Entrevista

Angela Rodicio: “Me obsesionan los prólogos”

La periodista y escritora acaba de publicar con Espasa, “El zar olvidado. Miguel II y los cinco días que pudieron cambiar el mundo”. Se trata de una reconstrucción basada en testimonios originales de los primeros días de la Revolución Rusa de febrero de 1917

Nasrin Zhiyan con Angela Rodicio
Nasrin Zhiyan con Angela Rodicio Nasrin Zhiyan

Angela Rodicio no para de viajar, por su trabajo como periodista, pero también porque tiene amigos en todo el mundo. De sendos privilegios destila sus libros, a los que dedica años de investigación y estudio. Algunos se han traducido ya al italiano y al ruso. Ahora acaba de publicar "El zar olvidado. Miguel II y los cinco días que pudieron cambiar el mundo", una recreación de los cinco primeros días de la Revolución de Febrero de 1917 en San Petersburgo, entonces Petrogrado. En su prefacio recuerda como conoció a Putin en aquella ciudad. Tejiendo testimonios directos de aquellas jornadas de 1917, contrastando y cotejando datos, nos trae hasta la actualidad la importancia de ciertos protagonistas y acontecimientos históricos que, aunque hayan sido postergados, determinan nuestros días. Porque Miguel II, el hermano pequeño de Nicolás II, en quien este abdicó, fue, por voluntad propia, el último dirigente ruso, si no legal, sí legítimo. Una lectura imprescindible no sólo para entender Rusia, sino más bien el mundo en que vivimos.

Angela Rodicio con la reina Rania de Jordania, en su palacio de Ammán.
Angela Rodicio con la reina Rania de Jordania, en su palacio de Ammán.Cedida por Angela Rodicio

“El zar olvidado. Miguel II y los cinco días que pudieron cambiar el mundo”, es su sexto libro. ¿Por qué eligió este tema?

Me ha rondado podría decir que desde siempre, por la cabeza. La primera vez que leí en alguna parte que el zar Nicolás II había abdicado en su hermano, y que este también había renunciado al trono, la curiosidad sobre quién era, así como sus razones, digamos que se quedaron ahí permanentemente.

Hace unos años cayó en mis manos, “Michael and Natasha, the life and love of the last tsar of Russia”, de Donald Crawford. Me quedé fascinada con ese trabajo. Tanto que hice de todo para tener traducidos los diarios de Miguel Romanov, el hermano pequeño de Nicolás II. Desde 1918 he comprado reediciones de libros por todo el mundo. Me pasé la pandemia recibiendo documentación, y trabajando en ello. Totalmente abducida por lo que definiría como el enigma de Miguel Romanov y la clave constitucional de Rusia.

Angela Rodicio durante su último viaje a Iran en enero 2023
Angela Rodicio durante su último viaje a Iran en enero 2023Cedida por Angela Rodicio

Ahora Rusia es un tema de máxima actualidad tras la invasión de Ucrania.

Por supuesto, pero le aseguro que cuando explicaba hace años a mis amigos en lo que andaba, me miraban como si me hubiera vuelto loca. En realidad, yo también me lo preguntaba al principio. Parecía que a todo el mundo le daba pereza el tema de Rusia. Para mí, que cubrí la disolución de la Unión Soviética entre 1989 y 1992, era un poco algo del pasado.

Hasta que di con una serie de documentos que se conservan en la sección de manuscritos raros de la universidad de Columbia en Nueva York. Una amiga me los hizo llegar en facsímil, y un amigo diplomático me los copió durante la pandemia. Son las notas del cuñado de Miguel Romanov de aquellos cinco días de febrero de 1917. Le dan totalmente la vuelta al relato que luego impusieron los políticos liberales, y más tarde también los bolcheviques. La prueba de un fracaso colectivo y, en el caso también del mismo Miguel II, la causa última de su asesinato.

Angela Rodicio en Paris con Farah Diba en su casa de Paris
Angela Rodicio en Paris con Farah Diba en su casa de Paris Cedida por Angela Rodicio

Se acabó con la familia de manera cruel.

Sí, y todos se centran en la de Nicolás II, la zarina, sus cinco hijos y cuatro sirvientes en Ekaterimburgo. Pero un mes antes, el primero en ser asesinado fue precisamente Miguel II, así le llamaban sus verdugos. Él había firmado el 3 de marzo de 1917, al día siguiente de la abdicación en él de su hermano, una renuncia temporal y condicionada a la celebración de elecciones libres en Rusia. Quería que los rusos eligieran el tipo de sistema: monarquía o república. Por eso se le ha enterrado, tanto física como históricamente, desde entonces.

Unas elecciones que nunca se celebraron. Ahora mismo es lo que sigue pidiendo la oposición a Putin.

Exacto. Desde Navalny, en la cárcel, hasta los exiliados que huyen del drama de Ucrania. Lo que ocurrió aquellos días de 1917 sigue siendo la piedra roseta para entender la historia de Rusia.

Una vida dando vueltas por el mundo

Usted es conocida por llevar décadas dando información internacional.

Sí, es mi trabajo, y mi vocación. Una de mis citas favoritas es de Dante: “Nos, cui mundus est patria”: nosotros cuya patria es el mundo. Siempre me he sentido en casa en todas partes. Como nacer rubio o moreno, supongo.

