Entrevista

El duque de Arjona: «No quiero parecer el único hijo de la duquesa de Alba»

Cayetano Martínez de Irujo se sincera en LA RAZÓN a pocos días del que sería el cumpleaños de su madre, doña Cayetana

Cayetano Martínez de Irujo
Cayetano Martínez de IrujoAlberto R. RoldanAlberto R. Roldan

Mañana, lunes 28 de marzo, María del Rosario Cayetana Fitz-James Stuart y Silva, conocida entre la opinión pública como la duquesa de Alba, cumpliría 96 años. La aristócrata con más títulos nobiliarios en el mundo falleció el 20 de noviembre de 2014 a consecuencia de una neumonía, pero su recuerdo sigue muy presente en la ciudadanía gracias, en parte, a la espontaneidad y desparpajo que mostraba siempre ante los medios de comunicación. Con su actitud cercana y popular, hasta entonces nunca vista en alguien de su posición, se ganó el cariño y simpatía de buena parte de la sociedad, que, ocho años después de su muerte, todavía la mantiene viva en su imaginario colectivo.

Por supuesto, su familia y demás seres queridos son quienes más añoran a la duquesa de Alba, aunque es su hijo pequeño, Cayetano Martínez de Irujo, quien más decidido parece a honrar su memoria de forma pública. «Intento estar presente y atender a todo lo que está en mi mano, dentro de mis posibilidades, que sea en recuerdo y en homenaje a ella, que engrandece Sevilla y las demás partes de España en las que mi madre se volcó», cuenta a LA RAZÓN el duque de Arjona.

Sin embargo, de cara al que sería el 96º cumpleaños de la duquesa de Alba, Cayetano Martínez de Irujodescarta cualquier tipo de ceremonia o reconocimiento público, al menos por su parte. «No voy a hacer nada especial porque no quiero que parezca que soy el único hijo que tiene. No quiero protagonismo. Cuando lo hago, es porque lo siento, y tengo que respetar cómo lo siente cada cual», explica el jinete.

La duquesa de Alba y Cayetano Martínez de Irujo
La duquesa de Alba y Cayetano Martínez de IrujoGJD©GTRESONLINE

Aun así, Cayetano Martínez de Irujo aclara que estaría dispuesto a organizar algún tipo de homenaje o celebración por el cumpleaños de su madre si contara con el apoyo de sus hermanos, que parecen más apáticos en este sentido: «Lo lógico de hacer algo sería con todos o con la mayoría, pero como no hay pronunciación de ningún tipo por esa parte, pues yo mantengo su recuerdo y su presencia activa en muchísimos sitios, donde se me requiere porque se le hace homenaje».

En cualquier caso, lo cierto es que la duquesa de Alba agradecería pasar desapercibida en esta fecha tan especial, atendiendo a las palabras de su hijo Cayetano. Al parecer, a la aristócrata no le sentaba del todo bien hacerse mayor. «A partir de los 45 no quería ni que la felicitaran, porque se enfadaba. No quería cumplir años, se resistía. Hasta que luego, a los 80, yo ya volví a felicitarla», recuerda el duque de Arjona mientras esboza una ligera sonrisa.

Lo que Cayetano sí tiene claro es que seguirá organizando cada año la misa en honor a su madre en el aniversario de su muerte. Así lo ha hecho desde que la duquesa de Alba falleció, «y lo haré a lo largo de mi vida, entre otras cosas, porque así se hizo con mi padre durante un tiempo», Luis Martínez de Irujo y Artázcoz.

En la última misa, celebrada en el Santuario de los Gitanos del sevillano barrio de Triana, destacó la ausencia del resto de los hermanos Martínez de Irujo. Por aquel entonces, se encontraban en Madrid y todavía existían algunas restricciones a los movimientos a consecuencia de la pandemia de coronavirus, pero no dejó de sorprender entre la opinión pública que ninguno de ellos se presentara en el homenaje a su madre.

Quien sí lo hizo fue Cayetana Rivera, la hija de Eugenia Martínez de Irujo y Francisco Rivera. La joven apareció acompañada de Bárbara Mirján, la pareja del duque de Arjona, y en cuanto vio a su tío en el templo se fundió en un tierno abrazo con él. De esta forma, la joven dejaba claro que ella se mantiene al margen de las tensiones familiares de la Casa de Alba.

Solo los problemas de salud por los que Cayetano Martínez de Irujo ha pasado recientemente –ha tenido que ser ingresado en el hospital en varias ocasiones– parecen haber acercado un poco más a la noble estirpe. De hecho, algunos de los hermanos fueron a visitarlo en mayo del año pasado, cuando tuvo que ser intervenido por una obstrucción intestinal, demostrando así que, pese a la lejanía que les separa –tanto física como emocional–, están unidos cuando más lo necesitan, como a su madre le habría gustado.