Emprendimiento

Cuando Alonso Aznar se convirtió en el rey de las aplicaciones para ligar

El hijo menor de José María Aznar, que ayer dejó su soltería, impulsó en el pasado dos plataformas de búsqueda de pareja

Alonso Aznar Botella
Alonso Aznar BotellaGtres

Su boda blindada con la multimillonaria Renata Collado ha hecho que Alonso Aznar, el menor de los tres hijos de José María Aznar y Ana Botella, sea el protagonista del fin de semana. Atrás quedan ya su soltería de oro y sus años como cachorro de la jet set, cuando era el rey del ligoteo. No por sí mismo, ya que su férrea voluntad de reservar su vida privada impide hablar de cualquier otro idilio que no sea el de su ya esposa, sino por sus negocios.

Alonso Aznar y Renata Collado
Alonso Aznar y Renata ColladoGtres

Licenciado en Administración de Empresas por el Centro de Estudios Financieros, el hijo del expresidente ha demostrado desde muy joven su mentalidad emprendedora y la determinación para alcanzar el éxito. Después de probar suerte en la restauración, ayudando a sus amigos a impulsar la cadena Pipa and Co, se introdujo en las nuevas tecnologías dejándose tentar por las aplicaciones de citas, tan en boga desde hace ya dos décadas. En 2014 lanzó, junto a Marta Nicolás, Wibbi, una plataforma que permitía conectar a sus usuarios en un bar, una discoteca, un hotel, un aeropuerto, un gimnasio o cualquier otro escenario. Para facilitar la tarea, sugería mensajes como "Te invito a lo que quieras", "¿Qué plan tienes?" o "¿Te apetece una copa?" Suponemos que el joven emprendedor trasladaba sus tácticas de ligoteo al mundo virtual. Juventud, divino tesoro.

Dos años después, se involucró en el desarrolló Muapp, una nueva versión en la que contó también con la colaboración de la ingeniera Lucía Chávarri. Prometía ser la aplicación perfecta para mujeres solteras que buscaban una relación estable. Sus conocimientos tecnológicos sirvieron para evitar perfiles falsos, usuarios con otras intenciones o caraduras dispuestos a ir de flor en flor a través de la plataforma, ya que permitían ver si el mismo candidato mantenía conversaciones con más de una mujer.

Su funcionamiento recordaba bastante a Tinder por la manera de indicar si gusta un perfil o no o las sugerencias de la app basándose en las preferencias de sus usuarias, que eran tomadas sobre todo de la información de su perfil de Facebook. El elemento diferenciador era que las mujeres decidían qué candidatos entraban de entre todos los aspirantes, en una interfaz a modo de escaparate eligiéndolos según su fotografía.

Aznar no revolucionó el mundo de las relaciones, pero sí impulsó nuevas opciones en un mercado muy competitivo. En aquel momento explicó sus motivaciones: "Me gustó la idea y el producto que se estaba desarrollando. La forma de relacionarse está cambiando y esta aplicación responde a las necesidades que tienen las personas hoy en día. Ahora todo el mundo tiene dependencia del Facebook y del WhatsApp y nadie puede vivir sin plataformas de este tipo".

¿Qué pasó? Tal vez porque Tinder es un monstruo que lo fue devorando todo, el caso es que hoy nada se sabe de estas plataformas. Tanto Muapp como Wibbi mantienen abiertas la cuentas de Instagram, pero sin actividad desde hace años.