mi madre. Aunque se fue de mi lado sigue siendo el pilar de mi vida, mi mitad, mi estrella… Para mí, es absolutamente todo.
–¿Y su padre?
–Ahora vive conmigo en Madrid, tiene 85 años y quiero acompañarle en su vejez. Cuando mi madre y yo nos vinimos a Madrid, él se quedó en el País Vasco, es muy introvertido y no le gustan los actos públicos. Le quiero muchísimo, pero la relación con mi madre era mucho más profunda e intensa. Ella es el gran amor de mi vida, el motor que impulsaba mis actos. Quien más creyó en mí desde mis inicios como cantante.
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