Un mar de lágrimas
Las angustiosas horas de Natalia Sánchez en el hospital: operan a su hijo
Su marido, Marc Clotet, tuvo que quedarse en casa con su hija mayor. El pequeño tenía que pasar por quirófano. Su madre no paraba de llorar
Natalia Sánchez, quien se colase en todos los hogares con ‘Los Serrano’, ahora lo hace con la exitosa serie de Antena 3, ‘Sueños de Libertad’. Pero más allá de lo profesional también ha tenido éxito, al formar equipo con su marido, el también actor Marc Clotet. Con él ha tenido dos hijos, compaginándose para que ambos puedan estar en los sets de rodaje a la vez que crían a sus vástagos. Pero estos días han sido especialmente complicados, debido a que han tenido que operar a su hijo pequeño. Esto ha obligado a la actriz a pasar angustiosas horas en el hospital, las mismas que su pareja, que contaba los minutos en casa al cuidado de su hija mayor.
La intérprete ha querido sincerarse con sus seguidores sobre los momentos de estrés y preocupación que ha atravesado. A través de un nuevo post publicado en su cuenta personal de Instagram, ha desvelado que su hijo de casi dos años ha tenido que pasar por quirófano, lo que ha vivido como un trauma. De hecho, le ha costado dar este paso de comunicárselo al mundo, porque dice que las lágrimas se lo impedían. Las emociones se le han amontonado y hasta que no ha podido respirar algo más tranquila, no se ha sincerado sobre lo que ha sucedido.
Natalia Sánchez, “muerta de miedo”
“Hace unos días operaron a Neo y hasta hace un ratito no he podido escribir, porque he necesitado que pasen unos días para poder hacerlo y que no se me saltaran las lágrimas como a una niña pequeña”, reconocía la mujer de Marc Clotet. Se desahogaba con sus seguidores a través de un carrusel de fotografías tomadas en el hospital en el que su hijo ha sido intervenido y donde han tenido que estar muchas horas.
“Marc se quedó con Lia en Madrid y Neo y yo nos fuimos a la aventura. Pude entrar con él en el quirófano hasta que se quedó dormido y le dejé con esos superhéroes de la vida real que tan bien lo hacen. Me fui a la cafetería a llorar un rato y puse el móvil en ‘modo avisón’, porque cada vez que veía una llamada perdida de mi familia o de mis amigos me ponía llorar. Sí, soy así. Y estaba muerta de miedo, esa es la verdad”, reconoce Natalia Sánchez lo sensible que estaba tras dejar a su pequeño en el quirófano. “Racionalmente sabes que está en las mejores menos, pero son tan vulnerables, tan chiquitines, que solo darías lo que fuera por cambiarte por ellos”.
Por fortuna, todo fue más rápido de lo esperado y “a la hora y 17 minutos me avisaron de que ya habían acabado la intervención y que le tenían en una sala esperando a que despertara de la anestesia general. Me habían puesto en preaviso de que, en cuanto abriera el ojito mínimamente, me llamarían para entrar con él pero, aun así, molesté a la pobre enfermera de la recepción una y otra vez”, continúa detallando la actriz, que mantiene que se puso pesada porque su “máxima preocupación era que Neo se despertara y su mami no estuviera ahí, porque se lo había prometido, así que le pregunté a la pobre enfermera 17 veces y las 17 veces me contestó con la misma sonrisa y la misma paciencia. A mí y a todas las madres que íbamos desfilando por ahí. Hay personas que se tienen ganado el cielo, de verdad”.
El reencuentro con su hijo tras la operación
Natalia Sánchez continúa describiendo su angustioso día en el hospital: “Por fin entré en aquella sala tan grande llena de camillas con peques dormidos o ‘despertando’. Y ahí estaba Neo, seguía dormidito, con su pijama de búhos y con las constantes perfectas. Lo primero que hice fue tocarle las manitas y los pies, por si estaban fríos, pero el equipo de súper heroínas ya le había puesto sus calcetines gorditos de la Patrulla Canina y se habían asegurado de que estuviera calentito. En el ratito que Neo tardó en despertarse pude ver trabajar a las doctoras y enfermeras, de un sitio a otro como en un panal de abejas, atendiendo a todos los bebés y peque que había en esa enorme sala, todavía sin sus madres/padres y, os aseguro que, ver cómo cuidaban de todos ellos con esa ternura, ese mimo, ese cariño, y ver que la profesionalidad no está reñida con la empatía y la delicadeza… me hizo llorar (sí, otra vez)”.
Natalia Sánchez y Marc Clotet con su hijo al fin en casa
“Ahora ya estamos en casita, la recuperación ha sido latosa, molesta y bastante lenta, pero no era nada grave y ya pasó. En unos días estará mejor que antes de la operación y todo habrá merecido la pena. Es curioso, siempre he pensado que ser madre te hace fuerte, más si cabe, que antes, porque te lleva muy al límite y de forma continua, pero lo cierto es que también me ha hecho sentir más vulnerable que nunca, en varias ocasiones porque, efectivamente, tiene mucho que perder.
“Gracias al universo estoy rodeada de personas maravillosas por las que doy gracias cada día, que han sabido entender que no les contestara a sus mensajes de amor, pero los han seguido enviando para seguir sosteniéndome en la distancia o que han entendido que no se lo haya contado en el momento, porque no me ha dado la vida más que para ‘sobrevivir’. A todas y cada una de ellas: GRACIAS”. Pero Natalia Sánchez no quiere olvidarse de una mención especial a su marido, Marc Clotet: “Y al mejor padre y compañero de vida, al pequeñín más valiente de la casa y a Lia, que es, oficialmente ‘la mejor hermana mayor del planeta’, entre otras muchas cosas. Gracias. Otra aventura superada. Os quiero”, se despedía.