¿Y no tiene raíces?

Por supuesto que sí, para tener alas hay que tener raíces. Yo soy muy española, y antes de eso muy celta. Pero al final, cuando tengo que cubrir algo, estudio mucho, y al final intento convertirme en un lienzo en blanco, sin prejuicios, escuchando a todo el mundo por igual. Cotejando después la información de todo tipo de fuentes.

Angela Rodicio con con el director de “El Padrino”, Francis Ford Coppola.
Angela Rodicio con con el director de “El Padrino”, Francis Ford Coppola.Cedida por Angela Rodicio

¿Trucos de su oficio?

Muchos, y manías también supongo. Como escribir siempre en papel amarillo norteamericano, legal size, alargado. El mismo tipo de bolso, y libretas de notas de Smythson, que numero y uso correlativamente. También uso las mismas cremas desde hace más de 30 años, las vuestras, Massumeh.

Muchas gracias. Incluso cuando ha viajado por lugares remotos.

Podría escribir otro libro con anécdotas sobre vuestras cremas.

Pero nunca ha desistido.

No, no. Yo soy alérgica a un montón de cosas, y vuestras cremas nunca me han dado ninguna reacción. Incluso puedo decir que debo ser la única persona que trabaja en televisión que todo el mundo me dice que estoy mejor al natural… Jajaja.

Angela Rodicio con Isaac Rabin, en la Knesset, el parlamento israelí, en Jerusalén
Angela Rodicio con Isaac Rabin, en la Knesset, el parlamento israelí, en Jerusalén Cedida por Angela Rodicio

¿Quién ha dejado huella en usted?

Algunas personas. Anónimas, conocidas en calles de lugares que pasaban por episodios especiales. La mirada de una niña iraquí en 1991, nunc a se me ha olvidado. A menudo me pregunto qué habrá sido de ella...

Personajes que he entrevistado y me han dejado huella, Isaac Rabin, porque fue muy amable cuando sólo era diputado en 1989. El presidente bosnio, Alia Itzebegovic, que siempre me daba entrevistas, aunque cayeran las bombas sobre nuestras cabezas en Sarajevo. Un día a una pregunta muy tonta que le hice, me respondió algo brillante: “¿La situación?, paso a paso en la dirección equivocada”. La misma Farah Diba, que buscaba datos en un estudio, los anotaba en un post it, y luego venía a responder a mi pregunta en una sala de estar de París… Después llamó a Massumeh y le dijo que por fin la había entrevistado alguien que sabía la historia de Irán. De Rania de Jordania recuerdo el montón de cosas que me contó off the record. Recuerdo otras entrevistas, en última instancia la masa madre del periodismo. Como Francis Ford Coppola, que me habló de la importancia de la idea original. O Steven Spielberg, quien me reveló algo que yo siempre he practicado. Me dijo que cuando prepara un tema, nunca mira lo que se ha hecho sobre él para no contaminarse.

He conocido a líderes mundiales en situaciones interesantes. A los tres rusos, Putin, Gorbachov, y Yeltsin, que daría para un libro. Aunque yo diría que los importantes suelen ser los números dos. Saben todo, y pueden hablar más.O un viaje non stop desde Sarajevo hasta Zagreb, con Susan Sontag. Daría para un libro. El coche se estropeó y no pudimos apagar el motor en 24 horas. Ni ella ni yo teníamos carnet de conducir, así que conducía Viktor Nikolaidis, un griego inglés, al que las dos dimos conversación todo el tiempo para que no se durmiera. .. Podríamos estar hablando muchas horas, igual hasta dormirse. Jajaja

Ángela Rodicio en Jerusalén
Ángela Rodicio en JerusalénCedida por Angela Rodicio

Le han dado muchos premios nacionales y sobre todo internacionales. ¿Cuál le ha hecho más ilusión?

El de mejor corresponsal por la UNCA, United Nations Correspondents Association, en 2015. Lleva el nombre de Ricardo Ortega, el periodista de Antena 3, que era un gran amigo mío. Lo mataron en Haití en 2004 cuando estaba allí como free lance. Una historia muy triste que me apenó mucho. Otro premio fue el Maria Grazia Cutuli, de Il Corriere della Sera. Ella era muy amiga también de Julio Fuentes. A los dos los mataron en Afganistán en noviembre de 2001. Hablaba muy a menudo con Julio. Nos reíamos un montón de otros colegas fantasmas. Algunos se hicieron pasar luego por amigos suyos… Ley de vida. Aquel fue un periodo tremendo. En febrero de 2002 radicales islamistas mataron a Daniel Pearl, corresponsal de The Wall Street Journal después de haberle secuestrado en Pakistán. Era otro amigo. Él me hizo mi primera cuenta de Hotmail en la guerra de Kosovo. A todos les sigo llevando conmigo.

Angela Rodicio en TVE
Angela Rodicio en TVECedida por Angela Rodicio

¿Tiene nuevos planes de escritura?

Vuelvo a Kosovo, para un Informe Semanal. Y tengo un proyecto de libro que prefiero no revelar, para no tentar la suerte… Jajaja.

La portada de su último libro “El Zar Olvidado”
La portada de su último libro “El Zar Olvidado”Angela Rodicio

Muchas gracias por su tiempo.

Muchas gracias por el interés.